Agua tibia que ablandas durezas,
tu cielo me ve y yo me veo por los ojos que me diste.
Los amaneceres de heladas tras heladas se ven en las venas de tus brazos,
en otra vida otros soles dijeron tu nombre.
¡Caldén!
Las noches se vuelven brazas.
Mi tierra no tiene cerros
no tiene arroyos ni tampoco ríos,
solo el llano de mis huesos.
Dije con voz en cuello no hay paisaje en mi pueblo.
¡Alguien Gritó!
¿Quién dice que no hay paisaje en mi tierra?
Solo faltan poetas desatando versos,
enclaustrados en almas viejas que no pudieron volar.
Pablo y Silas clamaron y se derrumbaron muros de prisión.
Llano que dibujas paisajes con sangre de los míos.
Dulce es el fruto de tus brevas
que abrazan madrugadas.
Cubrís el dormir de los tuyos con tus neblinas,
como cobijas de lanas.
Se unió el sol con la luna
heladas noches de pasto y puna.
Templa el bronce ciñe su aliento.
El brillo del sol arde en tu cuerpo.
juntas un alma con otra.
Dando luz intensa a esta Pampa que se adueña con su silencio.
Y tu piel color arena se hace migajas junto a la mía.
Tus cardos rusos ruedan diciendo son mis niños tu aliento y tu soñar.
Ablandas durezas cuando claman mis entrañas.
Sopla tu viento sobre mi cuerpo como caricias de un padre que no sabe otra forma de amar.
Por Dardo Cuellar
General Pico