Nada detiene tu paso

«Nada detiene tu paso», una poesía de Dardo Cuellar

Agua que corre, siempre va y siempre viene,

nunca deja de ser.

Nada detiene tu paso.

Soy rio.

Sangre mía, 

sangre que por un instante respiramos, el mismo aire.

Como una foto vieja que cruza vidas.

Es el anciano que sostiene las riendas de la vida de su simiente. 

Estoy parado sobre una baldosa de esquirlas.

La grieta de la pared, está dentro.

Los humedales

y los atardeceres.

Sus olores rancios y otros tan frescos.

Todo se esconden en la grieta.

Ahí, eternizados viven,

en tus rajaduras del ayer.

Tormentas que arrancan bramidos

del implacable instante, y nadie sabe

qué vendrá.

Tal vez, lo necesito.

Para sacarme el frio del alba y de los pies.

Con el temible desamparo del pensamiento.

El mío y el tuyo.

Fotografía: Federico Lederhos

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