Es la llanura que sopla su aliento , una poesía de Dardo Cuellar.
Bebedor de otros mundos.
Ladrón de momentos.
Robé tus iris para guárdalas en mí memoria
y sacarlas a escondidas.
Como un niño cuando roba una fruta.
Me prometí saborearlas en las noches,
cuando ya no recuerde tu voz.
Y ahí vuelvo al nido.
Tengo entre mis manos la llamita de una vela,
ocultando mil imágenes
con las qué jugaba en penumbra de apagón.
Quedaron atrapadas
en los ojos de un gorrión sin luz.
Figuras que no quieren quedarse quietas
pero las encerré para poseerlas.
Ese cielo que inundaba,
fue el comienzo de abril.
Ahora es un crepúsculo de mayo.
Y las sombras dan un silenció cercano.
Hoy impera el pueblo del viento
ungiendo sobre las sienes y cuerpos abiertos,
que balbucean una pena.
Es la llanura que sopla su aliento
cicatriz imposible de borrar.
Como las sombras de la noche en vela.