El cantautor cordobés Fer Romero compone desde el 2009 y su último trabajo discográfico fue Romerías. En este 2025 versionó al gran Raúl Carnota, lanzando un sencillo con dos canciones, llamado Carnotero. El creador de Salamanqueando pa’mi, Grito santiagueño, Pecado de juventud, o Como flor de campo, entre otros temas, ha sido una influencia importante en Romero, quien en el 2015 gestó como productor y músico, junto a otros colegas cordobeses, 10 caprichos de Carnota, nominado al año siguiente para el Premio Gardel como Mejor álbum de folclore. Y a finales del 2016 volvió a homenajearlo con un concierto con ensamble de cuerdas y grandes músicos invitados en el Pabellón Argentina de la UNC, material registrado en vivo que se llamó Caprichos de Carnota de Cámara.
El primer disco solista del artista cordobés se llamó Color Canción (2014), en 2018 editó Parte de la nada y en 2019 un EP titulado Set-solo en estudio. En los últimos tiempos, Romero hizo presentaciones en el interior del país junto al también músico cordobés Denis Pineda, brindando conciertos en el marco de una gira denominada Rodantes. «Hoy me encuentro trabajando en un proyecto junto a otro cantautor y amigo, más joven y con mucha energía. Denis (Pineda) es un gran músico, y gran compañero de viaje y de proyectos. Con Rodantes ya tenemos unas giras encima y estamos produciendo nuestro disco de estudio para presentarlo en cada pueblo, ciudad y sala que nos convoque y que podamos visitar. Nos encanta esto que estamos gestando y nos divierte mucho, lo hacemos con plena responsabilidad y disfrute, sin más expectativas que darle de comer a la pasión indomable de salir, de grabar, de emocionarnos y cantar canciones de estas latitudes», contó Romero.
En el transcurso de una charla que mantuvo con El Lobo Estepario, señaló que «hago música desde que tengo memoria, jugando, algunas veces más que otras, pero siempre ha sido un juego para mí. Hago canciones, las creo, las canto, las toco, las mastico, las grabo, las produzco, las arreglo, las versiono, les doy vuelta y las vuelvo a reinventar. Me gusta hacer eso. Soy un afortunado de poder cantar, de poder expresarme con la música, de poder viajar con mis canciones, de querer y sentirme querido, esperado a cada lugar donde voy y me lleva este noble y duro oficio. Ya tengo 44 años, y más de la mitad de mi vida trabajando de músico; hoy es mi sustento, desde la comodidad de mi casa, de mi estudio, y también el vértigo de moverme y viajar. La música me ha dado mucho más de lo que yo le vengo dando, pero sé que también vengo forjando un camino propio que pocos se han atrevido a desandar y yo, casi inconscientemente, me he animado y he desarrollado, y eso me da orgullo, me da amor y validación propia. Es el éxito».
¿Qué le hubiese gustado ser?
Creo que en algún punto coqueteo con todo lo que me gusta. Me gusta viajar y viajo, me gusta cocinar y cocino, me gusta hacer canciones y es mi profesión, me gusta el fútbol y jugué muchos años. Lo que sí me hubiese gustado experimentar es ser jugador de fútbol profesional, vivir esa experiencia del día a día con la preparación de partidos importantes, viajes, etc. Creo que todos los días construyo eso que me gusta “hacer”, más que “ser”. El que “soy” hace todo lo que le gusta.
¿Un lugar para vivir en el mundo?
Tengo muchos, algunos no los conozco, pero según me han dicho, esa conexión con diferentes lugares en donde me gustaría vivir viene de memorias pasadas, quizás sea eso, quizás sea así, porque otra explicación no encuentro. De esos lugares que no conozco, viviría en Almería, Granada, España. Amo mi Córdoba natal, y amo también donde vivo hoy desde hace más de 5 años, en Santo Tomé, Santa Fe. Aquí cuido y comparto la infancia de mi hijo, y paterno como me gusta hacerlo. En esta ciudad, con ritmo de pueblo, nos consolidamos con mi familia y vivimos a un ritmo que elegimos con total conciencia y decisión. Y otro lugar es la Patagonia argentina, en cualquier lugar de ella, estepa, montaña o mar. La Patagonia es parte de mí.
¿Qué desea para su vejez?
Desde hace unos años la vengo planificando, tanto yo como mi compañera somos trabajadores independientes, con todo lo que eso implica, algunas complicaciones y más libertades. Esto nos ayudó mucho a ser madre y padre muy presentes, y también de gestionar nuestro tiempo. Hoy por hoy, casi para el total de nuestras responsabilidades laborales podemos realizarlas desde cualquier lugar, sin tener que estar en un punto fijo. Mi vejez va a ser viajar y viajar, con el sustento de mi trabajo y con la posibilidad de ya haber brindado las herramientas y algunos recursos emocionales, económicos y espirituales a mi hijo para que recorra su camino. Y también tengo un lugar cálido y seguro en donde siempre se puede volver, para barajar y dar de nuevo. Diseño mi vejez para vivir de la forma que vivo hoy, pero viajando más, con menos equipaje, más libertades, más sabiduría y más conciencia.
¿En qué tarea no se siente inteligente?
Creo realmente no ser inteligente en lo que no me importa, en lo que sí me ocupa creo ser más un aprendiz, un insistidor. No inteligente, sino más laborioso.
¿Cuál fue el momento más feliz de su vida?
El más significativo, lleno de emociones y contradicciones, fue el nacimiento de mi hijo. El momento propiamente dicho, en la sala de parto.
¿Su primer trabajo?
Repartidor de pedidos en una panadería del microcentro de Córdoba.
¿Cuál es el buen cine?
Me gusta mucho de lo disponible del cine argentino.
¿El último libro que leyó?
Estoy leyendo Una sombra ya pronto serás, de Osvaldo Soriano.
¿El mejor libro que leyó?
El Principito, de Antoine de Saint-Exupéry.
¿Mira TV?
Solo fútbol, películas y series.
¿Qué artista influyó en su camino?
Muchos…Raúl Carnota, Luis Alberto Spinetta, Los Beatles, Caetano Veloso, Chango Farías Gómez, Atahualpa Yupanqui, Violeta Parra, Chabuca Granda.
¿Qué hito de la historia mundial le hubiese gustado vivir personalmente?
No sé si un momento puntual. Me hubiese gustado vivir el movimiento cultural y artístico de los años 60 y 70. En lo musical, más que nada.
¿Cuál fue la vez que más lloró?
Cuando me dejó una novia que quise mucho. Ese llanto de dolor, de la herida del ego por el supuesto “amor”, es muy fuerte y agónica. Me llevó unas semanas largas y muy duras.
¿El mejor político en la historia de su país?
Juan Domingo Perón.
¿La mejor persona que haya conocido?
He conocido muchas, amigos generalmente más grandes. En esta oportunidad voy a decir mi abuelo materno: Juan Regino Mansilla, El Manzy.
¿Extraña algo de su niñez?
Sí, la energía inagotable.
¿Qué profesión u oficio nunca ejercería?
Policía o militar.
¿Un personaje nefasto de la historia?
Tengo una contradicción, porque hay muchos, pero también hoy considero que son eslabones de evoluciones y de un plan mayor. Así que no voy a nombrar ningún personaje; creo en que cada ser viene a desandar su Karma y su Dharma.
¿Le preocupa la muerte?
No, para nada. Lo que me produce vértigo es el desenlace final. Pero he aceptado la muerte como un ciclo natural de esta vida, no me da miedo. Sí creo en entrenar la aceptación y no padecer el sufrimiento, como la muerte de un ser querido.
¿El arte salva?
Sí. El arte da un propósito, sensibiliza, y cualquier ser que desarrolla esa capacidad de estar conectado a la emoción desde un lugar artístico y sublime, no puede hacer el mal, no puede equivocarse, porque decide con el corazón, lejos de todo paradigma imperante.
¿Qué opina del aborto?
Creo, en mi condición de hombre, que mi opinión no debería ser tenida muy en cuenta, a no ser que sea un profesional de la salud especializado en este tema. Pero sí creo en la opción de interrumpir el embarazo no deseado.
¿Qué le gustaría saber del futuro?
Invoco a veces a mi yo del futuro. Sea que el que sea, depende de mí, aquí, en el ahora.
¿A quién no dejaría entrar a su casa?
A cualquier ladrón.
¿Donaría sus órganos?
Sí, soy donante. Donar tus órganos es pasar la botella de agua en una maratón, es decir, “che, yo no sigo más, te doy mi botellita de agua…”. El vestido de tu ser en esta vida, o parte de él, puede seguir reciclado un tiempo más para otra persona. Está buenísimo.
¿Recuerda su primera maestra?
En primer grado, la seño Cristina, como también se llama mi mamá. La recuerdo y le agradezco mucho siempre. Me enseñó algo tan vital e importante como leer y escribir.
¿Qué opina de la religión?
No soy religioso, no en los términos en que se la conoce. No soy religioso en términos institucionales, soy creyente de lo divino, de las personas, de las acciones, de lo que nos transforma, nos emociona y nos eleva hacia la fuente, nuestra divinidad. De ahí venimos, como dice un poeta cordobés: el agua es la estrella que hasta aquí nos trajo. La espiritualidad es un camino en dónde ahondar, es el paisaje, aquí no hay meta. La vida es el trayecto y la religión puede ser un buen escalón hacia esa búsqueda.
¿Una película?
Como todo, tengo muchas. Elijo una apelando a mi memoria emotiva. Una vez mi papá nos llevó a mi hermano y a mí al cine, tendríamos 7 u 8 años, no más que eso. Antes en las salas se veían dos películas, pagabas por dos. Terminaba una y empezaba la otra, una pausa en el medio para ir al baño o a la cantina, y seguir mirando la siguiente. Mi viejo nos hacía esconder detrás de las butacas y vimos las dos películas repetidas hasta el cambio de público. Así fue, dos veces, y cada vez que recuerdo ese momento me da mucha risa, la complicidad con mi padre y mi hermano. Nos reíamos a carcajadas por colarnos en la función siguiente. Fue, digamos, mi primer acto rebelde, ilegal e inducido por mi padre, una obra de arte que recuerdo con mucho cariño y ternura. La película era El gran dragón blanco, dirigida por Newt Arnold y protagonizada por Jean-Claude Van Damme. Cada vez que veo a este actor, me recuerda el momento y atravieso un portal para volver a ser niño, hijo y hermano.
¿Un héroe de ficción?
Mi hijo me haría elegir a Spider-Man (Hombre Araña), que ya es prácticamente de la familia…¡jajaja¡.
¿Su héroe de la vida real?
Tengo varios, pero voy a elegir a mi compañera Yanina. Ella es una heroína y una resiliente, a la cual admiro.
¿Un disco?
Uhhh, se me vienen a la mente y al corazón muchos discos. Pero como la música interpela valientemente la memoria emotiva de los seres y los pueblos, voy a elegir el disco de Mercedes Sosa grabado en vivo en el teatro Opera, en el año 1982.
¿Qué género de música escucha?
Por mi oficio, mi trabajo y ser una especie de músico-productor, estoy un poco obligado a escuchar muchos géneros, la gran mayoría de mis gustos, y otros que no. Pero el Fer melómano escucha música independiente, cantautoras y cantautores, actuales, presentes, antiguos. Por ejemplo, este ultimo tiempo vengo escuchando muchas canciones de Facundo Cabral y me maravillo, me parece que hay tanto para ahondar en su obra y refrescarla, traerla a tiempos más actuales para las nuevas generaciones.
¿Su compositor, intérprete o grupo favorito?
También, tengo muchos, muchas. Voy a citar a Raúl Carnota, Mercedes Sosa y ABBA.
¿Cuál es la persona que más le gustaría ver en estos momentos?
Me gustaría poder ver y charlar con mi abuelo Manzy. El fue actor, un bohemio hermoso, un soñador, un artista. Se me fue cuando yo tenía 13 años, siento que tengo mucho de él, que soy una especie de reencarnación y evolución de él. Se murió en mis brazos, eso fue fuerte para un pibito de 13 años. Me marcó y me acompaña día a día en este plano, lo siento cerca.
¿Cuál es su idea de la felicidad?
Leo, investigo y experimento mucho sobre este tema. Un filósofo iniciado que leí hace un tiempo, decía que no tiene sentido la felicidad, que ese sentimiento está condicionado a estructuras del contexto en el que vivimos, antes y ahora. Yo creo que todo lo que hago me hace sentir bien. Salgo a correr todos los días a las 7:15 de la mañana, después de dejarlo a mi hijo en su escuela, entreno en una costanera bellísima, con río, verde, árboles. Es una meditación de 1 hora en sí mismo, vuelvo a mi casa, me pego un baño y preparo el mate para comenzar a trabajar en mi estudio, dentro de mi casa. Todos los días. Estoy consciente hoy que soy muy afortunado, que todo esto lo decidí yo, que soy sano y fuerte; y también voy a sentirme bien por haberlo vivido así cuando la salud, las condiciones, las fuerzas y las ganas ya no me acompañen. Me sentiré bien por haberlo vivido y por ser consciente en tiempo presente. Creo que esto me da eso que se dice felicidad.
¿Qué es lo que más valora en sus amigos?
Es algo que hoy me toca muy de cerca. Siento que, en mi caso particular e individual, a medida que tengo más años, el círculo de amigos y amigas comienza a achicarse. Todavía no sé bien el porqué, hay muchos argumentos, pero pocas certezas. Lo que sí valoro y respeto es el amor, porque en el amor habita la aceptación, la empatía, el respeto, la bondad, y también el espejo. Yo soy por mis amigos, es decir, que mi reflejo en ellos es lo que yo soy y eso me da orgullo, porque sé que tu entorno de amigos y familia que uno va construyendo con los años, habla de vos, de cómo sos. Me considero un gran amigo, primero que nada yo soy mi mejor amigo, y con total modestia sé que soy un gran amigo.
¿Qué hábito ajeno no soporta?
Mmm…no quiero esquivar al bulto, porque juzgar lo ajeno, sea bueno o malo, en esos términos, no me parece. Pero contesto, una de tantas. Por ejemplo: situación de plaza una tarde, y una persona o un grupo de personas, con la música fuerte en el celular o parlante. Eso me ofusca un poco, me parece un hábito de no respeto.
¿Qué siente nos dejó la pandemia?
Creo que nos dejó nuevos desafíos y un mundo nuevo, digo mundo nuevo en términos de sistemas. Siento que hay personas a las que les cuesta adaptarse a esta era, y otras que abrazaron mucho más las nuevas tendencias o tecnologías. También considero que en varios aspectos se ha vuelto a las bases, a lo primordial, al concepto de la conciencia. Hablo en términos más personales y no sociales.
¿A quién le gustaría parecerse intelectualmente?
Puede sonar religioso, pero nada más alejado. No soy religioso, nada que ver. Pero me atraen las personas sabias, generalmente hablo mucho con personas mucho mayores a mí, eso no quiere decir que yo diga que cada persona grande es sabia, no, para nada; he conocido grandes cortitos. Pero considero que la experiencia de saber por haber aprendido y quizás no en términos armoniosos, te la dan los años y la conciencia. Ahora sí, cambio el término de intelectualidad por sabiduría; me gustaría la sabiduría de Jesús, de Gandhi, de la Madre Teresa, de Buda, de Pepe Mujica, etc.
¿Tiene un lema?
No es algo fijo, pero tengo algunos. Por ejemplo, invocando a la amistad, sé tu mejor amigo, sé el amigo que querés.
¿Le niega o le negó el saludo a alguien?
Por supuesto, muchas veces, y por situaciones completamente estúpidas. Muchas otras veces por descuidado, e innumerables veces por timidez, porque también soy un poco tímido.
¿Qué cualidad aprecia más en una persona?
La mirada, la palabra, la sinceridad. Lo simple, lo que está ahí, la energía que se siente y que muchos siglos y siglos nos hemos censurado a percibir y a sentir. Y nos dejamos imponer los paradigmas de lo que se tiene, de lo que se es.
¿Qué le gustaría saber ante todo?
El propósito de mi vida, la misión por la que vivo y existo en este plano. Desde hace unos años profundizo en eso, no es mi intención perder ese tiempo; creo estar en el camino que desanda mi propósito, con todo lo que eso implica.
¿Qué instrumento musical le gustaría tocar?
Muchos, soy un entusiasta en todos, y no bueno. Pero el piano, sin duda.
¿Su peor defecto?
Trabajo mucho en eso, en mí. Muchas veces soy un poco inflexible.
¿Qué le gusta regalar?
Me gusta cocinar, me gusta recibir amigos en mi casa. Un buen vino, un asado, una cena. Yo invito y regalo eso. Me gusta ser un buen anfitrión. Creo que lo hago bien.
¿Su color favorito?
Azul.
¿La flor que más le gusta?
Me gusta la planta de albahaca y la lavanda.
¿Qué piensa del periodismo en general?
Un oficio casi en extinción. A lo que se le dice periodismo desde hace ya unos largos años, es otra cosa.
¿Su artista favorito?
Muchos, muchas. Hoy cito a dos: Natalia Lafourcade y Jorge Drexler.
Se incendia su casa, sólo puede llevarse una cosa, ¿cuál?
Los seres que la habitan.
¿Una canción?
Una mía: Bosque canción.
¿Una obra de arte?
El Zócalo, en Ciudad de México.
¿Cuál lugar de la casa es el mejor para leer?
Mi estudio.
¿Sus autores favoritos en prosa?
Juan Gelman.
¿Sus poetas?
Una modesta, y de prosa simple y encantadora: Eladia Blázquez.
¿Si fuese presidente, qué es lo primero que haría?
Destituirme.
¿Si fuese Dios, qué es lo primero que haría?
Todos lo somos, creo yo. Pero llevándolo al pragmatismo, al aquí y ahora, creo que somos dioses, divinidad. Lo que decidimos hoy, en este plano, repercute en lo que nos vamos convirtiendo, evolucionando. Hacernos responsables es un hábito sano, pobre ese señor, al que le llaman Dios, con cuantas cagadas nuestras se tiene que cargar, y a todo tiene que decidir. Yo decido por mí, decido accionar, y esas decisiones me modifican, y también a mi entorno.
¿Cuál fue la persona que más lo ayudó?
Muchas personas, para mí innumerables; pero voy a decir mi mamá y mi papá que me dieron la vida, y me voy a decir yo mismo, que estuve y estaré conmigo siempre. Yo me he ayudado mucho.