Un bohemio en las profundidades

Aunque hago el esfuerzo no puedo imaginármelo viejo a Kerouac. Como tampoco a Rimbaud. Un tipo sensible. Sensibilidad que le salía por los poros a raudales. Y para contrarrestar toda la mierda que suele vomitar en reiteradas ocasiones este mundo afectando a esa clase de gente sensible, no tuvo otra opción que hacerse amigo del alcohol hasta necesitarlo casi como al aire. De otra manera la vida se tornaba intolerable. Pero tuvo hasta el final una dulzura de carácter y un encanto animal que lo hacía irresistible. Eso dijeron varios escritores que no solían hablar bien de nadie.
Cuando leí las primeras páginas de En el camino, me encontré en mi adolescencia con las promesas. El movimiento sobre la quietud. La intensidad antes que la duración. Siento que esa obra es como un film místico. Y en ese viaje perpetuo fluye lo humano, con todas sus vísceras. El espinazo permanente es el camino. En la dura Big Sur, una de sus últimas novelas, tal vez la más honesta de todas, Kerouac narra la imposibilidad de volver al camino como antes. Está hastiado de las promesas no cumplidas. En esa tensión extrema se encontraba buena parte de su originalidad literaria. Para Kerouac no poder seguir escribiendo se parecía demasiado a no vivir.

 

Así escribía

En el camino (fragmento)

«Pero entonces bailaban por las calles como peonzas enloquecidas, y yo vacilaba tras ellos como he estado haciendo toda mi vida, mientras sigo a la gente que me interesa, porque la única gente que me interesa es la que está loca, la gente que está loca por vivir, loca por hablar, loca por salvarse, con ganas de todo al mismo tiempo, la gente que nunca bosteza ni habla de lugares comunes, sino que arde, arde como fabulosos cohetes amarillos explotando igual que arañas entre las estrellas».

Los vagabundos del Dharma (fragmento)

«Los bosques producen eso, siempre parecen familiares, perdidos hace tiempo, como el rostro de un pariente muerto hace mucho, como un viejo sueño, como un fragmento de una canción olvidada que se desliza por encima del agua, y más que nada como la dorada eternidad de la infancia pasada o de la madurez pasada con todo el vivir y el morir y la tristeza de hace un millón de años.»

Poema del 16 de Septiembre de 1961

Qué terriblemente triste me siento al pensar de mi madre
dormida en su cama
que algún día morirá
aunque ella se diga: «la muerte no debe preocuparnos,
después de esta vida empezamos otra»
Qué terriblemente triste me siento de todos modos-
Que no tenga vino que me haga olvidar mi diente cariado es
bastante malo
pero que todo mi cuerpo esté pudriéndose y el cuerpo de mi
madre se pudra
hacia la muerte, es tan enloquecedoramente triste.
Salí al amanecer puro: pero, por qué debería alegrarme
ante un amanecer
que levanta otro rumor de guerra,
y por qué debería estar triste: ¿no es por lo menos el
aire puro y fresco?
Contemplé las flores: una de ellas ha caído:

otra acaba de abrirse: ni una ni otra estaba
triste o alegre.
Súbitamente comprendí que todas las cosas sólo
van y vienen
incluido cualquier sentimiento de tristeza: también
se irá:
triste hoy alegre mañana: sobrio hoy borracho mañana
¿por qué inquietarse
tanto?
Todos en el mundo tienen defectos lo mismo que yo.
¿Por qué deprimirse? Es sólo un sentimiento que
viene y va.
Todo viene y va. ¡Qué extraordinario!
!Guerras dañinas existirán siempre!
Formas agradables se van también.
Ya que todo viene y va: ¿por qué estar triste?
¿o alegre?
Enfermo hoy sano mañana. Pero tan triste sigo
siendo el mismo.
Todo viniendo y yendo en todas partes,
los mismos lugares viniendo y yendo.
De cualquier modo todos terminaremos en el cielo,
juntos en esa dorada gloria eterna que he visto.
¡Oh! qué condenadamente triste es que no pueda
escribir bien sobre ello.
Esto es un intento a la fácil ligereza
de la poesía ciardiana.
Debería de hacerlo a mi manera.
Pero eso también se irá, las preocupaciones
acerca del estilo. Acerca de la tristeza.
¡Mi gatito ronroneando feliz odia
las puertas!
Y a veces está triste y silencioso,
nariz caliente, sollozos,
y un leve maullido doliente.
Allí van las aves, volando hacia el oeste
un momento.
¿Quién llegará a conocer el
mundo antes de que se vaya?

podría decir que quizás ella era más feliz
que todos
esa vieja solitaria del chal
en el tren de vagones naranja
con el pequeño pájaro manso
en su pañuelo
al que le canturreaba
todo el tiempo
mia mascotta
mia mascotta
y ni uno de los excursionistas de domingo
con sus botellas y sus canastas
le ponía atención
y el vagón
chirriaba a través de los maizales
tan lentamente que
las mariposas
entraban y salían.

Poema-1959, de Mexico City Blues

El jazz se suicidó
pero no dejó suicidarse a la poesía
no temas el frío aire nocturno
no escuches a las instituciones
cuando devuelvas manuscritos a la arenisca
no saludes
no pelees por los pioneros de Edith Warton
o la prosa de Nebraska de Ursula Major
cuelga simplemente en tu patio
ríete jugando amablemente
pastel trombón
si alguien te da perlas juju
judío, o cualquier otro
duerme con ellas alrededor del cuello
tus sueños serán mejores
no hay lluvia no hay yo
te lo digo tío
seguro como la mierda.

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Autor

Raúl Bertone