El tesoro está en el pasado

16 Encuentro de Historiadores

La urgencia es rescatar lo que del tesoro queda. Preservar del tiempo y del olvido aquellas historias, aquellos lugares, aquellas cosas que nos permiten saber por qué estamos acá y no en otra parte del mundo; satisfacer, de algún modo, ese universo de curiosidades que nos atraviesa y nos une, vislumbrar algo más sobre nosotros mismos en el intento de armar este inacabado rompecabezas que somos.

La idea, que andaba rondando desde siempre, tomó forma de proyecto durante la organización de los festejos por el noventa aniversario de Ingeniero Luiggi.

Los pioneros fueron sumando a su objetivo, en diferentes tiempos, a historiadores de localidades vecinas del norte de la provincia, y lo que nació como Movimiento de Estudios Históricos y Rescate del Patrimonio Cultural de los Pueblos del Norte de La Pampa fue creciendo, se fusionó con la Junta de Historia de General Pico y se institucionalizó en 2019 como Asociación Civil Historiadores del Norte Pampeano.

Esta agrupación no tiene fines de lucro y los socios vivimos en distintos pueblos de los departamentos de Chapaleufú, Rancul, Maracó, Trenel, Conhelo, Quemú Quemú o Realicó. Un día, aquella urgencia del rescate necesitó convertirse en libro, con la esperanza de que las palabras escritas perduren un poco más y se proyecten en el futuro hacia otras vidas. Ese libro se llamaría Memoria. Una nueva época. Gente joven que se incorpora, metodologías de trabajo diferentes, las redes sociales atravesándolo todo. Sostener este proyecto en el tiempo sigue siendo el desafío, conservar lo logrado e innovar sin perder la meta clara de hacerlo por la identidad y la memoria.

Una vez por año nos encontramos ⸻por eso lo llamamos Encuentro⸻ en una sede o pueblo acordado entre los socios al finalizar la jornada del año anterior. Éste, a veintiún años de aquella iniciativa y con el número dieciséis en el libro, coincidiremos en Quetrequén, en un parque con un bonito salón, árboles autóctonos, bancos a la sombra y una gran parrilla, que tiene el nombre de San Francisco, en honor a aquel santo de vida austera nacido en Asís.

En estas jornadas exponemos los trabajos que integran el libro, conversamos sobre ellos, pensamos nuevos modos de seguir, trazamos líneas imaginarias para continuar. Pero también nos damos las manos, nos abrazamos, cantamos y comemos; renovamos el deseo de continuar sabiendo que no lo haremos solos, renovamos la urgencia del recupero, y son tantos los temas que seguro, no nos alcanzará la vida. Solo resta invitarlos y decirles: ¡Bienvenidos a mi pago! Abro las puertas y digo: ¡Bienvenidos a mi pago! A este rincón aciago de la tierra donde vivo. Por eso también les pido me acompañen con el canto, y que nos cubra el encanto de nuestra Pampa argentina para decir con estima: ¡Los estamos esperando! (…) Hondonada que almacena, pozo hondo, cañadón, caldenes que en su tesón los largos soles condenan. Cortada, laguna buena, Quetre – tan – solo trequén. Refugio fresco, vergel, hondonada solitaria, tierra tenaz, milenaria, grito indio: ¡Que – trequén! (…) Calles de tierra, soleadas, veredas de madreselvas hacen que su aroma envuelva las mañanas añoradas. Mate en las manos confiadas, niños camino a la escuela, de escondidas y rayuelas. Tardecitas silenciosas y algunas nubes curiosas que a lomo del viento, vuelan.

Milonga de Quetrequén, G.F.

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