El músico pampeano Javier Villalba viene utilizando el castellano y el ranquel para labrar las letras de sus canciones. Permaneciendo como dialecto del mapudungun, la lengua de los mapuches, se sostiene y resiste. Villalba, también docente, defiende así la reinvindicación de una expresión fuerte y rica, que continúa evolucionando como elemento cultural esencial. Una búsqueda costante de vínculos con una descendencia que proviene de su sangre materna. El cantautor santarroseño hace viva la lengua ranquel, promoviéndola y usándola. Y en esa cosmovisión marcada por el uso de dos idiomas en constante tensión, va tallando los temas.
Villalba, en colaboración con la pianista Lía Hernández, lanzará Pichi Ulkantün -epew, wia, tai- (Pequeño canto; relatos de ayer y hoy), su nuevo trabajo musical. El material, que fue presentado en el We tripantu realizado en la comunidad Rosa Moreno Mariqueo, que ya ha sido objeto de una solicitud de Declaración de Interés Cultural en La Pampa, es una propuesta única que fusiona la riqueza ancestral con la contemporaneidad, ofreciendo una experiencia sonora profunda y conmovedora, con un enfoque especial en las infancias. Se trata del quinto disco editado por Villalba luego de grabar Llegar (2000), A dedo (2011), Iñ Ruka – Mi casa (2015) y Chai Rimel – Hoy, siempre (2018).
«Soy descendiente por parte de mi madre pero estaba esa cuestión de que “en casa eso no se habla”. El apellido de mi mamá era Videla, nosotros vivimos en distintas partes del país por el laburo de mi viejo, que estaba en una empresa que construía rutas, y cuando me llevaba a la escuela para anotarme le preguntaban el apellido, ella decía Villalba, le volvían a preguntar por el apellido de soltera y cuando respondía Videla, se le quedaban mirando. No sé si a ella le interesaba, pero no le surgían las ganas de contarme o transmitirme ese sentimiento. Cuando enfermó hace unos años empecé a buscar sobre mis raíces, sabía que mi abuela había vivido en la estancia La Holanda. Hay una canción que habla de esa sensación de quedarme casi sin familia ante la muerte de mis padres por lo que comencé a indagar, a buscar, fue como un quiebre esa cuestión», contó en una entrevista con El Lobo Estepario.
«Me acerqué a las comunidades originarias tratando de encontrar esas respuestas que mi vieja nunca me había dado, y pasé a sentir como que me adoptaron, que tengo una nueva familia. Todo lo que tiene que ver con el conocimiento del cuidado de la tierra, lo ancestral y principalmente lo referido a la lengua ranquel. Quizás fui por ese lado por una cuestión musical, además de tratar de rescatarla desde mi lugar como docente. Es un constante aprendizaje de todo aquello que se fue olvidando», añadió Villalba.
Pichi Ulkantün estará disponible en todas las plataformas digitales a partir del viernes 15 de agosto. A través de nueve composiciones originales, Villalba narra historias que abarcan desde el cuidado del monte pampeano y la problemática ambiental del río Atuel, hasta la conexión del pueblo ranquel con la tierra, la vida, la trascendencia y los derechos de los niños a tener un hogar. La obra celebra la cosmovisión ranquel y su relación armónica con el entorno y la comunidad, utilizando una diversidad de ritmos que incluyen loncomeo, milonga, vals y cumbia, entre otros.
El trabajo cuenta con la participación de una destacada lista de colaboradores, incluyendo lonkos ranquelinos de diversas comunidades, narradoras, coros de infancias, estudiantes de escuelas públicas y referentes del cancionero infantil. La colaboración especial de la reconocida cantante y referente del pueblo mapuche, Anahí Mariluan, enriquece aún más esta propuesta, subrayando su carácter comunitario y representativo.
«El proceso de grabación fue tan hermoso, que se extendió bastante. No tenía ningún apuro. No digo que con los anteriores lo sufrí, pero me pasaba que llegaba como tensionado al estudio. Incluso lo conversé con Fede Camiletti, ingeniero y productor también de este disco. Es un trabajo que estaba dando vueltas desde hace 20 años, cuando tuve mi primer acercamiento buscando las raíces, conocer a Ana María Domínguez y hacer una canción de saludos en lengua ranquel. Pero por alguna razón quedaba ahí. Mis maestros y mis colegas me preguntaban cuándo iba a grabarla, entonces me puse manos a la obra, sentí que tenía que hacerlo. Y además me di cuenta que tenía que hacerlo con esa gente que me lo estaba proponiendo», señaló Villalba, en el transcurso de una charla con El Lobo Estepario.
Agregó que «en un primer momento pensaba en canciones con piano, guitarra y los instrumentos autóctonos, pero después fue creciendo. Así fui llamando a todos los invitados y las invitadas. Y lo de la narración tiene que ver con eso de poder recuperar otra semilla que teníamos los pueblos, que la educación era en casa, donde se impartían, además de los conocimientos de lo que pasaba afuera, los valores. Hemos perdido un poco eso, en casa quizás no está y pretendemos que pase en la escuela. Fue así que también surgió jugar con esa forma de vivir. Pichi Ulkantün es un pequeño gran canto, es uno de los trabajos más comunitarios que hice, y surgió por esa necesidad de seguir construyendo los valores que estamos perdiendo por diversos motivos».
El trabajo de Villalba es una propuesta ideal para festivales y espacios culturales que buscan enriquecer sus grillas, apuntalado por su enfoque en la música indígena, el folclore fusión y la música para infancias. No solo ofrece una experiencia musical cautivadora, sino que también invita a la reflexión sobre la importancia de la diversidad cultural y lingüística. Este disco se erige como una herramienta pedagógica invaluable para escuelas de nivel inicial y primarias. Villalba, con su vasta experiencia como docente de Arte en Música y su trabajo como «idóneo» en la Modalidad Intercultural Bilingüe del Ministerio de Educación de La Pampa, ofrece la posibilidad de realizar recitales didácticos adaptados a los diferentes niveles educativos.
¿Qué le hubiese gustado ser?
Soy muchas cosas…Y estoy contento con eso. Desde niño cantaba, producía y grababa mis casetes encerrado en el ropero de la casa de mi tía madrina. No sabía que sería profe, ni cantautor, ni padre. Lo cierto es que desde hace unos años, si algo me llama la atención o me entusiasma, lo vivencio. Un poco me pasó con el kayak, la pesca. Hace poco obtuve el carnet de conductor náutico! je Imagínate! Con mi balsa yo me iré a naufragar, como canta Lito Nebbia.
¿Un lugar para vivir en el mundo?
El lugar en que estoy está bien. De chico conocí muchos lugares por el trabajo de mi padre, algo que he contado en otro momento. Desde Belén, Catamarca, hasta Comandante Luis Piedra Buena, en el sur. Sí reconozco que me gustaría estar más cerca del agua, y de las montañas, esas que alguna vez me cobijaron siendo adolescente.
¿Qué desea para su vejez?
Tener salud para seguir disfrutando de la majestuosidad de la naturaleza. Seguir viendo a mis hijos crecer, desarrollarse. Viajar con mi compañera y seguir cantando.
¿En qué tarea no se siente inteligente?
Me cuesta mucho todo lo relacionado con las matemáticas. Tuve malas experiencias durante mi educación en la secundaria, y no nos llevamos bien. Sin embargo, soy muy ordenado con mis cuentas, con mi economía.
¿Cuál fue el momento más feliz de su vida?
¡Uf! ¿Qué es la felicidad? Si son momentos en que mi corazón latió mucho, con ganas de llorar y reír al mismo tiempo, fueron muchos esos momentos. No sé si hay un “sólo” momento más feliz. Las tres veces que fui padre; las dos veces que logré recibirme (ya de grande) como profesional; primero como profesor de Arte en Música, y luego como Licenciado en Didáctica de la Música.
¿Su primer trabajo?
Como cadete de una clínica en Santa Rosa. Ya trabajaba como operador de radio, aunque no lo contaba como laburo, ya que lo hacía con gusto. Como me pasa ahora en las Escuelas, no lo veo como un trabajo, aunque lo es. Oficialmente mi primer trabajo fue cuando me recibí de Maestro Mayor de Obras e ingresé en una empresa que pedía dibujante. Para pagar derecho de piso, me enviaron a un galpón a hacer otras tareas de refrigeración. Nos enviaron a colocar los aires acondicionados de un edificio céntrico. Yo tenía 18 años. Un sábado, con pocas ganas de estar ahí, en un descuido me resbalé en el borde del hueco del ascensor, y milagrosamente un albañil que pasaba por ahí, me tomó del hombro y me dijo…»tu vida vale más que esto». Me salvó la vida. Y ese día me di cuenta que no era lo mío. Al terminar la jornada me acerqué a las oficinas y renuncié.
¿Cuál es el buen cine?
No sé, el que emociona. Me gusta mucho mirar películas. Disfruto con mi compañera del cine nacional.
¿El último libro que leyó?
Sonido sabio, de Atma Kaur. Enseñanzas y composiciones de Ustad Narinder, maestro de la India. Aún lo estoy procesando.
¿El mejor libro que leyó?
Uf… no tengo buena memoria y no he leído tantos.
¿Mira T.V?
Solo series, aunque no siempre.
¿Qué artista influyó en su camino?
Muchos. El primero fue Sandro. Luego Goyeneche y Julio Sosa, se escuchaban en casa. Hasta que conocí a Spinetta y The Beatles. Pero fue gracias a Sergio Denis, ¡qué loco..!. Había sacado un disco con versiones de temas populares.
¿Qué hito de la historia mundial le hubiese gustado vivir personalmente?
No sé…Tengo casi medio siglo, he vivido en estos años hechos que seguramente serán recordados como “hitos” en poco tiempo.
¿Cuál fue la vez que más lloró?
Cuando se fue de este plano mi mamá. Aunque no fue en el momento, sino un duelo muy extenso. La música y cantarle, de alguna manera, fue secando esas lágrimas.

¿El mejor político en la historia del país?
No me llevo bien con los políticos, ni con la política. Pasapalabra.
¿La mejor persona que haya conocido?
Todos los seres que he conocido, y conozco, son mejores personas.
¿Extraña algo de su niñez?
Que no tenía noción de la finitud de la vida.
¿Qué profesión u oficio nunca ejercería?
Político.
¿Un personaje nefasto de la historia?
No soy quien para decir quien es nefasto. Pero hay mucha mala gente.
¿Le preocupa la muerte?
No es que me preocupe. La muerte forma parte de la vida. Me molesta que tengamos poco tiempo. Qué se yo, cuando caí en la cuenta de eso, y me pasó hace poco, empecé a ver las cosas de otro modo.
¿El arte salva?
No sé en qué sentido salva. Si estás en un momento de profunda tristeza, te salva un abrazo. Una canción también, escuchar una obra. Ver una pared intervenida. El arte acompaña.
¿Qué opina del aborto?
Un tema complejo, teñido en muchos casos de prejuicios. Cada acto tiene su consecuencia.
¿Qué le gustaría saber del futuro?
Vivo el presente.
¿A quién no dejaría entrar a su casa?
A un político, a un genocida.
¿Donaría sus órganos?
Sí.
¿Recuerda su primera maestra?
Sí, estaba viviendo en Basavilbaso, Entre Ríos, y mi maestra de Lengua, en una actividad, me puso ¡Muy bien!, acompañado por unas palabras dándome aliento para “seguir escribiendo”. Eso me marcó, sin dudas.
¿Qué opina de la religión?
“Religiones sin motivo, cómo podremos sobrevivir”. Eso.
¿Una película?
El hijo de la novia, de Juan José Campanella.
¿Un héroe de ficción?
El Chapulín Colorado.
¿Su héroe de la vida real?
Hay muchos. Mis colegas en las Escuelas, las enfermeras del Molas…
¿Un disco?
Kisulelaiñ – No estamos solas, de Anahí Mariluan.
¿Qué género de música escucha?
De todo, no tengo preferencia. Queda exceptuado, sí, el reggaeton actual. Lo siento tan tóxico para las mentes y corazones de quienes lo consumen.
¿Su compositor, intérprete o grupo favorito?
Gustavo Cerati y Atahualpa Yupanqui.
¿Cuál es la persona que más le gustaría ver en estos momentos?
A mi mamá.
¿Cuál es su idea de la felicidad?
Un mesa de domingo, con mis tres hijos y mi compañera.
¿Qué es lo que más valora en sus amigos?
La sinceridad, la escucha.
¿Qué hábito ajeno no soporta?
La mentira. En muchos, es un hábito.
¿Qué siente nos dejó la pandemia?
Nada. No aprendimos nada. Seguimos siendo los mismos egocéntricos e individualistas. Incluso en muchos casos se potenció. Claro, que en otros casos, fue una oportunidad “obligada” por la situación de barajar y dar de nuevo. A muchos los cambió para bien, otros aún sienten el coletazo de ese momento.
¿A quién le gustaría parecerse intelectualmente?
No me gusta parecerme a otro/a. Pasapalabra.
¿Tiene un lema?
No.
¿Le niega o le negó el saludo a alguien?
No; pero tampoco ando abrazando a traidores, aduladores y malas personas.
¿Qué cualidad aprecia más en una persona?
La bondad.
¿Qué le gustaría saber ante todo?
Pasapalabra.
¿Qué instrumento musical le gustaría tocar?
Bien, la guitarra.
¿Su peor defecto?
La estatura.
¿Qué le gusta regalar?
Canciones.
¿Su color favorito?
Azul.
¿La flor que más le gusta?
Todas.
Si fuera un animal ¿cuál sería?
Un cóndor.
¿Qué piensa del periodismo en general?
Estudié periodismo, ejercí y lo viví desde adentro en mi segunda vida. Tuve programas de radio, una revista de rock. La profesión se ejercía de otro modo, entiendo. Ahora, al democratizarse los medios, y con la llegada de las redes, todo cambió. Está muy mal pago, como tantos otros trabajos.
¿Su artista favorito?
Charly García.
Se incendia su casa, sólo puede llevarse una cosa, ¿cuál?
Ojalá que eso nunca ocurra.
¿Una canción?
High Hopes, de Pink Floyd.
¿Una obra de arte?
La parrilla que logré hacer el año pasado en mi casa.
¿Cuál lugar de la casa es el mejor para leer?
El comedor de mi casa, a la mañana y con Antu de frente.
¿Sus autores favoritos en prosa?
No soy muy lector, pero me gustan mucho Pinky Pumilla, Gabriel García Márquez y los cuentos de Hernán Casciari.
¿Sus poetas?
Edgar Morisoli.
¿Si fuese presidente, qué es lo primero que haría?
No sería presidente. Si me postulara, me votaran y ganara, -que podría pasar porque gana cualquiera-, cumpliría las promesas de campaña..
¿Si fuese Dios, qué es lo primero que haría?
Pasapalabra.
¿Cuál fue la persona que más lo ayudó?
Mucha gente en distintos momentos, a quienes siempre les estaré eternamente agradecido. A mi amigo Leo Santos, cuando me buscó para formar parte de Radio Noticias, me dio una oportunidad increíble. Luego me hice camino, pero eso nunca lo voy a olvidar. En la música, a mis maestras Lía Hernández, Laura Re, Antonia Poggi. En la vida cotidiana, mi hermana Marta, mi compañera Florencia. En esta búsqueda por nuestras raíces a Juan Pérez, Nazareno Serraino, Ana María Domínguez, Pedro Coria, Fermín Acuña y actualmente María Isabel Serraino. Y muchos más. Soy muy agradecido por la vida que tengo.