¿Por qué anticipamos una calificación a una película antes de verla? ¿Qué tiene que tener una película argentina para llenar salas? ¿Importa la difusión o el contenido; las actuaciones o por quién están producidas? ¿Lo interesante es la experiencia de ir al cine más que la película en sí?
Cuestiones como estas fueron abordadas en dos charlas ofrecidas en el Microcine del Centenario, por los periodistas especializados en cultura y espectáculos Gabriela Radice (el viernes al mediodía) y Osvaldo Bazán (el sábado a las 19). Invitados especiales para el 1° Festival Nacional de Cine de General Pico, ambos fueron amenos, sintéticos y distendidos con los oyentes y abrieron un espacio de debate necesario y puntual para entender mejor esta semana de películas.
Gabriela Radice fue quien estuvo presente en la gala del festival el jueves 18, cuando se estrenó al igual que en el resto del país «La patota», un film de Santiago Mitre que retoma el de Daniel Tinayre de 1960.
En tanto que el viernes al mediodía ofreció su charla en la que compartió su preferencia por las producciones nacionales y sus motivaciones a la hora de mirar.
La periodista, que actualmente trabaja en Visión Siete, se refirió a las formas erradas que muchas veces anteceden a la valoración y por lo tanto a la elección de una película: «Hay gente que sigue leyendo la crítica por arriba, a mí me gusta cuando leen la reseña crítica de una película, porque allí hay un trabajo, hubo alguien que pensó, que elaboró, que escribió y de esa forma comunica ese hecho artístico y su apreciación crítica. Y por ahí aparecen sólo dos estrellitas o regular y entonces ni leemos lo que dice. Pero a veces eso ni se condice con lo que está escrito en la reseña».
«Se estrena casi todas las semanas una película argentina, hay mucho documental en los últimos años, pero hay una tendencia a decir: «es mala», «no sé, no me gusta el cine argentino», Y si no lo ves, no sabés… Eso habla de lo prejuicioso que es el argentino todo».
«Formar el paladar»
Radice abordó el tema de las audiencias y la tarea casi «evangelizadora» de los medios para ofrecerles todas las propuestas, no solamente «el boom». Dijo que desde su lugar como periodista siempre prefiere mostrar lo que menos se conoce (películas de menos de diez mil espectadores, por ejemplo) para valorar el hecho artístico que reside allí.
Se refirió a formar audiencias como un trabajo de persona a persona, que cada uno desde su lugar puede hacerlo. Su labor es ofrecer herramientas para que esas audiencias que dicen que algo no les gusta, empiecen a pensar por qué. «El cine sirve para invitarnos a verlo. Y no vayamos con anteojeras, porque cuando uno se abre, puede ser un poquito más grande, hay un poco más de espíritu elevado, y no hay que tenerle miedo a la obra».
«Fomentar el cine nos hace mejores personas», concluyó.
«La experiencia es más importante que las películas»
Osvaldo Bazán, conductor televisivo (Agenda Nacional en TN), comenzó su diálogo preguntando cuáles eran esas experiencias vividas en el cine, centrando su atención en lo que nos pasa como espectadores al asistir a una sala, más que en la película que se muestra: «Yo no hablo del cine que pasa allá adelante en la pantalla, ese cine me interesa mucho menos que el cine que me pasa a mí. El cine me interesa en tanto y en cuanto cuente algo de mí, no necesariamente porque cuente historias que a mí me reflejan («La guerra de las galaxias» no cuenta nada que me refleje a mí, pero sí me divierte mucho). Cuando yo pienso en cine hablo del que a mí me formó, y no es sólo el de la pantalla, sino el de la experiencia de ir al cine».
«Pienso en las primeros recuerdos que tengo del cine y vuelvo a mi pueblo, (Salto Grande, Santa Fe) al lado del cual Pico es Hollywood. Y cuando yo tendría diez años, no había cine, pero sí en el pueblo de al lado, entonces la experiencia consistía en pedir permiso para ir en colectivo y antes de que terminara la segunda película, porque los domingos proyectaban dos, nos teníamos que tomar el colectivo de vuelta. De hecho yo me enteré cómo terminaba «La Patagonia rebelde» en el 2000″, contó.
También se refirió a las nuevas formas de acceder a las producciones culturales que propone internet: «El mundo ha cambiado y no estamos preparados para ello. Vos apretás un botón en tu computadora y estás en el Museo del Prado de Madrid. Nos hacemos «los acostumbrados», pero no…. es rarísimo. Esto es una locura, vino la montaña a nosotros… y la tenemos en casa. Sería muy sonso de nuestra parte si no la aprovecháramos. Yo no creo que porque ahora haya tecnología que permita que el cine vaya a tu casa, vos no vayas más al cine. No creo que sean cosas que se anulen entre sí, me parece que constituyen experiencias que se pueden sumar», analizó.
«Gracias a este festival pudieron ver “La patota” ¿cuántos vieron “La patota” de 1960? Sin embargo la pueden ver en su casa en cualquier momento, que no se hayan dado cuenta es otra cosa», interpeló. «No vamos a dejar de ir al cine, porque está en el ADN del ser humano sentarse a que le cuenten algo«.
La agenda de los medios y el rating
Bazán, que había estado presente en la charla de Gabriela Radice la jornada anterior, se permitió también diferir con ella sobre qué mostrar: «A diferencia de lo planteado por Gabriela, que ella elige una banda menos conocida o la película que tuvo pocos espectadores, quiero decir que es una visión bastante idealista, porque sí, los medios deberían tener esa obligación de dar a conocer otra cosa… lo cierto es que la realidad es un poco más complicada».
«En Agenda Nacional el año pasado tenía la libertad absoluta de invitar gente a mi programa. Lo cual me trajo no pocos problemas, muchas veces yo tenía ganas de invitar a gente que no era conocida, y nadie me dijo que no. Pero yo tuve que pagar un precio por eso. Un día invité al uruguayo Fernando Cabrera, otro día invité al santafesino Jorge Fandermole. Mi programa salía los viernes… el lunes me llamaron del canal para decirme que estaba bien lo que yo hacía, pero me mostraron la planilla del rating y decía 0. Y cero quiere decir: cero. Son decisiones muy difíciles de tomar, porque si no hay un esfuerzo común entre los medios, el Estado, la Educación… Y, yo también, si fuera director de un canal y tuviera un programa con cero de rating lo levantaría».
Películas argentinas
«En Argentina se trabaja muy bien, estamos en un muy buen momento del cine argentino, pero en ese punto yo no soy nacionalista: me importan más las películas que las películas argentinas. Las películas son buenas o malas más allá de la nacionalidad que tengan».
Al finalizar la conferencia, Bazán dialogó con este medio y se mostró sorprendido por la permanencia de las salas de cine de General Pico, cosa que no ha ocurrido en la mayoría de las ciudades. Resaltó el valor de organizar un festival como éste y en cuanto a la poca concurrencia a algunas películas sostuvo que no es fácil, que no se logra de un día para otro, pero que es una tarea que se debe empezar y continuar.
Programación para hoy
10:30 – Mesa de diálogo con directores locales de largometrajes en el Cine Teatro Pico.
14:30 – Muestra de cine infantil «El inventor de juegos», en el Cine Gran Pampa.
17:00 – Deliberaciones del jurado en torno al concurso
regional de cortometrajes en el Cine Gran Pampa.
17:30 – «Al fin del mundo», película de Franca González
19:00 – Conferencias y diálogos con Gabriel Fresta.
19:30 – «El perro Molina» en el Cine Gran Pampa.
20:00 – «El misterio del conflicto» en el Cine Teatro Pico.
22:00 – «El 5 de talleres» en el Cine Gran Pampa.
22:30 – Muestra de cine internacional: «Sueño de invierno», en el Cine Teatro Pico.