Uña de guitarrero y alma de cantor. Mantiene con el instrumento una relación simbiótica, un romance casi místico que lleva más de cinco décadas. Utilizando la antigua fórmula alquímica que combina paciencia y dedicación fue armando su camino. Creando el propio hechizo de la noche interminable fundiéndose en el canto coral de los boliches, hasta que la luz amanecida desempolva el insomnio.
Amilcar Jacinto Fiorucci es el cantor de Lonquimay. Rasguea, puntea las seis cuerdas desde los 12, cuando recibió como regalo de cumpleaños una guitarra Casa América y un libro de método por cifra. Nacido un 16 de junio de 1953, atribuye en gran parte a la vida de campo como influencia decisiva en su vínculo tan arraigado con la música. «Cantaban los pájaros y cantaba yo. Salía a caballo con sol, lluvia, heladas o viento, y siempre lo hacía cantando. Tal es así que nunca visité un fonoaudiólogo ni nunca eduqué mi voz. Mi garganta es libre de todo estudio», cuenta sobre los orígenes de su pasión.
La radio fue, al igual que la guitarra, una gran compañía. Audiciones que emitían tango y folclore para alimentar ese aire de su niñez, en la que su hermano también se dejaba movilizar por el canto. «En las reuniones familiares o fiestas de la escuela siempre hacíamos, de alguna manera, un dúo, pero sin instrumentos. Yo quería algo para acompañarme, y cuando me regalaron mi primera guitarra ya vivía en el pueblo. Luego, con los primeros tonos y canciones, armamos un grupo que llamamos Las Voces de Lonquimay, y después hicimos otro. Concurríamos a cantar a los parques de diversiones que frecuentaban los pueblos y a partir de 1969 me largué solo. Así fui un habitué en las peñas de entonces como Brasas de Tradición en Miguel Riglos, Caldén Seco en Anguil y por supuesto El Alero en General Pico. En ese tiempo la TV recién arrancaba en la región y visité el canal de Trenque Lauquen para actuar»
Fiorucci tomó impulso y se abrió camino con humildad. Recibió el primer premio en el rubro solista en ocasión de la edición inaugural del Festival de Artistas Pampeanos que se realizó en General Pico en 1974, y ese mismo año abrió la noche central de la Fiesta de la Ganadería en Victorica, siendo el primer pampeano en hacerlo, compartiendo cartel con Los Hermanos Ábalos, Antonio Tormo, Los Altamirano, Tarragó Ros, Los Hermanos Cuestas y Los Indios Tacunau. «Eso fue grandioso, a partir de ese momento no paré más, viajando por toda La Pampa y por el país integrando la embajada de El Alero o de Cultura de la provincia. En la mayoría de los casos no cobraba un peso, y en mis primeros años viajaba a dedo, en tren o con algún familiar para llegar a los lugares, hasta que tuve mi propia movilidad».
Paisajes, olores, amigos, todas las vivencias que se enmarcaban con el vivo deseo de transmitir a través de su voz y acompañado por una guitarra, subido a un escenario. «Muchísimos festivales y lugares me cobijaron en esos primeros 30 años, que marcaron una huella que nunca más se borraría. Después llegaría la etapa de grandes momentos, como haber ganado en Laborde 1985, estar dos veces en el Festival de Cosquín en los años 86 y 87, o en Salta y Misiones. Resumiendo, la música y el canto son parte de esta vida que transito, ha sido, es, un bálsamo para mi alma. Soy de los llamados «no rogados», es decir, canto donde sea, en ruedas de asados, sobremesas, clubes, peñas o reuniones familiares, haya o no sonido y/o acústica».
Fiorucci grabó varios temas que formaron parte de discos para autores pampeanos, y participó en los últimos años en grabaciones junto a Los de Maza o Thomás Vázquez. «Soy una persona agradecida y en ese caso no puedo pasar por alto los nombres de Tito de los Reyes Besada, Guillermo Fernández o Conrado «Ruso» Kroll, entre tantos que me llamaban y tendían una mano para conseguirme salidas a cualquier lugar. Eternamente agradecido a todos. Desde 1966, en la zona o en cualquier otro lugar, he sido un «colaborador», y lo sigo siendo con toda la seriedad del caso. Seguiré mientras pueda hacerlo, organizaron un homenaje a la trayectoria para noviembre y eso me ha emocionado demasiado que no sé como voy a estar ese día. Actualmente oficio más de locutor que de músico, pero siempre metido en lo mismo. Me queda grabar el disco que ya tiene título: se llamará «Antes que pierda la voz», concluyó.
1) ¿Qué le hubiese gustado ser?
De no haber sido humano, no sé, algo que fuera ejemplo de vida, un hornero.
2) ¿Quisiera cambiar de trabajo?
A esta altura de mis años, me conformo con lo que estoy haciendo.
3) ¿Un lugar para vivir en el mundo?
Más allá de todas las bellezas existentes, elijo Lonquimay. Es mi lugar. Aunque me hubiese gustado la vida en el campo como antes y no en el pueblo.
4) ¿Qué desea para su vejez?
No causarle problemas a nadie, quiero decir, que no tengan que cuidarme.
5) ¿Qué mejoraría de su cuerpo?
Antes, algo tal vez; ahora terminamos bien y a gusto como estamos.
6) ¿En qué tarea no se siente inteligente?
Por dudar de mi inteligencia y/o capacidad, rechacé algunas…El único error fue haber estado de intendente, no soy político y eso pesó bastante en partes, de cualquier manera terminé mi mandato de pie y con la frente en alto.
7) ¿Cuál fue el momento más feliz de su vida?
Mi infancia. Pienso que la inocencia ayuda a no sentir otra cosa que disfrutar cada día. Sé que no todos los niños han podido o pueden vivirla de igual manera.
8) ¿Su primer trabajo?
En el campo donde crecí de niño. Me había ido a vivir al pueblo, abandoné el secundario y hacía 10 kilómetros por día en mi bicicleta -modelo 1968 que aún utilizo-, durante ocho años, para ir a trabajar de lunes a sábados unos 300 días al año.
9) ¿Cuál es el buen cine?
El que contiene pasajes de la vida real, hayamos o no vivido.
10) ¿El último libro que leyó?
Estoy leyendo de a poco Los hijos de la tierra, trata la vida de los pueblos indígenas que en estas fechas viene bien. Es de Carlos Martínez Sarasola.
11) ¿El mejor libro que leyó?
No sé si son los mejores, pero las obras de Atahualpa Yupanqui son las que más vuelvo a hojear para encontrar temas que a mí me gustan y además, me sirven.
12) ¿Un programa de T.V?
Soy de mirar mucho fútbol, películas y aquellos programas que aún contienen el sano humor de antes.
13) ¿Qué instrumento musical le gustaría tocar?
Siempre soñé con tener una habitación llena de instrumentos variados. Me quedé en la guitarra y un poquito de armónica.
14) ¿Qué hito de la historia mundial le hubiese gustado vivir personalmente?
Uno lee y dice para sí: ¡qué lindo sería poder haber estado allí…! Son varios. Pero elijo la llegada a este país de mis abuelos -a quienes no pude conocer-, sin saber qué destino tenían deparado.
15) ¿Cuál fue la vez que más lloró?
En febrero de 1982, cuando a causa de un accidente sufrido dos días antes, falleció un pequeño amigo de 11 años que vivía pendiente de lo que yo hacía. Era una noche de partido de baby fútbol, era de mi equipo con la camiseta de San Lorenzo, estaba dormido a mi lado, apoyado en mi silla, me dijo me voy a jugar a las escondidas, subió a un techo, el techo se hundió y allí terminó su ilusión de vida. Estuve más de seis meses sin tocar la guitarra y cantar. Desde ese día es el ángel de la guarda que muchos creen existe. En Mauri lo tengo.
16) ¿El mejor político en la historia del país?
Creyendo en la historia no vivida, me quedo con los primeros del siglo 19.
17) ¿La mejor persona que haya conocido?
Sin dudas mi madre. Al morir mi padre a los 33 años, ella tuvo que hacerse cargo de cumplir las dos funciones.
18) ¿Usted cree en la justicia de este país?
Como están dadas «las cosas», dudo en creer, aunque tenga que recurrir a ella algún día. Hay un alto porcentaje de casos que han salido a la luz que llevan a que la mayoría de las opiniones sobre creer en la justicia sean negativas.
19) ¿Qué profesión u oficio nunca ejercería?
Los que fueran ilegales.
20) ¿Un personaje nefasto en nuestra historia?
Todos los que asesinan, violan, secuestran, corrompen, trafican con personas y atentan contra el desarrollo de la vida normal, sembrando inseguridad. Son muchos nombres…¿no?.
21) ¿Le preocupa la muerte?
Ya no me preocupa, aunque le pediría que tarde bastante en llegar.
22) ¿El arte salva?
No sé si salva, pero sí aleja el pensamiento de tristezas o problemas en los momentos que lo estás viviendo.
23) ¿Qué opina del aborto?
Un tema candente por cierto, con mucho cuidado al opinar. Pienso que en los casos de violaciones, la víctima tendría que ser quien decida.
24) ¿Qué le gustaría saber del futuro?
Soy de leer mucho sobre la naturaleza en sí, me preocupa bastante lo que los humanos hemos causado en el medio ambiente.
25) ¿A quién no dejaría entrar a su casa?
A los nefastos de la pregunta 20, si es que puedo reconocerlos como tales.
26) ¿Donaría sus órganos?
Así está establecido desde tiempo atrás.
27) ¿Recuerda su primera maestra?
En 1959, en primero inferior -no hice preescolar-, cuando la Escuela N° 35 de mi pueblo cumplía 50 años. Fue la señora de Richieri, no recuerdo su nombre.
28) ¿Qué opina de la religión?
Demasiadas se profesan actualmente, soy católico y aunque voy a misa una o dos veces al año, no cambia mi fe tanta inasistencia. Opino que existe mucho desprestigio en varias religiones, hubieron y hay cosas muy turbias que rompieron las bases, los principios y en algunos casos los negocios empezaron a dar frutos.
29) ¿Una película?
¿Quién cuidará de mis hijos?, de John Erman. Está basada en una historia real.
30) ¿Cuál es la persona que más le gustaría ver en estos momentos?
Todas las que quiero.
31) ¿Le molesta que fumen al lado suyo?
Las personas se han acostumbrado y se retiran cuando quieren fumar.
32) ¿Qué sabe o recuerda de la dictadura militar?
Lo que contaban mis amigos que estudiaban en La Plata en esa época y después, lo que fue apareciendo duramente a la luz con el correr de los años.
33) ¿Cuál es su idea de la felicidad?
Pocas veces aparece por largos períodos, por lo tanto esos pasajes salteados de felicidad debemos disfrutarlos a pleno con quienes están a nuestro lado.
34) ¿Qué es lo que más valora en sus amigos?
De mis amigos valoro lo sano, lo humilde, lo sincero, el estar siempre más allá de las distancias. Y valoro lo mejor: que sean mis amigos.
35) ¿A quién le gustaría parecerse físicamente?
Cuando practicaba fútbol quería ser más alto, pero sin buscar un referente. Ahora ya todo eso pasó, conforme con ser así.
36) ¿A quién le gustaría parecerse intelectualmente?
A nadie, nunca se me pasó por la cabeza. Trato de mejorar mi intelecto leyendo todo lo que puede llegar a mis manos.
37) ¿Le niega o le negó el saludo a alguien?
No. A pesar de enojos o diferencias, nunca lo he negado. Una pena que hoy se haya perdido, en gran parte y en pueblos como el mío, la cultura del hola, chau, buen día, que tal, etc. Tal vez el uso excesivo de celulares ha ayudado en un alto porcentaje, no puedo creer que pase un abuelo o un niño y saluden, y no reciban ninguna respuesta. Ellos son quienes se sienten más felices si los saludan. Una verdadera lástima.
38) ¿Qué le gustaría saber ante todo?
Qué clase de vida, qué mundo tendrán que afrontar los niños y jóvenes de hoy cuando este siglo transite su parte media.
39) ¿Qué músico influyó en su carrera?
Nunca he tomado lo mío como una carrera. Si tengo que elegir una influencia que me haya acercado al folclore mencionaría a Atahualpa Yupanqui y Carlos Di Fulvio.
40) ¿Su peor defecto?
No haber podido formar mi propia familia. No pude olvidar y entonces tampoco pude enamorarme de otra mujer. Hoy lo sufro mucho.
41) ¿Qué le gusta regalar?
Busco el gusto sencillo de la persona que celebra o la fiesta que se conmemora, y después mi bolsillo me dice qué puedo regalar con esas características.
42) ¿Qué piensa del periodismo en general?
En la década del 90′ Horacio García Blanco dijo en una charla algo así como que «va a llegar el día en que la gente no le va a creer al periodismo». ¿Qué hacemos entonces?. Cada uno elige a quién lee o escucha, convivimos con estas formas.
43) ¿Justificaría en algún caso la tortura y aún la muerte?
Tortura, nunca. En cuanto a la muerte, justifiqué que hubieran aceptado el pedido de los padres de la recordada Karen Quinlan en 1975, un tema que removió el sistema de eutanasia ante casos irreversibles, y los seguiré aceptando mientras existan.
44) Se incendia su casa, sólo puede llevarse una cosa, ¿cuál?
El baúl que guarda fotos, cartas, tarjetas, recortes, etc. Recuerdos que valen oro.
45) ¿Una canción?
Zamba para mi luna, de Manuel Jugo. Fue la primera que cantamos con mi hermano.
46) ¿Cuál lugar de la casa es el mejor para leer?
Si el día acompaña, prefiero el patio. De lo contrario, el comedor está bien.
47) ¿Si fuese presidente, qué es lo primero que haría?
Demasiadas duras y largas serían mis respuestas, así que no voy a ser presidente.
48) ¿Si fuese Dios, qué es lo primero que haría?
Sería una especie de Robin Hood tratando de equilibrar balanzas en el mundo. Creo que así podría igualar fuerzas de vida en el ser humano y se calmarían el hambre y la violencia. Locura de pensamiento, si Dios no puede…
49) ¿Cuál fue la persona que más lo ayudó?
Muchas personas, principalmente familiares que estuvieron a nuestro lado cuando mi padre falleció.
50) ¿Se arrepiente de algo?
Por supuesto, hay algo que siempre me duele en el alma, y es no haber grabado las voces de «viejos» vecinos del pueblo y colonias cercanas. Esas ricas historias, toda una vida contada por quienes la vivieron. Tenía mi grabador allá por 1976, me dejé estar, se fueron muriendo todos, y hoy esos registros tenemos que hacerlos en base a voces de terceros, algo que ya no tiene el mismo gusto y valor.
Fotografía de portada: Laura Dechecchi.