«Nos lleva a pensar en un cambio de las relaciones con el otro y poder desnaturalizar un pensamiento patriarcal»

La problemática de la violencia de género tan tristemente arraigada al devenir de la sociedad en estos tiempos. Esa violencia que convive en nuestra cotidianidad. Alfonso Sastre escribió que «programar un teatro es pensar. Y también se podría decir que hacer teatro es implicarse en la vida social, comprometerse en las luchas de esa sociedad». Fragmentos de un pianista violento es una obra que nos sumerge en ese tema tan espinoso, y donde su autor, el pampeano Dario Bonheur, expone la historia de dos mujeres curiosas que no pierden detalle del vínculo caótico de sus vecinos, un matrimonio conformado por un pianista y su esposa.

La pieza del dramaturgo nacido en la vecina localidad de Metileo, y que hoy vive en Buenos Aires, se estrenó en nuestra provincia el año anterior, dirigida por Norberto Tojo e interpretada por integrantes del Grupo de Teatro Universitario de General Pico Andamio. Tojo, un trabajador incansable de la escena pampeana, acuna las intenciones de continuar exponiéndola por diferentes lugares de la provincia una vez superada esta situación de angustia provocada por el coronavirus. Como también retomar el camino con La moribunda (Una tragedia en cuatro estaciones), de Alejandro Urdapilleta, interpretada por Estela Pacheco y Marcela Sanz.

«Empezamos a trabajar con la obra en los talleres que se fueron dictando en General Pico durante el 2018, en un primer momento con la intención de que los alumnos avanzados fueran introduciéndose en el texto, el espacio y el desarrollo total de una puesta en escena. Transcurrido el tiempo veíamos algunos inconvenientes que fuimos acomodando en la propia escena, como los apagones, dado que en el transcurso de la misma van pasando a distintos entornos. En ese momento fui rescatando la posibilidad que con las luces podíamos obviar ese tema y colocamos led atrás de escena, como calles en color azul. Así los personajes se iban cambiando en esa lumbre azul, acompañados de una música que habilitaba el próximo espacio, obviándose las dificultades y donde el espectador no caía en un apagón, el cual desconectaba el ambiente creado por las actrices. Luego fueron creciendo con el correr del tiempo y buscando cada día de ensayo el espacio, la acción y fortaleciendo los vínculos» contó Tojo en el transcurso de una charla con El Lobo Estepario, alguien que alimentó su vocación en reductos independientes de Buenos Aires para luego continuar haciéndolo en nuestra provincia, una vez instalado aquí.

La primera vez de Fragmentos de un pianista violento ante el público local contó con la interpretación de Norma Torta y Roxana García, luego fueron Betina Vilariño, y Rosario Torres, en la última presentación en Santa Rosa. La obra fue declarada de Interés Legislativo, y cuando se refirió al interesante texto, Tojo señaló que «trata la historia de dos mujeres que van observando el comportamiento del matrimonio, es ese el momento donde se va mostrando lo relacionado con la violencia simbólica, representando lo que hoy vemos en la sociedad con un mayor aumento hacia la mujer, la existencia del patriarcado. También inclusive cito a Simone de Beauvoir con el concepto de alteridad, donde el sujeto solo se afirma cuando se opone al otro, convertir al otro en objeto. Es interesante como las actrices observan esa cotidianeidad y esos propios actos violentos van modificando a las dos mujeres. Existe luego un paralelismo y extrapolación de las mismas. Hoy estamos viviendo este tiempo del Covid-19, en la espera de poder volver con la obra, ya que por un lado tenemos cinco funciones por el Instituto del Teatro que no podemos representar y una gira por distintas localidades de La Pampa. Lo único que sí se está haciendo es rever los textos, las cuestiones sobre la sintaxis, la palabra y la voz como refuerzo, y no decaer en esta situación la cual hoy padecemos».

Tojo integró en la capital pampeana la agrupación Teatroké, representando asiduamente piezas como Decir sí, Inodoro Pereyra…el Renagau, La que sigue, Nosferatu, El médico a palos, Cámara lenta o El zapato indómito, entre otras. Fue creador del grupo La Ronda del Salitral, y su debut como director fue con El soplador de estrellas, de Ricardo Talento. Como docente dicta cursos de actuación y coordinada talleres para niños y adultos. «Fragmentos…nos lleva a pensar en un cambio de las relaciones con el otro, a poder plantearnos las situaciones que se viven y poder desnaturalizar un pensamiento patriarcal. Por ese motivo invito a la gente a ver la obra y poder ser desde lo cultural, lo teatral, un soporte para ese cambio», concluyó.

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Autor

Raúl Bertone