Amalgama de talentos. Los tres allí. Buscando emocionar. Abordando la canción también desde un lugar diferente. Pueden parir ese poder rugiente que los caracteriza. Pero también aplacar sus voces. Hacer que sus guitarras suenen más calmas. Banda poderosa Eruca Sativa. Lula Bertoldi (voz y guitarra), Brenda Martín (bajo y coros), y Gabriel Pedernera (batería), son grandes instrumentistas. Y como todo músico del interior, la pelearon mucho. Trazaron solitos su camino. Hoy disfrutan de un sitial privilegiado en la escena del rock argentino.
«La carne es blanco de sedientas generaciones, quienes tras los pasos de cambiantes ideales sacrificarán a la propia especie, justificándose en vívidas teorías que explican por qué es más importante una vida sobre la otra.» Así empieza el tercer álbum de Eruca Sativa, el que cierra la trilogía de títulos que compone la frase La carne – Es – Blanco. «Cuando me olvido de ser, cuando dejo de existir, soy un cuerpo sin alma, pero soy carne que quiere carne», canta Lula en «La carne», tema de ese ese primer disco. Que incluía una eficaz versión de Eleanor Rigby. Esa que se dejó escuchar aquí.
Hoy están brillando como un diamante pulido. El pasado viernes volvieron a pisar suelo piquense. La segunda vez en este 2014. Noche de lluvia y truenos por doquier. En Road Crew me encontré con una banda que se planta en el escenario con argumentos sólidos y elementales. Con sus alaridos afinados, la voz cantante la lleva Bertoldi, pero el protagonismo está repartido. Pedernera alimentando los beats con tracción a sangre; Martín dueña de los riffs de su acústica o de su bajo fretless; y la misma solvencia de Bertoldi con sus guitarras. Una base rítmica muy sólida.
Los tres se juntaron en noviembre de 2007. Al mes de ensayar, debutaron en Casa Babylon en Córdoba. Pedernera venía de Tórax y las chicas se habían cruzado en un proyecto anterior, Lucila Cueva, con el que llegaron a tocar con La Renga en el Complejo Pajas Blancas. Tomaron el nombre Eruca Sativa de la denominación científica de las orugas. Todo sucedió muy rápido. La carne (2008) fue su primer trabajo. La segunda placa, Es, surgió en 2010, y dos años después fue el momento de Blanco. Las giras, los premios. Desde hace algunos días está disponible el nuevo disco. Se trata de Huellas digitales, el resultado de la doble épica jornada en el Opera. Con DVD incluído.
Con el grunge emergiendo en su sonido, Eruca Sativa ya juega en las ligas mayores. Nirvana, Stone Temple Pilots, Foo Fighters son, entre otras, influencias y matices que hacen a su fusión. Si el trío es la formación madre del rock, Eruca está para refrendarlo una vez más. Es sinónimo de rock potente. Aunque abierto a posibilidades casi ilimitadas. Hay veces en que el virtuosismo puede aburrir. No es el caso de este grupo. Excede el gastado concepto del «power trío». No pasan desapercibidos. Uno de los vivos más vigorosos que pueda verse hoy. Rock sin concesiones.
Barón-B, esa marca registrada
Llevan quince años en el ruedo. Transformados en referentes del rock en esta parte del país, Barón-B es orgullo piquense. Un trío conformado en sus orígenes por Hernán Braun, Gustavo Adam y Adrián Bianchi, hoy se instala arriba de un escenario con la formación que sigue mostrando a Braun (voz y guitarra), acompañado por Elías Elizalde (bajo) y Mauro Tueba (batería) . Un trío coordinado, que sabe muy bien lo que hace.
Consolidada en la región, la banda se dio el gusto de acompañar presentaciones de La Renga, JAF, Almafuerte o Las Manos de Filippi, entre otros. En 2004 editaron su primer disco ‘Más allá del frenesí’, con la participación de músicos invitados, y a comienzos de este 2014 presentaron su segundo trabajo llamado «Luces y sombras», que alberga doce canciones propias. El viernes en Road renovaron ese ida y vuelta especial que logran con su público fiel. Repasando sus temas. Con el sonido potente de siempre.


