Faulkner dedica a la muerte

Habíamos titulado hace un tiempo, cuando iniciáramos esta sección de dedicatorias célebres, «La inscripción en el frontispicio». Y habíamos dicho allí mismo que como los epitafios, las dedicatorias no pueden hacer vivir un libro por sí mismo (a excepción de la altisonante «Antología de Spoon River»), son más bien como porteros de librea, la invitación a pasar. Son la inscripción del frontispicio que separa a este mundo seco del reino de las posibilidades.
Es el caso de «Una rosa para Emily», cuento que brilla en el libro “Estos Trece” y que fuera publicado por Faulkner originalmente un 21 de Setiembre de 1931. Hay varias alusiones referentes al título del libro que están marcadas por el mítico número trece. Y precisamente el libro está dedicado “A Estelle y Alabama”. Estelle fue su esposa y Alabama su hija, quien falleció a temprana edad el mismo año de publicado el libro, 1931. William Faulkner, uno de los mayores escritores de la historia es reconocido por la creación de un mundo imaginario, tanto en su geografía como en su historia, incluso poblado con personajes que pasan de un libro a otro, lo mismo que más tarde repetirían Gabriel García Marques en «Macondo» y Juan Carlos Onetti en «Santa María».
«Una rosa para Emily», quizás uno de los cuentos más literariamente logrados del siglo 20, narra la estructura de la venganza, que suele ser paciente y perfecta. una sombra (si nos atrevemos a suponer y emparentar la salida del libro con la muerte de su hija), de la trama con que el universo opera en nosotros.

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Autor

Eduardo Senac