Huellas con resonancias en otros campos expresivos

Ir tras las huellas de Iris Nair Rebecchi es encontrarse con Alicia, la niña de la novela de Lewis Carroll (1832/1898) cuyo texto aporta significados nuevos y cada vez más complejos a medida que pasan los años, personajes modelados que ya forman parte del inconsciente colectivo contemporáneo. Esa Alicia a quien “le parecía muy aburrido y estúpido que la vida siguiera su curso normal”.

Es que los textiles, mosaicos, grabados, bordados, móviles y esculturas blandas constituyen impresiones de infancia, que me permitiría decir que reflejan el viaje de “Nair-Alicia” observando, descubriendo y compartiendo su propio universo interior. En ese desplazamiento dinámico, va aceptando de manera natural los cambios que se producen y aunque no todo le sea comprensible, no le  importa, sigue su camino y quiere mucho más, como cualquier niña inquieta y curiosa. Observando sus trabajos, estamos en presencia de realidades dentro de la realidad cotidiana, del inconsciente, los sueños, la niñez, la fantasía y el concepto de viaje iniciático.

María Elena Walsh sonreiría feliz ante esta colección de imágenes de Nair; en el año 1965 nos había dicho en su canción “El reino del revés”…  “Me dijeron que en el reino del revés, una araña y un ciempiés, van montados al palacio del marqués en caballos de ajedrez”, letra creada para el mundo infantil con ecos en el mundo adulto.

Una mirada desde Cinefilia.

Ante cada obra de la artista es como si estuviéramos frente a un fotograma de cuya imagen extraemos tal cantidad de información que hasta nos permite relatar una historia propia. Como me interesa relacionar lo que veo con la Cinefilia y sus asociaciones libres, no puedo menos que citar cuatro películas con cuatro Alicias diferentes. Al igual que Nair trasladando experiencias a su producción artística, cada director lo hará a su manera volcando sus propias obsesiones en contextos emocionales y reflexivos.

Cuatro Alicias en el cine.

Wim Wenders. Alicia en las ciudades (1974). En blanco y negro, aporta una forma de mirar el mundo en claroscuros empleando el viajecomo eje para descubrir y describir lugares. Sus personajes varados en tiempo y espacio, parecen recapacitar sobre sus crisis existenciales.

Jan Svankmajer. Alicia (1988). Aquí la niña es una muñeca que se convierte en niña, los cajones tienen muchas llaves para transportarla al siguiente escenario. Otra vez el viaje y la curiosidad como necesarios para todo humano ya sea se trate de infante o adulto.

Woody Allen. Alice (1990). Alice, es una mujer casada que lleva una vida vacía, a quien le gustaría dedicarse a escribir, pero su educación conservadora se lo impide. Será necesaria la aparición de un brujo y una serie de hierbas mágicas como alegorías de los cambios necesarios. Otro viaje de autoconocimiento.

Tim Burton. Alicia en el país de la maravillas (2010). Alicia, una joven de 19 años, acude a una fiesta de la alta sociedad. Cuando está a punto de recibir públicamente una propuesta de matrimonio, sale corriendo tras un conejo blanco y va a parar al País de las Maravillas, un lugar que había visitado diez años antes, aunque ya no lo recuerda. Un viaje para recordar lo olvidado y propiciar la rebelión de otras criaturas.

La artista a través de la narración visual, ofrece tres recorridos: “Resplandores”, “Susurros” y “Tejidos nutricios”, títulos de por sí muy sugerentes. Celebro estos estímulos de la autora que como el conejo podrían hacer que salgamos de nuestras madrigueras y destaco también las palabras del gato “siempre llegarás a alguna parte, si caminas lo bastante”.

Para finalizar diría que Nair no sólo podría ser Alicia sino que también podría ser Chihiro* ese personaje-niña de diez años que viaja en coche con sus padres y sin quererlo entra en un mundo fantástico habitado por dioses antiguos y seres mágicos. Aquí también nuevamente el viaje como metáfora que posibilita la mirada del mundo con ojos nuevos.

Y colorín colorado, por ahora, este texto  se ha acabado.

Por Rosa Audisio

(Artista visual y gestora cultural independiente. Autora de Cinefilia, Asociaciones libres  I y II)

*Película El viaje de Chihiro 82001) de Hayao Miyazaki.

Los lectores observadores y activos se darán cuenta que la palabra “viaje” fue escrita 9 veces,  el término es central en todas y cada una de las expresiones, indicando desplazamientos en el tiempo y el espacio, necesarios para el autoconocimiento.

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