«Del futuro me gustaría saber si será mejor que este presente distópico»

Cuando niña, y hasta la adolescencia, cantar y bailar fue algo habitual en la vida de Claudia Chucair. Hasta que en un momento enfocó su impulso solo al baile, armando un camino profesional durante 15 años. Experimentó la sensibilidad, pasión y sensualidad de la danza folclórica y el tango por partes iguales, integrando varias compañías y visitando muchos sitios. Formó parte del Ballet Brandsen, como también de elencos estables de diferentes espectáculos de tango. Además, hizo teatro, trabajando como actriz en la Comedia de la Provincia de Buenos Aires.

La escena actual ubica a la nacida en la rionegrina Ingeniero Jacobacci como una cantora reconocida, con tres discos editados de forma independiente, y presentaciones permanentes, secundada por distintos músicos. «Estoy conectada con lo artístico desde muy chica, criada en una casa donde confluían poetas y músicos, con madre cantora y padre poeta e historiador, y ambos teatreros. La decisión de hacer del arte mi oficio, sucedió en los últimos años del secundario, cuando, integrada a un grupo de danzas folclóricas que se había formado en mi pueblo, sentí que era a lo que me quería dedicar. Fue así que, luego de recibirme de profesora de Danzas, vine a Buenos Aires para desarrollar la profesión», contó Chucair, entrevistada por El Lobo Estepario.

«Fui parte de importantes compañías, lo que me permitió viajar mucho por Argentina y otros países, y me dediqué muy intensamente a trabajar y formarme. Y en este proceso de formación, apareció también el teatro y también el canto, que había quedado relegado. Poco a poco, fue cobrando más fuerza la necesidad de expresarme a través de la voz , y en eso estoy desde hace unos años, transitando ese camino, que muchas veces se vincula también con lo teatral, la poesía y el movimiento», agregó.

En su formación, tuvo como maestras de canto a Melania Pérez, Liliana Parafioritti, Nora Faiman, María Policchiccio y Tania Valsechi. Egresó como Instructora del Centro de Estudios del Tango de Buenos Aires, estudiando con Rodolfo Dinzel, Vanina Bilous, Julio Balmaceda y Oscar Casal. En teatro, se formó con Norberto Trujillo, Doris Petroni y Franklin Caicedo. «Cantar, hacer teatro, son lenguajes mediante los cuales puedo expresar lo que siento y pienso, y conectar con la sensibilidad de las personas. Y eso es muy valioso para mí», confesó la artista rionegrina.

Su primer trabajo discográfico se llamó Entre la tierra y el aire, que apareció en el año 2008 con la dirección musical de Daniel Berardi. Luego fue el tiempo de El cielo adentro, grabado en vivo en junio de 2012 y editado en enero de 2014, con arreglos de Constanza Meinero y Raúl Trujillo. Lo que trajo el camino, su tercera y última producción, fue registrada en vivo en febrero de 2020 junto a Nicolás Schimkus y Mariano Tuamá, quien intervino además como arreglador. Además de su trabajo como solista, participó de los proyectos Hermanas en la tierra, Dúo Chucair-Tuamá, Cambatagüé y Claudia Chucair Trío.

«En mis planes está viajar a La Pampa a mediados de julio, llevando una propuesta que es un entramado de canciones y fragmentos poéticos que nos espejan, que nos cantan y nos cuentan. Tengo pendiente ese regreso y me hace feliz pensar que será pronto. En mis proyectos está grabar canciones en colaboración con otros artistas. Ya concreté el primer simple con Matías Bonavitta, gran músico y sensible ser humano, con quien grabamos De sombras largas, una bellísima huella de Roberto Yacomuzzi, que desde diciembre está disponible en plataformas digitales. Hay otros muchos proyectos en la carpeta que espero poder concretar, pese a la adversidad del contexto», concluyó Chucair.

¿Qué le hubiese gustado ser?

Pájaro. Pero como soy humana, busco espacios internos para volar.

¿Un lugar para vivir en el mundo?

Donde pueda hacer lo que amo, donde haya árboles y se escuche el canto de los pájaros, donde estén mi hijo y mi compañero.

¿Qué desea para su vejez?

Salud, lucidez, respeto y dignidad.

¿En qué tarea no se siente inteligente?

En las ciencias exactas.

¿Cuál fue el momento más feliz de su vida?

Cuando nació mi hijo.

¿Su primer trabajo?

Auxiliar en una guardería.

¿Cuál es el buen cine?

El que tiene poesía en la imagen, el que cuenta bien la historia, el que sorprende y nos deja pensando, el que propone varias lecturas a lo que muestra.

¿El último libro que leyó?

Obras teatrales de Roberto Tito Cossa. La última fue El sur y después.  Ahora estoy leyendo Tierra de ríos, de Pedro Patzer.

¿El mejor libro que leyó?

La mujer habitada, de Gioconda Belli.

¿Mira TV?

Sólo películas, alguna serie o recitales.

¿Qué artista influyó en su camino?

Mis maestras y maestros. Tuve la suerte de formarme con docentes que también son o fueron grandes artistas y han dejado una huella indeleble en mí. Otros artistas que admiro y siempre son faro: Susana Baca, Mercedes Sosa, Melania Pérez, Edith Rossetti, por nombrar sólo algunas. Y mis padres, que si bien dejaron a los artistas que eran un poco al costado, se ocuparon siempre de que el arte en sus diversas formas, me quede muy a mano.

¿Qué hito de la historia mundial le hubiese gustado vivir personalmente?

El descubrimiento del fuego.

¿Cuál fue la vez que más lloró?  

Cuando fallecieron mis padres y mi hermano.

¿El mejor político en la historia de su país?

Evita.

¿La mejor persona que haya conocido?

Muchas, que aún teniendo pocos recursos materiales, destinan su tiempo y energía a ayudar a otras personas.

¿Extraña algo de su niñez?.

Sí. Poder abrazar a mis padres y a mi hermano.

¿Qué profesión u oficio nunca ejercería?

La prostitución. Y la medicina o enfermería, porque me impresiona mucho la sangre.

¿Un personaje nefasto de la historia?          

El fascismo, encarnado en varios nombres propios.      

¿Le preocupa la muerte?

Sí. Sobre todo la de mis seres queridos. Y la mía, en el sentido de no poder seguir acompañando a mi hijo adolescente.

¿El arte salva?

Casi siempre.

¿Qué opina del aborto?

Contesto con un lema del feminismo qué, creo, sintetiza un poco mi pensamiento: «Educación sexual para no embarazarse, anticonceptivos para no abortar y aborto legal para no morir».

¿Qué le gustaría saber del futuro?

Si será mejor que este presente distópico.

¿A quién no dejaría entrar a su casa?

A una persona violenta.

¿Donaría sus órganos?

Sí.

¿Recuerda su primera maestra?

Sí. Mi maestra Chichita, del prescolar.

¿Qué opina de la religión?

A muchas personas les hace bien, porque las ayuda en momentos difíciles, les hace pensar más en el prójimo…Pero a la vez, a muchas otras les hace mal, porque llega al punto de gobernar sus vidas. Puede ser un instrumento de dominación muy poderoso.

¿Una película?

La vida de los otros, de Florian Henckel von Donnersmarck. 

¿Un héroe de ficción?

El Chapulín Colorado.

¿Su héroe de la vida real?

Las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo.

¿Un disco?

Pynandí (Los Descalzos), de Chango Spasiuk.

¿Qué género de música escucha?

Tengo gustos muy eclécticos: escucho realmente diversos géneros musicales a diario.

¿Su compositor, intérprete o grupo favorito?

Imposible elegir uno. Bach, Atahualpa, Charly, Pugliese, Chango Spasiuk, Mercedes Sosa y una larga lista de etc.

¿Cuál es la persona que más le gustaría ver en estos momentos?

A mis hermanas.

¿Cuál es su idea de la felicidad?

Abrazar a mis seres queridos, saber que están bien, cantar, bailar, trabajar de lo que me gusta, son cosas que me dan felicidad, aunque no puedo evitar pensar en el contexto global tan adverso que nos toca atravesar.

¿Qué es lo que más valora en sus amigos?

La sinceridad, la escucha, la lealtad.

¿Qué hábito ajeno no soporta?

Que se metan los dedos en la nariz.

¿Qué siente nos dejó la pandemia?

Muchas pérdidas humanas y, en muchos casos, adicción a las pantallas. En ese momento era lo que se podía, pero creo que luego generó que muchas personas pierdan los vínculos reales.

¿A quién le gustaría parecerse intelectualmente?

A Liliana Bodoc.

¿Tiene un lema?

No.

¿Le niega o le negó el saludo a alguien?

No.

¿Qué cualidad aprecia más en una persona?

La honestidad.

¿Qué instrumento musical le gustaría tocar?

El violín.

¿Su peor defecto?

Enojarme.

¿Qué le gusta regalar?

Libros y plantas.

¿Su color favorito?

Verde.

¿La flor que más le gusta?

El jazmín.

Si fuera un animal ¿cuál sería?

Pájaro.

¿Qué piensa del periodismo en general?

Hay periodistas honestos y respetables. Y están los que cambian sus principios de acuerdo a quién les pague el sueldo. La prensa hegemónica tiene en sus manos el manejo de la opinión pública.

¿Su artista favorito?

Del mismo modo que en otro item, no puedo elegir sólo uno.

Se incendia su casa, sólo puede llevarse una cosa, ¿cuál?

La billetera donde guardo mis documentos, la SUBE, mi carnet de la obra social y el de mi hijo, y la tarjeta de débito.

¿Una canción?

Los hermanos, de Atahualpa Yupanqui.

¿Una obra de arte?

Juanito Laguna, de Antonio Berni.

¿Cuál lugar de la casa es el mejor para leer?

El sillón del comedor.

¿Sus autores favoritos en prosa?

Cortázar, Liliana Bodoc, Gioconda Belli, García Márquez, Borges.

¿Sus poetas?

Manuel Castilla, Viviana Simionatto, Matías de Rioja.

¿Si fuese presidente, qué es lo primero que haría?

Repartiría mejor la torta, para que no sean tan poquitos los que se quedan con mucho.

¿Si fuese Dios, qué es lo primero que haría?

Acabaría con las armas de destrucción.

¿Cuál fue la persona que más lo ayudó?

Mis padres.

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Autor

Raúl Bertone