El teatro provocando el encuentro

El teatro es naturalidad, es espontaneidad, mostrada al espectador de una forma directa y sin intermediarios. Cada obra es totalmente distinta a las demás. Los actores se enfrentan cada día a un público nuevo con la intención de demostrar sus capacidades artísticas y de hacerles pasar un buen rato. Esa improvisación, esa frescura sólo se puede conseguir asistiendo a ver teatro, algo vital, donde vemos historias en las que nos identificamos, y no siempre porque pensemos igual que el personaje sino porque se establece un vínculo emotivo entre el personaje y el espectador, y la historia llega a través de la sensibilidad del espectador.
El Festival de Teatro Salas en Red ofreció el último fin de semana cuatro obras para públicos diversos. Con temáticas críticas y comprometidas, la sala de Ruido y Nueces se abrió a un público adulto, mientras que en MEdANO dos coloridas obras atrajeron a los niños durante los últimos días de las vacaciones de invierno. Bálsamo para grietas, perteneciente al grupo piquense Casiopea, se presentó en dos funciones el viernes en Ruido y Nueces, y lo hizo a sala llena. Mientras que el sábado, en el mismo lugar y también en dos funciones, salió a escena Jardinería Humana, obra ganadora de la Fiesta Provincial de Teatro 2014.
Alicia Datri, la directora de Bálsamo para grietas, señaló a modo de balance de las jornadas, que «estamos formando espectadores, vemos que el público empieza a reservar su entrada con anticipación, que empieza a venir a horario. Vemos también que la gente tiene una curiosidad por cómo va a ser la puesta en escena, ya que con cada obra vamos adaptando el espacio. Por ser una sala chica, Ruido y Nueces tiene características particulares y genera nuevas experiencias entre la gente que viene a ver teatro. Es un clima diferente al que se vive en un gran auditorio donde existe una mayor distancia entre los actores y el público”.
En MEdANo, El ratón Pérez, del grupo santarroseño Quimera, se presentó en dos funciones que mantuvo expectantes a grandes y chicos. Una historia didáctica mostró las andanzas de Fétido Molares, un investigador que ha perfeccionado durante toda su vida una trampa para al fin atrapar al ratón Pérez y así poder desenmascarar, frente a testigos, el verdadero motivo que esconde detrás de sus reiteradas maniobras de apropiación de las piezas dentarias de los más pequeños. Para los más chiquitos, Ema Ema fue el regalo del domingo, donde tres personajes femeninos con instrumentos, baile y humor, hicieron participar a la concurrencia. Estuvo a cargo del grupo Eureka, de Santa Rosa. El Festival se llevó a cabo bajo la organización conjunta del Instituto Nacional del Teatro -representación La Pampa-, la Subsecretaría de Cultura de la Provincia y la Dirección de Cultura de General Pico.

Compartir

Autor

Raúl Bertone