Es dueña de una voz inconmensurable. De una marcada personalidad arriba de un escenario lo que, junto a su buen gusto, y el haber seleccionado siempre un repertorio exquisito, surgen como rasgos distintivos que sirven para instalarla en ese sitial de honor ocupado por las más importantes intérpretes de la música de raíz folklórica que produjo nuestro país. Su verdadero nombre es Ángela Irene Gola, pero un buen día Mercedes Sosa la bautizó Ángela Irene. Así se hizo conocer en la escena, ganando respeto y reconocimiento con el transcurrir de los años. Y una admiración que no tiene vencimiento.
Esta piquense, que señala que la música «es simplemente mi razón de vivir», viene entregando desde hace más de cuatro décadas pura calidad interpretativa, en salas mayores, festivales o en peñas locales. Sus comienzos fueron a los 12 años, con la Orquesta Los Diablos, y durante un buen tiempo animó con su voz distintos carnavales realizados en nuestra ciudad.
Con el madrinazgo artístico de la «Negra» Sosa, Ángela Irene se instaló en Buenos Aires en 1975 y dos años después se consagró en el Festival de Cosquín, interpretando la zamba «Cruz de quebracho». Fue su pasaporte a la popularidad. Con ese tema y la canción «Pueblos tristes», del venezolano Otilio Galíndez, grabó un simple. Cuando conoce a Ariel Ramírez, el maestro santafesino se convertiría en uno de los motores decisivos en ese comienzo de su carrera. La unió una relación amistosa y profesional, y será Ramírez quien la acompañará en su primer disco de larga duración. En esa placa se destacan las versiones del chamamé «Santafesino de veras» y de la zamba «Volveré siempre a San Juan».
En el ’82 editó el disco «La cantora de Yala», nombre de la zamba de Castilla y Cuchi Leguizamón, lógicamente interpretada por la pampeana. Se trata de un material predilecto para los difusores y los cultores de la música, el que incluye también “La tonada jamás morirá”, compuesta especialmente por Oscar Valles y Ernesto Villavicencio. Junto a dos notables de la música, como el pianista Eduardo Lagos y el bombisto Domingo Cura, recorrió el país en varias giras con el espectáculo «Así nos gusta». A mediados de la década del ochenta ideó el espectáculo “Canción de caminantes”, que realizó junto a Cura, Zamba Quipildor, Cacho Tirao y el cantante de tangos “Chiqui” Pereyra. Invitada por Mercedes Sosa, cantaron juntas en Cosquín ’84, acompañadas por Ariel Ramírez. Junto a la cantora Marián Farías Gómez presentó en los años noventa la obra conceptual “Mujeres argentinas”, de Ramírez y Félix Luna. Su tercer trabajo discográfico fue «Angela Irene», en 1995, donde se destacan las versiones de la chacarera “Cachilo dormido”, de Atahualpa Yupanqui, y la zamba “Jujuy mujer”.
En 2002, Ángela Irene actuó junto a Pedro Aznar en el Teatro Ateneo de Buenos Aires, cantando la “Zamba del carnaval”. Estos conciertos se grabaron en directo para el disco de Pedro, y para su emisión por Canal á para toda Latinoamérica. En 2006 creó el espectáculo “Cantoras del Alto Sol” cuya idea conceptual se basó en la energía de nuestros respectivos soles provincianos, y la esencia de cada uno de ellos. La cantora volvió al ruedo del mercado discográfico en 2008 con “Soy”, rodeándose de grandes amigos como Luis Salinas, Raúl Carnota, Alberto Rojo, Eduardo Spinassi, Lalo Romero, Pedro Aznar o Domingo Cura. Entre 2009 y 2011 retomó el espectáculo “Cantoras del Alto Sol”, en esta ocasión junto a las voces de la mendocina Mónica Abraham y la riojana La Bruja Salguero.
La artista ha colaborado en grabaciones con músicos de distintos géneros. Una de sus últimas incursiones fue para el disco “De agua y laurel”, de la cantante madrileña Olga Román. Y su voz aparece interpretando «Crisantemo» en Raíz Spinetta, el álbum triple en el que Mauro Torres y Néstor Díaz se propusieron reunir 53 canciones del Flaco en versiones que contuvieran “algún aire o rítmica vinculada con el género folclórico”. Ganó días atrás el Premio Gardel 2015 como Mejor Álbum Conceptual.
«Cuando tenía cuatro años, decidí que iba a ser cantante y no me equivoqué. Es mi profesión y mi pasión. Mi manera de salvar y sanar almas. La forma en que yo salvé literalmente mi vida y sané mi espíritu. Mi compañía en todos los momentos, mi profesión», lanza. Cantora íntegra, reafirmando siempre sus ideales, sus sueños y su compromiso social. Capaz de abrirse a nuevos ritmos cuando la maduración artística se impuso. Su fuerza interpretativa lo puede. Tolstói escribió que «la música es la taquigrafía de la emoción». Y ese estado se conjuga cada vez que Ángela Irene pisa un escenario. Con su voz recorre el camino de su vida comprometiéndose con su entorno, una militante cultural cuyo compromiso es cantar para hacer saber lo que sucede, volcando el propio sentir en una canción que guarda un estilo poético y estético.
1) ¿Qué le hubiese gustado ser?
Lo que soy. Una mujer, con una profesión que ama, una familia bien constituída y la capacidad de soñar, algo que jamás perdí.
2) ¿Quisiera cambiar de trabajo?
No. Esta es mi vocación y tengo la fortuna de hacer de ella mi medio de vida, en todos los sentidos.
3) ¿Un lugar para vivir en el mundo?
Argentina.
4) ¿Qué desea para su vejez?
Una vejez plácida, con salud y buenos recuerdos.
5) ¿Qué mejoraría de su cuerpo?
Estéticamente, nada. A mi edad sólo espero que funcione en armonía todo el tiempo que sea posible.
6) ¿En qué tarea no se siente inteligente?
En todo lo que tenga que ver con las matemáticas. Sigo usando la regla de tres simple que aprendí en la primaria.
7) ¿Cuál fue el momento más feliz de su vida?
Hubo muchos. Los más importantes fueron los nacimientos de mis hijos.
8) ¿Su primer trabajo?
Como cantante de la orquesta Los Diablos. Tenía doce años.
9) ¿Cuál es el buen cine?
El que me conmueve; el que me hace reír, llorar o pensar.
10) ¿El último libro que leyó?
«Pequeñas elegías al canto del agua», que me regaló su autor Néstor Massolo, antes de fallecer; «Acorde final», de Suma Paz y la novela «Descalzos en la Luna», del pampeano Roy Rodríguez.
11) ¿El mejor libro que leyó?
Muchos, casi todo poesía. Podría nombrar «Canto General» de Neruda, «Antología» de José Pedroni, «Romancero Gitano», o «La casa de Bernarda Alba» de Federico García Lorca.
12) ¿Un programa de T.V?
Los noticieros. Algunos documentales de Canal Encuentro.
13) ¿Qué instrumento musical le gustaría tocar?
Flauta traversa. Me fascina ese instrumento.
14) ¿Qué hito de la historia mundial le hubiese gustado vivir personalmente?
El Mayo Francés.
15) ¿Cuál fue la vez que más lloró?
El día de la muerte de mi madre.
16) ¿El mejor político en la historia del país?
De los que conocí, el doctor Humberto Illia. De los demás sólo leí sus historias.
17) ¿La mejor persona que haya conocido?
Exceptuando mis padres, que son personas maravillosas, puedo nombrar a Domingo Cura, Jorge Bergoglio (antes de ser Francisco), y mi marido, con sus pequeños defectos, que conozco de memoria, después de 42 años de estar juntos. Y mi hijo, una persona luminosa y de una generosidad poco común.
18) ¿Usted cree en la justicia de este país?
Creí ciegamente en la justicia. Ahora que se conocen sus miserias, sin generalizar, dudo.
19) ¿Qué profesión u oficio nunca ejercería?
Cualquiera que tuviera que ver con represión, maltrato, hostigamiento.
20) ¿Un personaje nefasto en nuestra historia?
Tres: Astiz, Videla, Massera.
21) ¿Le preocupa la muerte?
La mía no. Me preocupa la de los que amo.
22) ¿El arte salva?
Doy fe de eso. Salva y sana.
23) ¿Qué opina del aborto?
Es muy complicado. Nunca estuve a favor del aborto, creo que es uno de los momentos más dolorosos y traumáticos que puede vivir una mujer. Pero también pienso que esa mujer tiene el derecho de decidir si sigue con un embarazo no querido, y libertad para decidir sobre su cuerpo.
24) ¿Qué le gustaría saber del futuro?
Nada. No quiero saber el futuro. Prefiero imaginarlo como un tiempo feliz.
25) ¿A quién no dejaría entrar a su casa?
A malas personas. A gente nefasta.
26) ¿Donaría sus órganos?
Toda mi familia es donante hace mucho tiempo, cuando lo decidimos mi hijo menor tenía 12 años. Y nos pidió que lo incluyéramos. Con un estremecimiento en el alma escribí su nombre en la lista.
27) ¿Recuerda su primera maestra?
Sí. La “señorita” Sánchez, en la Escuela 111 de General Pico. Y la que me marcó profundamente fue mi última maestra de primaria, Nélida Elizabeth Trellez de Sabarís.
28) ¿Qué opina de la religión?
Es un refugio para el espíritu de los seres humanos.
29) ¿Una película?
«Doctor Zhivago». Lloré cada vez que la ví.
30) ¿Cuál es la persona que más le gustaría ver en estos momentos?
A mi madre, aunque fuera por unos segundos.
31) ¿Le molesta que fumen al lado suyo?
No, si es moderadamente. Estoy acostumbrada.
32) ¿Qué sabe o recuerda de la dictadura militar?
Sé mucho. La viví en carne propia. Miedo, ausencias, impotencia, dolor.
33) ¿Y de los gobiernos menemistas?
“El primer mundo”…Cierre de la cultura. Frivolidad, despilfarro y pobreza. Corrupción e impunidad.
34) Se encuentra con Cristina en un ascensor, ¿qué le dice?
Que admiro su capacidad política. Y le preguntaría por qué permite la corrupción en su gobierno, o si no la conoce.
35) ¿A quién le gustaría parecerse físicamente?
A nadie. Estoy conforme con lo que me tocó en el reparto.
36) ¿A quién le gustaría parecerse intelectualmente?
¡¡A Einstein, Voltaire, Descartes!! Pienso, luego existo.
37) ¿Le niega o le negó el saludo a alguien?
Debería detestar a esa persona…No. O no lo recuerdo.
38) ¿Qué le gustaría saber ante todo?
Que cuando ya no esté, mi familia siga unida y feliz.
39) ¿Buenos Aires está bien gobernada?
Discretamente ordenada. Con carencias sociales.
40) ¿Su peor defecto?
La baja autoestima en lo profesional. A veces. Justificar en los demás los defectos que yo no me permito.
41) ¿Qué le gusta regalar?
Algo que me gustaría para mí.O que el destinatario desea o necesita-
42) ¿Qué piensa del periodismo en general?
Que es muy importante para dar testimonio de lo que vivimos. Y me gustan los periodistas que siguen luchando, en sus medios, por informarnos libremente, que practican la ética, que no olvidan que su trabajo es reflejar la verdad, aunque no renuncien a sus ideales. No consumo los que son “militantes” de cualquier pensamiento, como ocurre en estos tiempos.
43) ¿Justificaría en algún caso la tortura y aún la muerte?
No. De ninguna manera.
44) Se incendia su casa, sólo puede llevarse una cosa, ¿cuál?
Los documentos importantes. Lo demás, se puede recuperar.
45) ¿Una canción?
«En algún lugar sobre el arco iris», de la película El Mago de Oz. Y muchas de las que canto.
46) ¿Cuál lugar de la casa es el mejor para leer?
En el sillón, al lado de la ventana. O en la cama, en las noches de invierno.
47) ¿Si fuese presidente, qué es lo primero que haría?
Pedir estadísticas ciertas de la pobreza en el país. Y salir a combatirla.
48) ¿Si fuese Dios, qué es lo primero que haría?
Erradicar la maldad en el mundo.
49) ¿Cuál fue la persona que más lo ayudó?
Ariel Ramírez, Mercedes Sosa y mis amigos.
50) ¿Se arrepiente de algo?
No. Gracias a Dios no tengo pesos en mi conciencia. O sí. No haber ahorrado lo que gané en tiempos mejores. De todos modos lo disfruté y compartí con los que amo, así que no me arrepiento tanto.