Cordófono de genética mestiza, el charango, a través de sus diez cuerdas, refleja ese sonido cósmico del altiplano. Un sonido que envuelve, propio de su naturaleza, que emerge a través de una afinación única. El jujeño Miguel Ángel Tomás Vilca es un fiel exponente entre los ejecutantes de este instrumento emblemático, identificado con esa región andina tan musical como ancestral. Vilca comenzó a interpretar el charango a los 12 años, con el maestro Severo Huarita Colque siendo decisivo en esos primeros pasos, y hoy, transformado en un intérprete que expone su propia impronta musical, amén de lo heredado, se muestra con su primer disco solista.
Alegrito ha ‘i ser reúne diez obras instrumentales compuestas por Vilca, desde el 21 de septiembre se encuentra en todas las plataformas digitales, y este jueves 9 será presentado oficialmente a las 19 horas en la Sala Borges, de la Asociación del Personal de los Organismos de control (APOc), en CABA. El músico jujeño ya pudo mostrarse en sociedad con su trabajo a mediados de septiembre, en ocasión de su primer viaje al exterior. Sucedió en el Taller D’ Luis, en Berlín (Alemania), y antes se presentó en la Peña de la Retobada, que organiza Agustina Navarro, una jujeña radicada en esa ciudad, junto a otros músicos.
«Me siento muy feliz de haber podido llevar mi música a otro país, que la gente pudiese escucharla, tantos argentinos que viven en Alemania y sienten nostalgia por sus raíces. Fueron días emotivos, por primera vez interpreté el disco completo en vivo. El viaje fue un poco impensado, surgió producto de una serie de coincidencias y posibilidades. Además de lo que tenía previsto como agenda, estando allá me contrataron para hacer la Misa Criolla, la emblemática obra del maestro Ariel Ramírez que sigue siendo parte del repertorio elegido en muchas partes del mundo. Hace algunos años la interpreté con un coro de Jujuy en Buenos Aires, y ahora la hice con un coro alemán, en la ciudad de Érfurt, junto a un grupo de instrumentistas de diferentes países de Latinoamérica. También me emocionó visitar el Museo de Bach, ese artista alucinante que ha marcado la vida de todos los músicos del mundo», contó Vilca, en el transcurso de una larga charla con El Lobo Estepario.
Alegrito ha ‘i ser fue grabado en Panacea Estudio, masterizado y mezclado por Alejandro Saro, con Adrián Simón como técnico de sonido. Los diez temas del álbum son Alegrito ha ‘i ser (obra que le da nombre al disco), Pa’ que lo bailen Alegrito, Cuartal, Infinito, El tumulto que aquietas, Lua, Baila con Ñufla, Mamita del Abra, Desde el alma abuelita Tila y Aquí seguiré. Vilca estuvo acompañado en la grabación por los músicos Manuel Estrada (guitarra) y Agustín Galván (percusión), con la participación del talentoso acordeonista entrerriano Enzo Demartini, en el tema Infinito. Los tres dirán presente mañana en la presentación, cuya entrada será libre y gratuita. El arte de tapa pertenece a Mariano Zagari. «Lo grabé con un instrumento de ese tremendo luthier que es Sebastián Arias. Este disco de alguna manera reúne las voluntades de un montón de artistas que admiro y me han apoyado. Considero que un disco siempre se hace con la creatividad y la voluntad de todas las personas que se ponen al servicio de esa obra», añadió.
En otro tramo de la charla, expresó que «las piezas fueron compuestas desde la idiomática del charango, es decir, desde la forma de construcción melódica armónica y rítmica que propone. Cada instrumento tiene sus virtudes propias desde las cuales, cuando uno empieza a componer, aprovecha esos recursos. Transitan ritmos folclóricos de los lugares donde me nutrí, primero de Jujuy, y después de Bolivia, donde viví un año y medio. Allí pude estudiar con diferentes maestros del charango como Huarita Colque, Donato Espinoza, Saúl Callejas, Celestino Campos Iglesias y Agustín Alonso, todos ellos me fueron compartiendo los diferentes ritmos y cuando regresé al país, durante estos años donde fui tocando y grabando, guardé una serie de piezas compuestas y todo eso se condensó en este disco».
Vilca recibió, entre otras distinciones, el premio Charango de oro en el Festival Internacional del Charango, realizado en Aiquile, Cochabamba, Bolivia, uno de los más prestigiosos del mundo. El artista jujeño, con la música andina como bandera, recalca la esencia de esa importante expresión cultural, pero también sigue creando y desarrollando expresiones diferentes. «Todos los días le dedico mi vida al instrumento y desde él voy encontrando siempre nuevas formas de ejecutarlo, nuevas posibilidades melódicas, rítmicas, armónicas, de alguna manera es inagotable en la medida que uno se dedica siempre a eso siempre. Creo que lo más importante es darle valor a nuestros instrumentos, a nuestras expresiones culturales, a nuestros ritmos que son increíbles. Sucede que como uno las tiene tan cerca, no se las valora o no logramos dimensionar la importancia que tienen. El viaje a Alemania me permitió esa especie de retrospectiva, de mirarme y mirar nuestra cultura desde otro lugar y ver el enorme potencial que tiene», concluyó.
Foto de portada: Nahuel Sánchez.