Por estos días publicamos nuestra primera editorial e incluso hicimos una placa con frases de El Lobo Estepario de Hermann Hesse, el Lobo Estepario original e inigualable. Hubo varias cosas en especial que nos movieron a celebrar, los tres meses de vida de nuestro sitio, las más de mil quinientas entradas periódicas, las palabras de lectores fieles que nos siguen de cerca y comparten cuanta nota subamos por el simple hecho de sentirse amigos, de ayudarnos a difundir. Y hete aquí otro punto de festejo, la independencia absoluta para hacer las notas que nos gustan. ¿Y por qué nos gusta hablar de Marianela Camerlinckx? Bueno, tenemos nuestras razones. Marianela baila muy bien, enseña bien, está por completo dedicada al arte, tiene su alma entre las nubes y huesos de pájaro. No quedan casilleros por completar y su cuerpo se mueve con la suavidad con que gira la tierra, camina y parece disociada del suelo, como un algo etéreo. Si El Lobo Estepario no se vende a políticos ni recibe sus favores, si está en la antípoda del sensacionalismo, como escribíamos en esa editorial, y si nuestro compromiso más honesto es con ustedes y consiste en alcanzarles los artistas cabales fundamentalmente de nuestra ciudad, entonces Marianela Camerlinckx es una visita que se condice con nuestras páginas. “Camina, eso es todo”, escribió Maxím Pechkov Gorki, y este es nuestro angosto sendero. El de Marianela no, es imaginativo y vasto, sobre todo cuando baila, donde pareciera jugarse su posición en la posteridad, un rapto de vida brillando durante una hora.
Entonces fue que pensamos que en “Atravesadas” podríamos encontrar el germen de ese espíritu.
Y “Atravesadas” fue la muestra de fin de año de su Academia de Danza, donde sus alumnas hicieron una puesta en escena de Expresión Corporal y Flamenco, lo trabajado en el año. Un resumen de un “año lleno de magia para mí –confiesa la profesora-. Atravesadas implicaba un desafío para todas. Acercarnos a la gente desde la Expresión Corporal, y desde el Flamenco, que es algo nuevo para nuestro público piquense, y por supuesto para ´mis atravesadas´, también.” Quizás por eso se presentía una noche difícil, llena de los nervios propios de las inauguraciones personales: “la gran mayoría de mis alumnas debutaron con Atravesadas, por lo menos en lo que respecta a estas disciplinas de movimiento. Algunas habían hecho algunas prácticas relacionadas con el arte anteriormente, pero esto definitivamente era otra cosa. Pensé que esa sensación que me generó a mi pararme frente a la clase los primeros meses, era la misma que tendrían ellas frente al público; esta mezcla de curiosidad por la respuesta de los receptores ante la desestructura de la Expresión Corporal, la estética particular del Flamenco, el juego con los sonidos corporales, las expresiones gestuales, sumado a la necesidad de comunicar, de decir algo bailando, de expresar todo lo que desde la palabra a veces nos resulta imposible… todo esto genera, sin duda, un gran desafío¨, consideró Marianela, que una vez pasada la noche de fuego se alegró por partida doble, la populosa respuesta del público y por “cómo mis hermosas atravesadas respondieron a mis primeras consignas de clase: un poco de sorpresa, intriga, curiosidad, conexión y finalmente, se soltó la danza, y se soltó el aplauso.”
Naturalmente ese “soltar” en cuanto a la expresión corporal se refiere esconde un sinfín de pormenores, fundamentalmente la guía de Marianela para que sus alumnos encuentren su propio estilo, “que busquen en su interior su propia danza y puedan ´sacarla´, reconocerse a sí mismos en cuerpo y alma, comunicar, eso es la Expresión Corporal”, definió sobre un asunto nada sencillo. El Flamenco en cambio “es una pasión, es una danza que bajo la historia de una cultura muy particular, se transforma en un fuerte lenguaje de expresión del cuerpo”, refirió Camerlinckx sobre otro de los aspectos presentados en la noche de las Atravesadas. “Elegir el Flamenco implica un compromiso –agregó-. La complejidad de los movimientos y el hecho de generar música en forma simultánea con la danza, se convierten en una hermosa obsesión, de la que hay que ser conscientes que si se entra no se sale”.
Tal vez Marianela quiso decir con esto último que los lobos esteparios, por encima de su naturaleza solitaria, de su individualidad a veces exacerbada , de su yo en disidencia y de sus oportunos asqueamientos sociales, son los únicos capaces de encender su propia estrella y remontarse por los páramos verdes y los cielos limpios, y que incluso llegará el punto en que ya no serán más lobos esteparios y ni siquiera hombres, y se convertirán finalmente en aquellos que escuchan y vuelan entre el rumor de los astros en movimiento, que pueden prescindir de todo techo y cobijarse en la inmovilidad y el silencio que entra por la ventana sin casa.
Huesos de pájaro
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