«Instalar nuestra impronta lleva trabajo y dedicación»

Los grupos vocales en nuestra provincia no son multitud. Ni muchos menos. Pocos se animan a ese desafío. Y entre esos pocos sobresale con experiencia acumulada Grupal Utopía, con más de 20 años forjando un camino musical que es recorrido con seriedad y mucho respeto, mostrándose en diferentes escenarios de nuestra provincia, y del país. En los últimos tiempos la formación ofreció alguna que otra modificación en su conformación, pero al conjuro de nuevos impulsos continúa renovando esa sensación única que significa cada reencuentro con el público.
Entre fines de la década del 60 y casi toda la del 70 fue lo que se denominó la época de oro de los grupos vocales en el país, que basaban sus repertorios en la música popular, principalmente el folclore. Entre ellos estaban los Huanca Hua, Los Trovadores, Grupo Vocal Argentino, Cuarteto Zupay, Gente de Canto, Quinteto Tiempo, Cantoral y Opus Cuatro -este último más de extracción coral-, ofreciendo un sonido que con el tiempo expusieron Antara, Santa María de los Buenos Ayres o Sexteto Tiempo Nuevo, entre otros. Abundaba la proyección folclórica, y eran armónicamente ricos en sus arreglos vocales y su instrumentación.
Utopía ha mamado parte de todo eso a la hora de conformarse hace poco más de dos décadas atrás. Una formación inicial que contó con la presencia de Nestor Tobarías, Julio Ortiz, Mario Ribeiro y Alberto Esperanza, además de Ricardo Miner y Mochila Ribeiro. Luego, ante la ida de Miner, quien ingresó fue Carlos Bernardini, sumándose también Daniel Musso. Durante un tiempo Jorge Woychejoski acompañó con el bajo. Y cuando Musso dejó de pertenecer, asomaría Héctor Bossi, quien está en el grupo desde hace 13 años. En 2015 el grupo comenzó a presentarse en sociedad sin Guillermo Peca Baigorria y con Diego Avalos (ex integrante del dúo Atahualpa) ocupando su lugar. Fabricio Martínez, quien estuvo al frente de los teclados ante la ida de «Mochila», debió bajarse también por cuestiones laborales, por lo que Utopía se muestra hoy con los mencionados Avalos, Tobarías, Bossi, M.Ribeiro, Ortíz, Esperanza y Juani Ribeiro, a cargo del bajo.
En las últimas horas Utopía cumplió el sueño de regresar a Cosquín. Supo pisar en alguna ocasión el escenario mayor Atahualpa Yupanqui, y en esta vez mostraron lo suyo en la Peña La Ranchada y en el Centro Cultural. «Es la tercera o cuarta vez que cantamos en Cosquín, estuvimos una vez en el escenario mayor y en otras ocasiones anduvimos por las diferentes peñas. Habíamos planeado presentarnos en el Pre Cosquín pero por diferentes cuestiones no pudimos hacerlo ni en Luiggi ni en General Acha. Después de eso buscamos contactos y de esa forma establecimos un vínculo con el Secretario de programación del festival quien pudo gestionar un par de actuaciones. Estuvimos en La Ranchada y en el Centro Cultural donde hicimos preferentemente música de autores pampeanos. Pusimos énfasis ahí, y con algunos temas que hacen al reclamo de nuestra provincia sobre el río Atuel. Pensamos que era el lugar estratégico para poder enviar ese mensaje y hacerlo extensivo a todo el país, para que se siga escuchando el pedido de una necesidad básica como es el agua. Sirvió para concientizar un poco más sobre el problema que se está padeciendo», contó Mario Ribeiro, abriendo la charla con Lobo Estepario tras la presentación en la noche coscoína.
Zambas, chacareras y huaynos constituyen la base de un repertorio que en los últimos tiempos ha incorporado nuevas canciones, como las versiones propias de Oración del remanso (Jorge Fandermole), Solo le pido a Dios (León Gieco) y Milonga Baya (Jorge Domínguez «El Bardino»). Y en el rescate de nuestro cancionero que Utopía se trazó en los últimos tiempos, aparecen La chilquita (Guillermo Mareque-Julio Domínguez), Agüita del médano (Oscar García-Juan Carlos Bustriazo Ortiz), Ríos de arena (Pablo Ribeiro) o Para una niña del oeste (Heraldo Hernández), por citar algunas, que fueron tomando forma en los arreglos vocales e instrumentales, como también nuevas versiones de Huella de ida y vuelta (Roberto Yacomuzzi-Lalo Molina) o Como los cardos rusos (Roberto Palmer).
Ribeiro comentó que «nuestro trabajo en los ensayos se basa pura y exclusivamente en lo vocal, eso es lo que te lleva un poco más de tiempo, principalmente todo lo que tiene que ver con los arreglos y las tonalidades, entre otros detalles. En cuanto a lo instrumental, prácticamente eso siempre lo tenemos resuelto. No hay muchos conjuntos vocales con nuestro estilo, y lo que hacemos comprende mucho trabajo, por eso no hay tantos. Lamentablemente lo comercial impera actualmente y se instaló para separar en gran forma todo lo que tiene que ver con el estudio mismo de la música, con la faceta más artística. Entonces por ahí es más fácil interpretar una chacarera o una zamba, y no ponerse a realizar arreglos. Se busca sacar algo rápido, y que a la gente le guste. Lo que hacemos también es comercial pero insisto en que buscamos instalar nuestra impronta, y eso lleva trabajo y dedicación. Y es un proceso de aprendizaje constante también, nunca se deja de aprender».

– Con más de 20 años en el ruedo, ¿se sienten reconocidos?
– Esto que voy a decir es muy personal. He observado que nuestra propuesta en provincias como Mendoza, Buenos Aires, Córdoba o San Luis, recibe otro tipo de atención, se capta de una forma mucho mayor que en La Pampa. Y eso sucede debido a que en esas provincias existe una cultura más arraigada, y que se siente identificada con el trabajo musical. Entonces lo que hacemos con Utopía genera un ida y vuelta especial con la gente, y aquí eso no pasa. Nosotros seguiremos con la misma propuesta que traemos desde hace más de dos décadas, seguiremos investigando, aprendiendo y mejorando para tratar de que la gente la recepcione y entienda que también hay otro tipo de música.

Compartir

Autor

Raúl Bertone