La movida renovada del folklore

Tinku es una palabra quechua que significa “encuentro, unión, equilibrio, convergencia”. Con la canción como primer elemento de unión, una formación de jóvenes refrescan el discurso y la escena del folklore. Tinku desanda desde hace casi dos años lo que algunos catalogan como “La nueva canción popular” o “El nuevo folklore”. Un corpus sin centro que brilla con luz propia desde hace un buen tiempo, que ha tomado las riendas y transita el camino sin apuro ni estridencias.
Juan Quintero, un músico tucumano reconocido por compositores de la talla de León Gieco o Pedro Aznar, señaló cierta vez que el rótulo de “nuevo folklore” es “medio complicado. A veces se lo usa como si estuviéramos rompiendo algo pero en realidad la música que hago tiene que ver con la manera en que siento y hablo. No es novedosa, es propia. A la hora de componer estoy solo con lo que me pasa adentro”.
Tinku es actual, con una propuesta clara y genuina. Autores de la mayoría de sus temas, casi todos de raíz folklórica, estos jóvenes cierran un círculo de mucha entrega sobre el escenario, cercanía con el público, y esa visión de la canción como medio y también como fin. Construyen la obra para comunicarse con los demás. El arte bien construido alimenta y es transformador. Cierta poética bucólica, la instrumentación acústica y las temáticas del lugar saben redefinirse y sentirse en la vida moderna, sin perder credibilidad. Y Tinku busca validarlas en el aquí y ahora, con la impronta y las sensaciones propias que surgen de la inmensidad de nuestra llanura pampeana.
Recreando de alguna manera los pasos que buscan encontrarse con la senda marcada por aquella generación más vanguardista del género, integrada por referentes ineludibles de la escena nacional como Juan Falú, Liliana Herrero, Raúl Carnota, Jorge Fandermole, Verónica Condomí y otros intérpretes. Es decir, revalorizar a su manera el patrimonio más rico de la música tradicional argentina, sin atarse al folklore. Ni deudores ni herederos, hacen lo que les toca en su tiempo.
Los primeros escarceos se produjeron en Córdoba, a través de las inquietudes de Ramiro Pereyra y Adrián Venturucci. En tierra mediterránea hubo una primera formación, y una vez regresados a nuestra ciudad, buscaron continuar con el desafío de hacer música, por lo que en poco tiempo, luego de encuentros con amigos, se armó el grupo que actualmente sale al ruedo con siete integrantes. A los mencionados Pereyra (guitarra y primera voz) y Venturucci (vientos y charango), se suman Mariano Romero (primera guitarra y voz), Leonardo Iglesias (bajo), Emiliano Saavedra (batería), Gerardo Caballero (violín y guitarra eléctrica) y Marcos Pinedo (percusión, guitarra y charango).
Este viernes 12, Tinku cumplirá con un sueño tejido largamente en los últimos meses. En el marco de una peña que tendrá lugar en la Asociación Española de nuestra ciudad, el grupo grabará en vivo su primer disco y un DVD, atrapando un total de veintidós canciones, trece de ellas de su propia autoría. Desde las 21.30 horas volcarán todo ese ímpetu musical, toda esa energía en un ida y vuelta muy particular con el público, para una velada en la que se anunció, además, la actuación de Yaperos, Lilen Mira, La Jarilla, Guarda El Parche, La Risotada, Alma de la Tierra y Taiñ Quinan. Las entradas tienen un costo de cincuenta pesos, y pueden ser adquiridas en Musicanoba, en Kiosco 57 y en Urban Chic.
“Para el poco tiempo que venimos andando, y todo el esfuerzo que le ponemos a esto, el del viernes es el desafío más alto. Será como nuestra carta de presentación para futuras contrataciones, o bien para salir a vender el material. Consideramos que este era el momento por una cuestión clara; la mayoría de los temas que tocamos son propios, llega el tiempo donde tenés que renovar el repertorio y creíamos que la mejor manera de cerrar un ciclo, y salir en algún momento de lo que venimos haciendo, para así poder crear otras cosas, era materializar esa etapa en un disco. Por ahí pueden decir “pucha, llevan recién un año y medio”, pero sucedieron tantas cosas importantes y valiosas para nosotros, que planteamos la idea de concretarlo. Tenemos los elementos, los recursos y la gente te responde, en ese sentido no se puede mirar hacia un costado. Entonces, qué mejor hacerlo ahora”, contó Venturucci.

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– ¿Manejaron la posibilidad de grabarlo en estudio?

E.S – Si, pero nos cuesta muchísimo, es por una cuestión de tiempos y de oídos, de sincronización. El estudio es, además, más caro que hacerlo así. Son horas y horas de grabación. Igualmente, en el salón de la Española, lo que se instala es un estudio móvil, después todo irá a masterización. La cuestión técnica, todo lo que implica sonido, imagen y demás, estará a cargo de Ricardo Franzini, quien vive en Parera y cuenta con una estructura muy buena, apta para lo que queremos hacer. El restante soporte, el operativo, lo aportará Román Ramonda, muy profesional en lo suyo, con un estudio importante instalado en Córdoba.

– ¿A la hora de bosquejar el repertorio existieron dudas con respecto al contenido?
R.P – No, lo decidimos bastante rápido. Vamos a hacer todas nuestras canciones, unas trece o catorce, y nueve temas más que pertenecen a otros autores. Eso contemplará la grabación del DVD, mientras para el disco, posiblemente, vamos a editar y así lograr que contenga solo los temas propios. Es una cuestión que la tenemos que definir entre todos aún. Al momento de salir a la cancha, se resolverá. En cuanto al lanzamiento, todo dependerá del tiempo que implique la masterización, es muy probable que algo surja en el vivo y se deberá corregir, o no. La post producción también lleva su tiempo, y es cara. Si todo sale bien, es nuestro deseo poder mostrar ambos trabajos el cuatro de enero, cuando se cumpla el segundo aniversario de la creación del grupo.

– Lo valorable, mucho más aún en una formación joven, es sostener el andar con letras propias, dejar establecida la impronta también ahí…
A.V – Eso nos acompaña desde el comienzo. Hasta ahora el más corajudo fui yo, pero se están animando todos a escribir. Creo que tiene que ver con un efecto contagio, para mí todo pasa por animarse. La primera vez que subimos a un escenario arrancamos interpretando algo nuestro, una canción que no conocía nadie. Nos gustó como había quedado y lo hicimos sin vergüenza alguna. Eso resultó como un disparador, invitó a seguir haciéndolo, y entonces sucede que vas a un ensayo, y alguien te dice “en vez de hacer esto del Chaqueño Palavecino, por ejemplo, por qué no le ponemos música a esto…”. Te llevará tres o cuatro ensayos más, pero es tuyo. Le escribimos mucho a nuestra provincia, a la tierra, a la idiosincrasia que tenemos como pampeanos, todo eso está muy marcado en las letras y como todos tenemos diferentes gustos musicales, aportamos alternativas instrumentales. Se llamará coraje o caradurez, pero eso es lo que intentamos lograr cuando tocamos. Hacer cualquier música con cualquier letra porque es nuestra.

– ¿Cómo definirías el presente la canción popular?
L.I – Hay un cambio generacional muy grande, no solo en quien hace música, también está en el público. Una cosa va de la mano con la otra. Ese cambio ha permitido que se salga un poco del folklore tradicional, ese de la guitarra y el bombo. Hoy podemos tener una batería, un bajo, y con el recambio que se produce en la gente que asiste a escuchar, también se abre la puerta para crear. Por ahí antes un músico no se animaba a meter un bajo preocupado en qué pensaría el público, hoy no pasa eso, es algo habitual.

– Uno de ustedes tiene formación académica ¿es como el guía en este momento?
A.V – Exactamente. Ninguno de nosotros es músico salido de un conservatorio, Mariano (Romero) es quien está mucho más formado. Siempre decimos lo mismo, por ahí no sabemos lo que es un Fa sostenido menor, pero nos gusta como suena. Mariano es decisivo, de lo contrario lo nuestro sería muy monótono, siempre hubiese sido lo mismo. Gracias a él, y al sacrifico y dedicación de todos, hemos evolucionado en este corto tiempo de vida artística. Lo hermoso es subir a tocar y hacerlo con amigos. Sabemos que esto que vivimos ahora en algún momento puede no suceder, entonces cada minuto es a fondo. Las ganas de mejorar ayuda al crecimiento y así como en un inicio es exponencial, el estancamiento puede asomar después. No queremos eso. De ahí que dijimos hacer un DVD, y, testarudos, encaramos el proyecto.

– ¿Los espacios están o se dificulta encontrarlos para expresar su música?
E.S – Y, hay que lucharla bastante…Las convocatorias para ir a tocar se suceden, en la provincia existen buenos músicos y eso implica que no podés quedarte quieto ni un segundo. Si sucede eso, se pierde terreno. No somos músicos formados, por lo que a la hora de componer y tocar nos cuesta mucho más que a otros. Lo nuestro es oído y corazón. El que estudia música, hoy día tiene una banda, la movida del folklore se hizo masiva en la provincia, y los pibes crecen sin pausa.

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Autor

Raúl Bertone