Ciudad Juárez (México), y de allí -por tierra- inicia una gira de presentaciones por toda la frontera de México y EEUU: Chihuahua, Santa Fe, Nuevo México, Nevada, Phoenix, Arizona, Las Vegas, El Paso y Texas. ¿Estamos hablando de una cantante, de una simple turista, de un periplo cercano al placer de los ojos? Sí, estamos hablando de todo eso al hablar de Adriana Maggio y su actual actividad. Sólo que su canto es una rima con la voluntad propia y alucinada de hospedarse en el eco eterno de la infancia, aunque muchos de sus lectores sean ya adultos. Sólo que su turismo si bien le ocupa los ojos, a las imágenes que captan las devuelven en sus libros sin referencia a las geografías de por aquí, porque regresan hechos relatos y fábulas que nos hablan de un mundo extravagante, uno construido de posibilidades y sueños y literaturas.
Claro que para que la alquimia funcione se necesita un soporte. En este caso se llama Liza De Georgina, una editora mexicana que tradujo al inglés “La casa de la esquina” (The house around the corner) que se publicó allí mismo. A ese libro se sumará “Mundo bolita” y “Viajar en beso”, con los cuales se recorrerán escuelas, bibliotecas, museos y centros de cultura. Además está programada una presentación en un Centro de refugiados, albergue de niños de inmigrantes indocumentados.
“Será una experiencia intensa y potente”, nos dijo Adriana antes de partir, y nos recuerda que ya estuvo en Ciudad Juarez “hace un par de años y el impacto fue enorme, participé en un proyecto de biblioteca -junto a periodistas y escritores mexicanos- que se hizo en una ex garita para presos y, este año, en una antología de historias navideñas para niños de la frontera. Ahora, -sigue narrando la escritora santarroseña-, la apuesta sube y recorreremos kilómetros y desierto (hasta el Cañón del Colorado) contando historias y transmitiendo sueños de un mundo mejor, menos violento y humano, a través de la literatura.”
Que será “una experiencia intensa y potente” no necesita mayor elucidación, lo mismo que el acotar que se trata de un esfuerzo independiente y personal tanto de Adriana como de Liza De Georgina.
“Un México de borde…”
El principio de este viaje se remonta al inicio del blog que administra Adriana (www.orillera.blogspot.com). Una de sus lectoras fue precisamente De Georgina, quien más tarde cursa la invitación que se transformó en el primer periplo por tierras mexicanas. “En esa oportunidad fui en premio al cariño y perseverancia de Liza –rememoró la cuentista-. Fui sin conocerla, de inconsciente, y me encontré que Juárez era lo que se decía y mucho más: calor, desierto, ciudad militarizada, un México de borde, gringo, bilingüe… Nunca pude caminar por la vereda ni andar sola, las plaza llenas de carteles de niñas secuestradas, calabozos en las calles. Entrar en una película… me trataron muy bien. Hice presentaciones en colegios y bibliotecas populares, notas en los medios. Querían que volviera y entonces pensé en un primer momento ´acá no regreso más´, pero regresaré multiplicando la apuesta”, siguió detallando Maggio horas antes de su partida.
Y en consonancia con sus deseos de un mundo literario que ya creció y se mueve dentro y fuera de ella, se tradujo y publicó uno de sus libros al inglés que resultó fundamental para programar una gira por la frontera y hasta Las Vegas.
Ida y vuelta
Los viajes de Adriana pueden que traigan más provecho del que representa una escritora local enriquecida y en movimiento, y lo decimos porque está latente la posibilidad que la también escritora y periodista mexicana (posee una agencia de noticias y este año le dieron el premio a la escritora destacada del año), venga en noviembre a La Pampa y haga una gira por Buenos Aires y Uruguay.
Pero antes hay mucho por recorrer. La voluntad de la que hablábamos más arriba, esa idea de no abandonar la tierra sin dejarle lámparas que la aclaren, tiene sustento además del apoyo de su amiga anfitriona, en los propios pies de Adriana Maggio, que la conducen por los caminos más ríspidos y áridos de todas las noches gélidas que pueden haber sobre el planeta y que más necesitan de la fábula alada: los refugios de niños de inmigrantes indocumentados.
“Será un viaje intenso y espero que el cuerpo y el corazón aguanten. Vivo en un país en el que una abuela peleó más de 35 años por justicia y por encontrar a su nieto ¡y lo encontró! Enseñándonos, entre tantas cosas, que luchar vale la pena. Que con el amor se puede”, reflexiona y recuerda: “Cuando estuve allí me decían un poco en broma y un poco en serio, ´Adriana, te estamos homenajeando… hace dos días que estás y no han matado a nadie´. Este tema está naturalizado y, cuando preguntás cómo se vive así, dicen ´o te acostumbrás o te vas´. Y se quedan y también hay gente buena y muchos niños a los que también hay que contarles cuentos y con los que hay que jugar.”
Brotes escarchados que en la noche del mundo aguardan que se levante el sol.