«¡Me encantó volar con su escritura!»

El Ave María no estaba planificada primariamente para trasladar un texto ligado a la liturgia católica. Esta canción a la virgen correspondía a una serie de canciones escritas en alemán por el compositor austriaco Franz Schubert. Fue concebida para piano y voz, siendo su principal temática la obra literaria La dama del lago, perteneciente al escritor británico Walter Scott, donde la protagonista solicita ayuda a la virgen en un momento de necesidad. Tiempo más tarde alguien acomodó la música de Schubert al himno de alabanza en latín, y de esa manera cobró un carácter religioso.

La soprano Gladys Martino, pampeana por adopción, se transformó recientemente en la primera cantante lírica de nuestro país en interpretar el Ave María del compositor ruso Anton Prokopenko. La artista radicada hace muchos años en Santa Rosa, y quien fuera contratada a los 24 años como solista del Teatro Colón, suma en los últimos tiempos otro acontecimiento importante a su derrotero musical. Por caso, en 2018 estrenó mundialmente la obra En los pinares del Júcar, del compositor Manuel Millán, junto a la también soprano madrileña Pilar Iturriaga, siendo acompañadas por el pianista brasileño Alexandre Alcantara. Y en 2019 fue invitada para brindar un concierto junto al pianista Alejandro Graziani, en la casa que Johannes Brahms utilizaba en los veranos, en la ciudad alemana de Baden-Baden.

Prokopenko nació en San Petersburgo, en 1980, y sus obras, impresas y publicadas por diferentes casas musicales de Rusia, son representadas de forma frecuente. Su Ave María es la más famosa de todas las que compuso, y ha sido interpretada en distintos países, como Brasil, Italia, Alemania, Estados Unidos, Armenia y Francia. En pocos días será estrenada con orquesta en México, bajo la batuta de José Perales, y también firmó en este 2021 un contrato para que sea publicada en Milán. En cuanto a la elección de Martino, Prokopenko señaló que conoció a la soprano a través de las redes sociales y luego de investigar su actividad artística, y escucharla a través de videos, tomó la decisión de lanzarle el convite. “Me encantó su canto. Entonces le entregué la partitura del Ave María para que la cantase con su maravillosa voz”, destacó el compositor ruso.

Martino, que mantiene una permanente disciplina, sumada a muchos años de estudio y una buena técnica vocal, habló con El Lobo Estepario sobre el significado de vivir una nueva y hermosa experiencia musical. “Dentro de la pesadilla que estamos viviendo en este mundo, aún existe un arte espiritual como lo concebía Kandinski. En este caso tres artistas, compositor, soprano y pianista, que a tanta distancia, y sin conocernos, podamos hacer arte. Solo es posible cuando hay una conexión espiritual. La obra del maestro Prokopenko para la voz del soprano está en la tesitura del pasaje de la voz, fue un lindo desafío cantarla, la escribió como un aria de ópera donde el fraseo es largo y hay que sostenerlo. ¡Me encantó volar con su escritura!. Y fui acompañada por una excelente pianista como Kristina Yerutskaya. A pesar de no estar juntas, pude cantar muy cómoda con su interpretación. Me siento muy emocionada por la invitación y agradezco a Dios una vez más que me permita seguir cantando”, expresó la soprano.

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Autor

Raúl Bertone