La música provoca sensaciones y sentimientos, y en ese sentido los niños perciben desde muy corta edad ese amplio abanico de sonidos que emergen en los distintos ámbitos que transitan. Vestuarios coloridos, diferentes coreografías y un repertorio musical que recupera canciones tradicionales. Todo eso viene exponiendo Perro Salvaje desde hace cuatro años. Repitiendo en diferentes escenarios de la provincia esa sana y linda costumbre de acercar a los chicos, y también a los adultos, al conocimiento y la valorización de diferentes manifestaciones artísticas (música, danza y ejecución de instrumentos), estimulando la creatividad, interpretación, expresión y comunicación.
Perro Salvaje es una banda de música integrada por docentes interesados en revalorizar el cancionero infantil y a través del mismo realizar un recorrido amplio en melodías, ritmos y armonías, géneros populares, además de las situaciones que se generan con músicos actuando en vivo, exponiendo dinámicas grupales, con proyección de imágenes, representaciones teatrales y mucho humor. Los niños poseen un bagaje de experiencias a partir de situaciones vividas en el contexto familiar y cultural, y del contacto con los medios masivos y las tecnologías de la comunicación. Pero, sin embargo, no todos tienen las mismas posibilidades de asistir con frecuencia a eventos que le permitan tomar contacto con contenidos educativos y culturales. Lo que genera Perro Salvaje a partir de estos encuentros con la música, el arte visual, la danza y el teatro, es desarrollar en quienes asisten como público expectativas respecto de las posibilidades expresivas que ofrece cada uno de los lenguajes artísticos y se constituyen en un medio de expresión que utilizan naturalmente y en forma de juego.
«Nuestra música pertenece al repertorio infantil con canciones y producciones nuestras, canciones de autores del momento en el género y canciones tradicionales que aprendimos en la escuela o en el ámbito familiar. El espectáculo que hacemos gira en relación a momentos donde tratamos de atrapar a las familias para que jueguen, canten y por sobre todo compartan un momento con nosotros, con sus hijos, sobrinos, etc. Tenemos canciones alegres para jugar, canciones para bailar, divertidas, se trata de una propuesta que en nuestra provincia es escasa a partir de la forma profesional con la que la encaramos y realizamos, siempre desde la seriedad y el respeto que el público merece. General Pico nos vio nacer y nos dio la confianza y la madurez como grupo, por eso creemos que es tiempo de salir a mostrar nuestra música a chicos y familias que pocas veces han tenido la oportunidad de escuchar una música sana, humilde, sin violencia y con un mensaje a nuestra propia infancia», expresó Ezequiel Coronel, integrante del grupo junto a Gisela Castillo, Adrián Barroso, Pablo Coronel, Fabricio Martínez, Alejandra Reyes, Alexis Soto, Kela Ursino y Verónica Zeballos.
En todo este tiempo transcurrido han presentado varios proyectos para desarrollarlos sin fisuras sobre el escenario. Y para llevar a cabo el trabajo áulico, procuran utilizar una serie de cuentos infantiles de autores argentinos que hablan sobre los derechos fundamentales de la infancia, explicados con claridad y muchas dosis de imaginación, para que los niños entiendan cuáles son sus derechos y los del resto que les rodean. Historia de una princesa, su papá y el príncipe Kinoto Fukasuka (crecer en libertad); Donde los derechos del niño Pirulo chocan con de la rana Aurelia (respeto); ¿Quién le puso el nombre a la luna? (nombre y nacionalidad); Los sueños del sapo (identidad); El hombrecito verde y su pájaro (libertad de elección); Los reyes no se equivocan (opinión); Mirar y ver (educación); Sofía (familia y afecto); Un monte para vivir (asociación); Cuando sea grande (autonomía y protección); La abuela electrónica (amor y comprensión); Sobre ruedas (cuidados especiales); El extraño caso del amigo invisible (juego, diversión y esparcimiento); Alguien diferente (igualdad).
El año pasado seleccionaron algunos temas musicales para trabajar como El monstruo de la laguna, El gallo y la pata, y Luna Lanar. Jugando con la canción acumulativa El monstruo de la laguna, surgen frases repetidas a las que se van sumando nuevas palabras y tienen como fin ejercitar la memoria e iniciar el camino hacia atrás, pues cada objeto o personaje es nombrado pero al revés. El cuerpo, en movimiento insonoro, gestos, movimientos mímicos y coreográficos; escuchando la canción, se irán reconociendo diferentes partes del cuerpo (pansa, manos, hombro, cadera, pies y cabeza).
Otras canciones abordadas de la misma forma y temática son La mané, Pie Pie Pie y El marinero baila, y para trabajar el cuerpo humano asoman Voy a dibujar mi cuerpo, Hocky Poky, y Cabeza, hombro, rodillas y pie. En la canción El gallo y la pata se intenta escuchar y distinguir las voces de diferentes animales, diferenciando los animales de la granja con de otras especies; explorar y descubrir las posibilidades de la voz como productor del sonido imitando las voces de los animales, y aprender canciones que permitan abordar, a través de la voz y de movimientos corporales, algunas características sonoras y motoras de los animales. Con cada una de ellas, y con una propuesta lúdica y participativa, fueron sumergiéndose en historias personales, que reflejan momentos de nuestras vidas y que son parte de nuestra identidad cultural.
La música estimulando la imaginación
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