«En Magma la cuestión pasa siempre en tratar de hacer una música que perdure»

Vigentes, siguen transitando la ruta con el mismo entusiasmo. Casi cinco décadas de presencia artística en diferentes escenarios del país, que cobijaron, y siguen cobijando, sonidos propios, elaborados en esa incesante búsqueda musical que no se detiene. En Magma, la exploración permanente ha sido una constante, instalada desde la génesis, en la cimiente del grupo que asomó su nariz allá por 1974. En ese impulso que se fue traduciendo de forma sostenida en fusión, en amalgama de géneros. Construyendo espacios, buscando en lo que rodea, en lo que se respira. El terruño, el lugar de pertenencia. Y la canción enarbolando un claro mensaje donde la poesía fluye, y se instala en el aire. Permaneciendo.

«Empezamos a acuñar la idea de Magma cuando terminamos el colegio secundario. Todos queríamos estudiar música, y así formamos esta agrupación enmarcada dentro de lo que se conocía en la época como rock progresivo. En ese momento, la realidad musical de Entre Ríos exponía covers por todos lados, de música inglesa, norteameriana, y también covers de folclore. Es decir, todos cantaban igual y se copiaban. Se construyó el Túnel Subfluvial, al poco tiempo los puentes de Zárate-Brazo Largo, y fue así como Entre Ríos comenzó a integrarse de alguna manera con el resto del país, por lo que se produjo un intercambio de cosas. Nosotros provenimos de ese momento, de esa situación. Fue como la cimiente», relató Alberto Felici, quien con su voz ha enhebrado todos los registros de Magma desde su origen.

Felici, Osvaldo Aguilar y Alfredo Ibarrola, fueron quienes tomaron el desafío en 1974. El grupo paranaense fue pionero del rock en español en la región del litoral argentino, armando luego una agrupación de gestión independiente llamada Alternativa Musical Argentina (AMA). «Nos planteamos que fueran canciones nuestras, y en castellano. El tiempo transcurrió, el rock progresivo se transformó más bien en una especie de rock sinfónico, y entonces la propuesta de Magma se fue inclinando hacia una mixtura con música de raíz argentina. Nuestro primer disco, Canto para una consagración, se grabó en el estudio de los Vitale, cuando estaban en Villa Adelina. A partir del segundo trabajo está esa mixtura con el folclore, que tiene que ver con discos como La transformación, Musiqueros del silencio, Chau al tiempo o Magma. En fin, nueve discos hemos grabado hasta hoy, y actualmente estamos trabajando con canciones donde hay un condimento eléctrico y también acústico. En cierta forma es como volver a las fuentes iniciales del sonido del grupo. Prontamente entraremos a grabar el décimo disco, un material donde estará volcada toda la última experiencia como quinteto», agregó Felici, en ocasión de la larga charla que mantuvo con El Lobo Estepario.

Pocos meses atrás, Magma se mostró ante el público pampeano, como parte de una mini gira emprendida por el sur argentino, que incluyó también Neuquén. El grupo se planta hoy en un escenario como quinteto, con los fundadores Felici (voz) e Ibarrola (teclados), Nardo González (guitarras), Pancho Torres Crespo (bajo) y Moli Verón (batería). «Desde el momento fundacional, la idea fue pintar nuestra propia aldea. Era algo muy marcado. Te diría que fue el primer grupo en toda la región, e incluyo a la ciudad de Santa Fe. En ese momento nosotros tocábamos más ahí que en Paraná, siempre fue una ciudad más cosmopolita, y además teníamos más público. Fue lo primero que empezó a sonar en castellano, y eso llevado al presente significa una larga historia de 48 años donde nosotros, como personas cercanas a los 70 años, sentimos que estamos en un momento donde está bueno ir dejando postas, conceptos, que creemos son valores preciosos que deberían conservar las generaciones nuevas», destacó.

La presentación del quinteto entrerriano en el escenario de Medasur.

En ese sentido, añadió que «esto de ir pintando la aldea en tiempo presente, para nosotros es fundamental. Después se busca cuál es el trabajo musical que asoma atrás, pero en principio entiendo que es el contenido el que marca la música nacional, y ahí está una gran situación actual, donde aparece mucha preparación técnica de los músicos, pero poco contenido. Es lo que yo veo. Incluso, en las cosas más simples, realmente hay trabajo técnico pero es poco lo que se va a decir. Más bien, un contenido de consumo rápido. En Magma la cuestión pasa siempre en tratar de hacer una música que perdure. Yo sé que los tiempos son mucho más veloces, pero entiendo que debería existir una pausa en eso. Es un trabajo de los mismos músicos, de los tantos productores artísticos que existen en este momento, haciendo grabar a gente en distintos estudios. Igualmente, somos optimistas. Es tan variada la música argentina, desde el punto de vista rítmico, y representativa de distintas regiones, que siempre hay una posibilidad de que algo se cuele dentro del terreno de la industria. Algo de calidad».

Escribir canciones, compartirlas. Ese ha sido el compromiso de Magma. Una línea de conducta que no se ha modificado. Convicciones bien arraigadas, aún en los momentos donde asomaron contratiempos por doquier, tanto en la escena social como musical del país. «Hay infinidad de músicos que están buscando eso que nos pasó a nosotros cuando escuchamos, por ejemplo, a Almendra. Fue cuando vimos que había una posibilidad de contar y ser representativos de nuestro tiempo. Fuimos detrás de esa propuesta, sin que necesariamente la música sonara igual a Almendra, pero sí determinados actos que están relacionados con verse reflejados en algunos espejos. Considero que eso puede ser un elemento que nos alienta a seguir transitando el país, a pesar del poco público que pude ir a escucharnos. Sabemos que dentro de ese poco público, hay personas muy interesadas en empaparse de determinadas historias que tienen que ver con una realidad».

Magma, en 1988. Están Felici, Alberto Muñoz, Jorge Cumbo, Mario Corradini y Daniel Russo.

Felici habló también de la concepción de esa idea musical que el icónico grupo ha sostenido a lo largo de casi cinco décadas, de la base creativa a la hora de plantear y buscar la cuestión sonora. «Cuando empezamos a mixturar las rítmicas folclóricas con los elementos eléctricos surgieron cosas concretas, por algo iniciamos después ese movimiento que se llamó Alternativa Musical Argentina, con Chango Farías Gómez, los hermanos Corradini, el grupo cordobés Posdata, Francisco Heredia. Hasta artistas como Gustavo Cuchi Leguizamón se interesaron en la propuesta de realizar un encuentro itinerante de creadores por el país, superando el formato de festival. Y también irradiando, si se quiere, espejos creativos. Recuerdo encuentros donde estuvieron El Cuchi, Aníbal Sampayo, Ramón Ayala, Raúl Barboza, figuras deteminantes para la música del litoral. En los años 90 hubo un retroceso, los sellos grabadores terminaron siendo dominados, ya no por directores artísticos, sino por abogados, los temas pasaron a tener una duración no mayor de tres minutos y medio, de lo contrario no se difundían, y en fin, empezó a colapsar todo ese crecimiento que se había dado durante la primavera democrática. Ahí empezó la dura tarea de sobrevivir y dejar plasmado material. En cierta medida es lo que nos toca en este momento», concluyó.

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Autor

Raúl Bertone