El huroncito patagónico

El fotógrafo de naturaleza es una especie de experto en varias disciplinas que van desde la meteorología a la biología o el camuflaje. Lo mismo sucede con los animales. No se puede preparar directamente una escena por razones obvias pero serán los conocimientos de los mismos y el entorno en el que se mueven lo que permitirá acercarse a ellos y en cierta manera predecir sus movimientos. Son una suerte de parto para el fotógrafo por lo laborioso y duradero. La paciencia se convierte en la máxima de esta disciplina fotográfica.
Marcelo Dolsan es un fotógrafo pampeano que desde hace 20 años recorre con su cámara diferentes sitios de la provincia. Colabora permanentemente en diferentes proyectos de conservación, cumpliendo su tarea en la Reserva Provincial Parque Luro y trabajando actualmente en la Dirección de Recursos Naturales de La Pampa. Unas imágenes que logró tiempo atrás del Huroncito Patagónico (Lyncodon patagonicus), el mustélido más pequeño de Sudamérica y muy poco fotografiado, aparecen en el último número de la Revista Mexicana de Biodiversidad, una publicación trimestral editada por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y que contiene trabajos nacionales o extranjeros que sean el resultado de investigaciones científicas originales sobre el conocimiento de la biodiversidad del continente americano (sistemática, biogeografía, ecología y evolución), su conservación, manejo y aprovechamiento.
«La importancia del registro radica en que a partir de haberlo fotografiado se pudo ampliar el área de distribución de una especie de la que se sabe muy poco y que, de hecho, estaría en retracción, lo que afecta directamente a su conservación. Es de hábitos crepusculares y nocturnos, lo que dificulta aún más su observación. El día que lo pude fotografiar en el Salitral LevalleParque Nacional Lihue Calel– amaneció nublado y la noche anterior había llovido. Quizás todo ello contribuyó a que nos encontráramos. En esos días estábamos en el PNLC con Ramón Alberto Sosa -con quien colaboro en algunos de sus trabajos de investigación para la UNLPam-, junto a un equipo de una productora del Canal Encuentro que estaba grabando unos especiales sobre las investigaciones que se realizan en los Parques Nacionales. Mientras le hacían la nota a Alberto, yo salí a caminar como tantas veces lo he hecho y al rato de recorrer el salitral, detrás de unas zampas y a lo lejos, veo algo en el suelo de un color amarillento. Parecía los restos de una mara o algo así. Me fui acercando y ahí fue donde se movió en forma muy rápida, pegado al piso, de una manera muy distinta al conocido Hurón Menor (Galictis cuja) que se mueve de forma desgarbada y dando saltitos», contó Dolsan, recordando ese encuentro.
Y en esa «oficina» infinita al aire libre que es un constante contacto con la naturaleza, el fotógrafo, acostumbrado a conocer facetas de los animales que nadie más conoce, aprendiendo de ellos, buscó rápidamente entrar en confianza buscando capturar a través de la lente ese instante. «En ese momento le pude hacer un par de fotos aunque estaba bastante lejos, pero enseguida notó mi presencia, lo que hizo que se moviera más rápido y hacia la protección de las zampas. Lo seguí enfocando con la cámara y tratando de hacer una foto limpia. En ese momento se para y me mira, lo que me dio la chance de un par de fotos más. Luego se perdió entre los arbustos, pero ya le había sacado las fotos de cuerpo entero y sabía que lo que había fotografiado era algo distinto», agregó.
Una vez regresado a la ciudad de Santa Rosa, Dolsan envió las fotografías al guardaparque del PNLC Miguel Romero y al doctor Javier Pereyra (Proyecto Pantano), quienes le confirmaron que se trataba del Lyncodon patagonicus. «Después las comparto en una red social y con el correr de los días me contacta la bióloga Anahí Formoso -Investigadora del CONICET-, quien me comenta sobre la posibilidad de hacer una nota y publicarla en la revista que edita la UNAM. Desde ese momento hasta hoy pasó un año. Y no sólo sale la nota publicada sino que también sale la foto en tapa. Una doble satisfacción. Y más que nada contento porque al dar a conocer la presencia de esta especie en el Parque Nacional quizás pueda servir para que en un futuro se pueda aprender un poco más sobre sus hábitos y ayudar en su conservación», concluyó el fotógrafo santarroseño.

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Autor

Raúl Bertone