La acuarela es una técnica que ha sabido permanecer en el tiempo. Material que ofrece muchas posibilidades creativas, con el agua jugando ese papel decisivo para terminar de mezclar el color, y así ofrecer un infinito abanico de tonalidades. En el presente de la artista plástica Marta Fonollá, esa técnica de pintura es la protagonista de sus días. Todo se potenció en plena pandemia, descubriendo las cosas mágicas y diferentes que pueden salir, en ese juego de pigmentos, texturas y colores.
Fonollá nació en Buenos Aires, y reside en Puerto Madryn desde el año 2011, donde trabaja como docente y artista. Estudió en la Escuela Nacional de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón, y en la Escuela de Artes Visuales Antonio Berni, de la cual egresó en 1998 como Profesora de Artes Visuales, con especialidad en Pintura. Luego hizo la tecnicatura en Restauración de Obras de Arte en el Instituto Universitario Nacional del Arte, y realizó diversos posgrados en la Escuela Superior de Bellas Artes Ernesto de la Cárcova.
Atmósferas se llama la muestra que inauguró días atrás en el Portal de Madryn, y la misma permanecerá abierta hasta el domingo 8 de septiembre. «Durante la pandemia me sumergí en el mundo de la acuarela, sumándome al equipo de la escuela Tanta Tinta. En sintonía con el desarrollo artístico y docente, y mi formación como restauradora de obras de arte, sostengo una constante investigación en la química aplicada al arte. Hace más de 20 años trabajo en fabricación de pinturas en mi propio laboratorio», señaló Fonollá, abriendo la charla con El Lobo Estepario.
En ese sentido, agregó que «hoy también presento mi línea de acuarelas Marea Azul, producto de muchos años de investigación. Posee calidad profesional, gran poder tintóreo, resistencia a la luz y magnífica transparencia. Ya se encuentra en manos de grandes acuarelistas». Con respecto a la muestra, Fonollá destacó que «recorre el concepto de atmósfera, de espacio, el aire que dialoga con el agua de la acuarela. El color de la distancia y los cielos de la Patagonia siempre ejercen su magnética influencia en mi obra».
La artista finalizó diciendo que «fluir en el agua es presencia, es brisa. La acuarela es habitar el presente, conectar con el instante en profunda sincronía con los ritmos del agua, la humedad del papel, las gotas en el pincel y el pigmento danzando. No hay enmiendas, no hay errores, es expresar del agua en el papel. En ese sentido, Atmósferas es un conjunto de obras que captan el tiempo del movimiento del agua tornándose aire vital».