El artista pampeano Ezequiel Montero Swinnen representa a nuestra provincia en la muestra Congreso de Tucumán. Mutaciones, rupturas y continuidades en 200 años de arte argentino, en el marco de la celebración del Bicentenario de la independencia de la República Argentina. Montero Swinnen fue seleccionado por las autoridades del Museo Nacional de Bellas Artes y la exhibición, inaugurada hace una semana, se lleva a cabo en el Museo Provincial de Bellas Artes Timoteo Navarro. Organizada por el Ministerio de Cultura de la Nación, la muestra incluye 79 obras -pinturas, esculturas, grabados, dibujos, fotografías, instalaciones, objetos y videoarte- que establecen un diálogo entre estilos, y materialidades diversas, a partir de la propuesta curatorial del director del Museo Nacional de Bellas Artes, Andrés Duprat, y del director de la Escuela de Bellas Artes de la Universidad Nacional de Tucumán, Jorge Gutiérrez. La propuesta recorre dos siglos de arte argentino y pone a dialogar destacadas piezas de la colección del Museo Nacional, con obras de artistas contemporáneos de todas las provincias, donde está incluida una de las fotografías de la serie Nubes de Color perteneciente al artista nacido en la ciudad de Santa Rosa.
Montero Swinnen participó como disertante en uno de los Laboratorios de Arte Actual que tienen como objetivo generar un espacio de pensamiento y discusión sobre la producción de arte en Argentina. Allí puso de manifiesto su particular vinculación con el paisaje pampeano como inspiración e influencia para la construcción de todas sus obras, a partir de cuatro ejes: el viento, la llanura, el silencio y la pausa. En estas actividades estuvo presente, también, la artista Daniela Rodi, ampliando hacia una visión más abarcativa de la escena del arte en nuestra provincia.»Me interesa reflexionar acerca de la experiencia subjetiva del hombre con respecto al tiempo y al espacio. Explorar el movimiento, los lazos invisibles que unen y desunen las cosas y las personas. Trabajo mucho con el elemento aire, me apasiona la batalla entre peso y levedad -el eterno balance entre sostener y dejar ir-. Creo que en el aire, y con el viento, los elementos siempre se comportan de maneras inciertas pero genuinas: vuelan, flotan, caen, chocan, danzan, funcionan como aparatos suspendidos, escultóricos, silenciosos y pausados. Para mi, la pausa es el instante que tiene duración: el punto de cruce entre un tiempo detenido y un tiempo que transcurre en un continuo infinito. Trabajo la pausa borrando toda huella de tiempo y espacio específico. Sin contexto visible, se genera una sensación de desnudez muy ligada al vacío: desprovista de pertenencia y de mito, sin marca o memoria singular. Es para mi, un ensayo de acercamiento a una naturaleza espiritual, universal, sin límite y sin nombre, eterna y sagrada, que me hermana a todo lo que es. Siempre encuentro referencias en el ritmo y las formas de los elementos simples y cíclicos de la naturaleza: el campo, el horizonte, el día y la noche, las estaciones, las montañas, las flores, las nubes, la nieve, las estrellas» dice Montero Swinnen como declaración de todo lo que alimenta su bagaje artístico-creativo.
La exposición trasladó a Tucumán obras de primer nivel del museo porteño en un abordaje de 200 años de arte argentino desde una óptica «más desfachatada, menos historicista, pero bastante más rica», dijo Duprat sobre el repertorio que incluye a Cándido López, Prilidiano Pueyrredón, Fader, Malharro, Berni, Xul Solar y León Ferrari, entre otros, algunas de ellas exhibidas por primera vez fuera de la institución. Las obras del acervo nacional se desplegron a través de cuatro núcleos temáticos: Paisaje y territorio, Visiones sobre la subjetividad, Los cambios sociales, y Vanguardia y abstracción. En esta última intervino Montero Swinnen conformando el grupo de artistas contemporáneos junto a Fabiana Imola de Santa Fe, Ariel Mora de Neuquén, Cecilia Teruel de Santiago del Estero, Elías Tobares de La Rioja y Patricia Viel de Santa Cruz. Vanguardia y abstracción se completa con piezas de Emilio Pettoruti, María Martorell, Enio Iommi, Alfredo Hlito, Alejandro Puente, Tomás Maldonado, César Paternosto, León Ferrari, Jorge Gumier Maier, Pablo Siquier y Graciela Hasper, artista que exhibe una obra incorporada hace poco a la colección del MNBA.
El eje Paisaje y territorio incluye un diálogo entre piezas como el bucólico paisaje de Martín Malharro, El arado (1901); el bello Paisaje de Tandil de Pío Collivadino; Las playas de Guasapampa de Fernando Fader; esa suerte de Babel titulada Celdas na roca de Xul Solar o el Obelisco desde la óptica de Grete Stern. Luis Felipe Yuyo Noé es otro de los integrantes de este núcleo, presentando su obra En la maraña, y se completa con trabajos de Antonio Berni, Horacio Coppola, Annemarie Heinrich, Antonio Seguí, Eduardo Stupía, Guillermo Kuitca y Alberto Goldenstein. Los artistas contemporáneos que se sumaron al núcleo paisajístico son Romina Baigorria de San Luis, Matías Duville de Buenos Aires, Gustavo Groh de Tierra del Fuego, Mauro Koliva de Misiones, Claudia Martínez de Catamarca, Adriana Miranda de San Juan y Guido Yannitto de Salta.
Obras de Prilidiano Pueyrredón, Cesáreo Bernaldo de Quirós, Lino Enea Spilimbergo, Ramón Gómez Cornet, Juan Carlos Castagnino, Carlos Alonso, Rómulo Macció, Marta Minujín, Liliana Maresca, Marcos López, Adriana Lestido y Alejandro Kuropatwa, entre otros, integran la sección Visiones sobre la subjetividad. Allí, entran en diálogo los artistas contemporáneos Marcelo Abud de Jujuy, Viviana Blanco de Río Negro, Rodrigo Etem de Mendoza, Lucas Mercado de Entre Ríos, Rosalba Mirabella de Tucumán y Maia Navas de Corrientes. Finalmente, Los cambios sociales se titula el apartado que cuenta con trabajos de Cándido López, Pío Collivadino, Raquel Forner, Antonio Berni, Juan Carlos Castagnino, Juan Carlos Romero, Sara Facio, Norberto Gómez, Juan Carlos Distéfano, León Ferrari, Graciela Sacco y Jorge Macchi. Aquí, se forma un entramado estético con la obra de los artistas invitados, José Ballivián de La Paz, Bolivia; Sebastián Díaz Morales de Chubut, Leticia El Halli Obeid de Córdoba, Tomás Espina de Capital Federal, Diego Figueroa del Chaco y Walter Tura de Formosa.
Luego de su puntapié en la capital tucumana, la muestra Congreso de Tucumán: 200 años de arte argentino llegará en septiembre al Museo Municipal de Bellas Artes Juan B. Castagnino + Macro, de Rosario; en diciembre se exhibirá en el Museo de Arte Contemporáneo Buenos Aires (MAR), de Mar del Plata. En 2017 estará en el Museo Nacional de Bellas Artes de Neuquén; en marzo, en el Museo Provincial de Bellas Artes Emilio Caraffa, de Córdoba; en junio, en el Museo Provincial de Bellas Artes Franklin Rawson, de San Juan, y en diciembre, en el Museo de Bellas Artes de Salta.
Ezequiel Montero Swinnen
Nació en Santa Rosa, La Pampa, en diciembre de 1983. Vivió allí hasta sus 18 años, desde entonces vive en Buenos Aires. Se desempeña como artista visual, fotógrafo y docente. En su obra como artista, trabaja principalmente la fotografía, el video, la instalación y el dibujo. Los temas que aparecen recurrentemente en son la pausa, la suspensión, el silencio, la levedad, el magnetismo.
Expuso su obra en museos y galerías de EEUU, Canadá, Alemania, Bélgica, España, Perú, Bolivia, Panamá, Uruguay y Argentina. Participó en numerosas ferias y concursos nacionales e internacionales.
Fue seleccionado por el Museo Nacional de Bellas Artes, para representar a la provincia de La Pampa en la muestra “Congreso de Tucumán. Mutaciones, rupturas y continuidades en 200 años de arte argentino” exhibiendo su obra, durante 2016 y 2017, en los museos más importantes de la República Argentina. Elegido como uno de los finalistas del Premio Itaú Artes Visuales, su obra se encuentra actualmente exhibida en el Palais de Glace y recorrerá el país durante un año. Seleccionado por Fundación Ace para el Arte Contemporáneo y Espacio Peisa para una beca de encuentro y clínica de obra con la artista Liliana Porter.
Participó de la muestra Pertenencia, organizada por el Fondo Nacional de las Artes, representando a La Pampa. Egresado de UADE con el título de Licenciado en Diseño Gráfico. Estudió Fotografía con Jorge Mónaco en la Escuela Nacional de Fotografía. Realizó el Posgrado de Especialización en Medios y Tecnologías en Artes Visuales en la Universidad Nacional de Artes, allí presentó su tesis: Pausa (la dialéctica del tiempo entre la imagen fija y la imagen móvil). Organiza y brinda conferencias y talleres experimentales, en Argentina y en el exterior, vinculados a la creatividad y las artes visuales. Se desempeña como docente desde el año 2005 en universidades, centros culturales y espacios independientes. Es creador del Laboratorio de Experimentación para Artistas Visuales Hemisferio Mágico.