«Trabajo la forma con absoluta libertad»

El arte de la cerámica es una de las grandes herederas de los antiguos «alquimistas». Es, en gran medida, una experiencia directa y contínua, en todos los campos. Las pastas cerámicas y sus componentes, los pigmentos y sus mezclas, los componentes para cubiertas y el gran protagonista: ¡el fuego!. El origen de la cerámica es mítico. La creencia judeocristiana sostiene, de forma pedagógica, que Dios creó a Adán y Eva del barro de la tierra, modelándoles con sus manos, convirtiendo, de esta forma, a Dios en el primer alfarero.
Los artistas que trabajan con cerámica son generalmente definidos por su medio a diferencia de los pintores, escultores o grabadores, entre otros, que son definidos por su concepto y su proceso creativo. Hay ejemplos que demuestran las potencialidades de la cerámica para ser reconceptualizada desde una perspectiva diferente. Artistas contemporáneos que trabajan con diferentes materiales están escogiendo la cerámica por sus posibilidades y su extraordinaria capacidad de registrar cada evidencia en el proceso de transformar ideas y conceptos en acciones. Esto significa cuestionar el planteamiento tradicional de expresarse a través de materiales para explorar la libertad de convertirse en vehículo de creación al permitir que el barro se exprese a través del artista, sorprender y ser sorprendido.
Pedro Alcaina es un reconocido artista que lleva más de 40 años trabajando en cerámica y la talla en piedra. Sus esculturas reflejan una impronta muy personal, proponiendo en cada una de ellas una mirada que surge de su propio universo estético. Sus obras, siempre dentro de la figuración, son rostros que aparecen y desaparecen. Muchas de ellas se encuentran en colecciones privadas en Brasil, Chile, Venezuela, Alemania, España, Finlandia, Estados Unidos, España, Italia y México.
Nacido en la ciudad bonaerense de América, en 1943, su presencia aquí se hizo habitual hace algunos años para dictar cursos y talleres en el Maracó. El sábado volvió a visitar General Pico para la inauguración de la muestra «En paralelo», compartida con la pintora Patricia Indij. La misma permanecerá en la Sala de exposiciones de MEDANO hasta el 21 de noviembre.

– Cuántos recuerdos seguramente le ganaron en esta ocasión ¿qué ha significado General Pico en su trayectoria docente?
– Guardo los mejores recuerdos de mi estadía en esta bella ciudad. Vine a General Pico durante once años para brindar clases en el Centro Cultural Maracó, y realmente fueron muchos los alumnos que pasaron en todo ese tiempo. Hicimos en un primer momento cerámica, luego se trabajó en la técnica Raku y también en vitrofusión. Esta posibilidad de exponer en MEDANO se produjo tras recibir la invitación de Andrea Elizondo, había visto trabajos de Cristina Gorordo y consideré algo muy lindo volver aquí. Estoy exponiendo todo lo que es cerámica tradicional en un lugar imponente como MEDANO, no había tenido la posibilidad de conocerlo por dentro cuando hace cuatro años tuve un paso fugaz por aquí y realmente quedé impactado.

– ¿Cómo transcurre su tarea actualmente?
– Hace más de treinta años que tengo mi taller en Caballito, me dedico a la docencia y ya no me muevo tanto de mi lugar. Trabajé muchos años afuera, viajando permanentemente, además de General Pico, he dado clases en el Instituto Cultural de Atucha en Lima (Bs.As), también anduve por Trenque Lauquen, Campana y Luján. Uno de alguna forma aprende con los alumnos, tengo varios que recibieron distinciones importantes, que instalaron sus talleres, y eso me provoca orgullo y mucha satisfacción. Cuando empecé con esto tuve a mi lado maestros que fueron decisivos como Ramón Castejón y Ernesto Pesce, y a su vez mantengo una estrecha relación con Antonio Pujía. De todos ellos aprendí y sigo aprendiendo.

– Usted tuvo una primera inclinación hacia el dibujo y la pintura ¿en qué momento aparece el arte cerámico en su vida?
– Siempre me gustó trabajar con arcilla, y me decidí finalmente allá por 1971 cuando entré a trabajar en el taller de Mireya Baglietto, de quien fui ayudante. A partir de ese momento nunca más agarré los pinceles, me sedujo poderosamente el arte cerámico. Yo no trabajo con diseño, directamente agarro el material y de acuerdo a lo que me sugiere en ese momento la arcilla, arranco con mi tarea. Realmente dibujo muy poco, a pesar de que estudié muchos años dibujo y pintura con la profesora Valázquez Vera. Lo mismo sucede con la piedra, trabajo la forma con absoluta libertad. En cuanto a la participación en salones, hace algunos años que no participo, lo hice mucho tiempo en talla. El estilo hoy no me convence, ha cambiado mucho el mundo de la cerámica.

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Autor

Raúl Bertone