Algunos músicos son, además de la historia viva del tango, su esperanza y su futuro. Y Edmundo “Muni” Rivero encarna como pocos esos dos principios. Hijo del célebre Edmundo Rivero, “Muni” es tanguero de raza. Pero de acuerdo a su labor de compositor del siglo veintiuno, comparte trinchera con muchos poetas de vanguardia. Aquellos que le escriben “extrañáos” al malevaje de la globalización. Acaso como un modo de identidad y resistencia para “volver al sur” como se vuelve siempre al amor. Y dejar los viajes “contraculturales” al norte; expresión que mencionará (y sin comillas) en varios pasajes de esta charla.
Estamos en un bar céntrico de Villa María poco antes de su actuación en el Rectorado y lo acompaña su mujer Adriana Pracánico, nieta del célebre Francisco, quien fuera amigo de Gardel y autor de varios clásicos de los años ´20. Y al estar en semejante compañía, el bar se convierte súbitamente en cafetín de Buenos Aires, ese tugurio metafísico al que con tanto sentimiento le cantó su padre.
VIDA ARRABALERA DEL PAPA FRANCISCO
-Por acá se sabía que llevaste adelante el “Viejo Almacén” pero no que eras cantante…
-Y te voy a explicar por qué no lo sabías… Es porque hace 31 años que nos sacaron de la televisión… Sí, hace todo ese tiempo que no hay un solo programa de tango en ningún canal de la argentina. O sea que hay dos generaciones que no han crecido con esa posibilidad.
-¿Desde La Botica del tango?
-Exacto. La Botica de Bergara Leumann fue el último programa y el lugar donde debuté en el ´66 como cantante, justo cuando me pasé del folclore al tango. Por eso valoro tanto el trabajo que hacen Emiliano Kandiko y Diego González desde Villa María. Es el laburo de promoción tanguera que está faltando en la tele…
-Hablaste de tus antecedentes folclóricos… Tu viejo también había incursionado en el género ¿no?
-Sí, con él hicimos un recorrido parecido. Él se había preparado para ser concertista y de hecho tocó a Yepes, a Segovia, a Paco de Lucía… Pero terminó cantando tangos en la radio de casualidad. Lo mismo yo, que empecé siendo profesor de folclore. A los que incursionamos en ambos géneros como Gardel, se los llamó “cantantes nacionales”. Pero cada vez hay menos.
-Y ya no volviste al folclore…
-No, porque el tango te acapara el corazón y no te despegás nunca más.
-¿Cuándo empieza tu pasión por el canto y la guitarra?
-En el año 53. Mi padre iba mucho de gira por ese tiempo y yo le había pedido una guitarra. “¿En serio querés tocar? ¡Qué bien!- me dijo. Pero volvía de gira y la viola no aparecía. Hasta que un día me la trajo. Me acuerdo que abrió el baúl del auto y yo me tiré de cabeza. Pero él me la sacó de la mano y me dijo: “Momentito… Con esta guitarra vas a entrar al rancho más chico y a la mansión más grande. Pero siempre con respeto”. Y no se equivocó…
-¿Cómo influyó tu familia en tu decisión de cantar?
-En mi casa la música sonaba todo el tiempo y era difícil no ser músico. Hasta mi hermana salió cantante de jazz. Pero mi hermano, que es mayor que yo y se llama Jorge Rivero, no se interesa por la música. Él es bajito y morocho. Y yo, que soy el más chico, me llamo como mi viejo y salí como él; alto, rubio, guitarrista y cantante.
-¿En qué te pesó y en qué te favoreció ser el hijo de Edmundo?
-Como le pasa a todos los hijos de los grandes artistas, tenemos un 50 por ciento a favor y un 50 por ciento en contra. Yo voy por la calle y hay gente que me toma por mi viejo. Algunos me dicen “¡Yo me casé cuando usted cantaba con Troilo!”. Una vez, una señora me dijo “¡Pero qué bien que se mantiene! En cambio miráte vos -le dice al marido- ¡Sos una piltrafa humana! Ja ja… Mi viejo tendría hoy 111 años pero yo no los contradigo nunca… Al fin y al cabo eran sus admiradores y lo amaban…
-Uno de tus “hits” es un tema que le dedicaste al Papa Francisco ¿Cómo nació?
-Fue en el 2013, apenas Bergoglio asumió en el Vaticano. Me acuerdo que me levanté a las tres de la mañana y me dije “le tengo que hacer un tema”. Al otro día me lo encontré a José Colángelo en la sociedad de autores y le dije “José, hice un tango para el Papa y quiero que me ayudés con los arreglos”. Luego, Enrique Bugatti me hizo la letra; aunque al principio no quería…
-¿Por qué no quería?
-Porque me dijo que no estaba capacitado para escribirla, que el motivo lo excedía… Qué se yo… Pero al rato me llama por teléfono y me dice: “anotáte esto pero olvidáte que es mío y seguílo vos”. Los versos decían: “Ya te has puesto a trabajar/ con tu espíritu tan noble/ más creyentes, menos pobres/ seguro que lograrás”. ¡Era hermoso! Le dije “¡Continuálo, Enrique!!”. “De ninguna manera” me dijo. Pero a la hora me llamó otra vez y me pasó otra estrofa. Y así todo el día hasta que lo escribió todo él… (risas)
-¿Qué te atrajo de la figura del Papa?
-Su humildad y su labor para con los pobres; pero sobre todas las cosas su relación con el tango. Porque cuando empecé a investigar, supe que había nacido a tres casas de Azucena Maizani y que le encantaba Ada Falcón, Nelly Omar y Julio Sosa…
Y entonces Adriana le dice a su esposo: “¡Contále que comulgamos varias veces con Bergoglio!”
Y “Muni” le da la razón.
“Sí, porque con Adriana siempre veníamos a la iglesia de Flores. Por ese entonces ni sabíamos quién era Bergoglio pero nos encantaba escucharlo y lo seguíamos en misa”.
-¿Cómo se viralizó la canción del Papa?
-Fue porque la presentamos en el Convento de Santa Catalina y ese día, un periodista italiano me pidió que la cantara en el colegio del Salvador. Yo le dije que me era imposible llevar todos los músicos pero él insistió: “La semana que viene lo visito al Papa y me gustaría llevarle ese tango”. Así que al otro día fui. Y creo que el tema le dio entrada al “tano” en el Vaticano. Porque a la semana me mandó la foto abrazado a Bergoglio, los dos sonriendo con el disco… Al poco tiempo, al tema lo habían difundido casi 1500 radios del mundo…
-¿Y Bergoglio?
-A los pocos días me mandó una carta ¿Te imaiginás lo que significó para nosotros? Me puso que rezara por él y al final me dijo: “Dios lo guíe para que siga difundiendo nuestra música ciudadana”… ¡Yo no me equivocaba cuando decía que era tanguero! Como autor no gané un peso con esa carta, pero fue la satisfacción más grande de mi vida.
VANGUARDIA Y VIEJA GUARDIA
–¿Hacés un tango tradicional o innovador, “Muni”?
-Creo que las dos cosas. Por un lado, musicalmente soy clásico pero tengo temas como “Laburante del 2000” o “Salchicha con mostaza” que son modernos. Esa que te digo habla de una parejita de pibes jóvenes que se encuentran al mediodía para comer un pancho en la plaza y se vuelven al laburo cada uno por su lado…
-¿Cómo escribiste ese tango?
-Fue una mañana en que vi un aviso. Decía “se necesita joven de 25 años con experiencia”. Y yo le dije a Adriana “¿qué experiencia podés tener con 25 años?” Así que lo llamé a Enrique y le dije: “tenemos que escribir un tango para estos pobres pibes que los ponen a laburar sin vacaciones ni contrato ni aguinaldo; que encima les piden experiencia y después los echan como perros”. Y así nació esa historia de amor de la pluma de Enrique, que tiene 82 años…
-¿Te sentís cerca de los jóvenes poetas del tango?
-En este caso, sí. Porque ellos escriben de lo mismo que nosotros. El tango sigue siendo el mismo sentimiento aunque hayan pasado cien años…
-¿O sea que el tango no está muerto?
-El tango está más vivo que nunca pero lo tienen escondido. Hace 31 años que no entra en los hogares. Desde ese tiempo se apostó por la contracultura con la idea de eliminar todo lo nuestro. Un país se toma por una guerra o por la cultura. Y eso nos pasó a nosotros. Hicieron entrar la contracultura y nos están ganando la guerra. Primero con el “Club del Clan” y ahora con la cumbia. Eso sigue entrando a raudales en detrimento de lo nuestro. Pero seguimos resistiendo.
-¿Pensás que hay un plan sistemático para eliminar “lo argentino”?
-Totalmente. Hoy pareciera que San Martín y Belgrano, Rosas y Perón o todos los que hicieron algo por la patria tienen que desaparecer. Es una locura pero es así… En diez años borraron “la noche” de Buenos Aires. Cerraron Michelángelo, Caño 14, Karenina, Rugantino… Incluso El Viejo Almacén que regenteamos durante 30 años con mi viejo…
-La última ¿Qué es el tango para vos, “Muni”?
-El folclore más importante del mundo; y lla música que nos ha hecho conocidos en el mundo. En otros países pueden no saber quién es San Martín, Maradona o Messi. Pero vos decís “tango” y te sacan enseguida… Como si nombraras al Papa…
“Ese cura luchador/ que ya de pibe quería/ Flores donde vivía/ ser del débil protector/ Y Buenos Aires lo vivió/ en subte o en colectivo/ gritando su cometido/ de acercar la gente a Dios/”.
Poesía clásica y del tercer milenio. Raza y raíz. Vieja Guardia y Vanguardia. Todo eso es “Muni” Rivero. Y por eso canta y resiste.
Iván Wielikosielek
(Esta nota apareció en Puntal Villa María, hoy domingo 22 de abril de 2018