La poesía creando ambientes virtuales

Formatos abriendo nuevos caminos para la creación, el encuentro. Una apertura para el desarrollo del arte. Y la poesía reinventándose en la era digital, un espacio instalado en este contexto de pandemia para acercarnos un poco más y donde la realidad impone un plus de originalidad. De propuestas conectadas con los recursos de la época. El papel del ciberespacio como identidad contemporánea y la poesía concebida como vía de escape emocional.

Tertulia en casa/Entre lo virtual y lo poético es un ciclo de tres encuentros virtuales que tendrá esta noche su primera cita. La misma concentrará distintas búsquedas artísticas como el teatro, la música y el videoarte, y donde la poesía actuará de forma decisiva, interrogando y proponiendo. Hoy intervendrá la poeta entrerriana Rocío Lanfranco, el sábado 14 el invitado será el santafesino Patricio Emilio Torne, y el 21 cerrará el puntano Juan Andrés Despouy, radicado actualmente en Francia.

Uno de los protagonistas de este ciclo será el músico Matías Bonavitta, quien a partir de su intervención en Proyecto Casa, producido por Isla de Contenidos (Entre Ríos), estableció un vínculo artístico con la actriz Paula Baigorrí y el director Juan Kohner. Cada jornada se iniciará a las 23:00 horas y tendrá una duración de 45 minutos. Juan Casalla estará a cargo de la técnica. La entrada (bajo la modalidad de gorra virtual) se puede adquirir ingresando a http://www.alternativateatral.com/obra73271-tertulia-en-casa-entre-lo-virtual-y-lo-poetico).

«En relación al grupo de trabajo, con Paula (Baigorrí) y Juan (Kohner) nos conocimos mediante el Proyecto Casa, una plataforma de creación en situación de residencia artística que mediante una convocatoria pública agrupa artistas de todo el país y cuyo objetivo implica proveer un espacio para realizar una obra. Este año, por la situación del Covid-19, se hizo de manera virtual. Fue allí que realizamos una obra que llamamos Rukán, una palabra del Mapuzungun que hace alusión al proceso de armado de una casa. Una vez finalizada y presentada dicha producción nos quedamos con ganas de seguir haciendo cosas bajo esta no acostumbrada órbita digital, de allí es que surgió este ciclo que terminó por incluir a más artistas», contó Bonavitta, en diálogo con El Lobo Estepario.

En la presentación del ciclo se puede leer: «Esto no es teatro, ni un recital, ni un corto. Se trata de un ciclo de 3 encuentros virtuales, 3 creaciones situadas en 3 casas o hábitats diferentes, o más bien, 3 traiciones poéticas con horizontes de sentidos disímiles, en el que interpelados por la obra de 3 poetas contemporáneos intentaremos abrir un diálogo con ellos/as, habitando y construyendo sobre una mixtura de lenguajes repleta de interrogantes que insisten en retornar: ¿Es posible habitar y construir la virtualidad o sólo sabemos transitarla mecánicamente? ¿Resiste la poesía, fármaco actual, esta clikeada traición? ¿Podemos traducirnos sin traicionarnos? Compartamos entonces, en unos instantes de yuxtaposición, algunos rincones de estas volubles casas se condensan en un pequeño nicho virtual posible de ser habitado. ¿Hola, están ahí? ¿Entran?».

Bonavitta, un permanente estudioso de los sonidos musicales, y admirable ejecutante del charango, añadió que «cada encuentro resultará distinto al otro, puesto que cada poeta pone en juego su propio mundo creativo, por lo que rebota diferente a la hora de yuxtaponer la producción musical y teatral. Es decir, cada poeta nos propone su singularidad mediante su forma de escribir, abordar temáticas y/o trasmitir emociones. En este sentido, a grandes rasgos, el primer encuentro yace teñido de evocaciones ligadas a la niñez, las desigualdades de género, los roles, la reclusión y el hogar. En tanto, el segundo se amarra más a la sonoridad de las palabras, las cosas que van de lo doméstico a lo social, del amor o el odio a los hechos políticos, lo arbitrario de la vida. Mientras que el tercero, se desborda sobre relatos que bordean el tema de la muerte. Como ocurre con cualquier producción artística, nuestro objetivo implica juntarnos a realizar una obra para compartirla con un público. No obstante, debido al pandémico panorama, esto sobreviene virtualmente, tanto en relación al proceso de creación como de presentación».

En ese sentido, el músico nacido en la bonaerense Pellegrini y radicado desde hace muchos años en General Pico, destacó que «todo el proceso transcurrió en diferentes hogares, incluso provincias, mediante el uso de tecnologías, de allí que la presentación también sobrevendrá en torno a un pequeño nicho virtual posible de ser habitado por un público. Sin dudas, dentro de las miles de transformaciones que experimenta el mundo por el coronavirus, el arte atraviesa una de las más singulares. Todo ha variado, incluso algunos sentidos como el olfativo parecen haber desaparecido de las puestas en escena contemporáneas. No obstante, los canales de comunicación y manifestación artística no están extintos, en este sentido, lo virtual, más allá de sus valoraciones, aparece como una alternativa posible.  Ciertamente, la vida cotidiana cambió de un modo tan vertiginoso que hizo que en muy poco tiempo resulte “natural” usar palabras tales como Streaming, Zoom, videollamada, Meet, Skype, a la vez que pactar un horario para reunirse en una plataforma virtual».

Bonavitta, quien es además Licenciado y Profesor en Psicología, Especialista en Psicología Clínica y Acompañante Terapéutico, concluyó diciendo que «este inédito momento está cargado de cierta ingenuidad a la vez que de cierta energía instituyente que busca y curiosea nuevas modalidades. No sabemos si esto es pasajero o si efectivamente estamos asistiendo a una profundización de la era “tecnocultural”, de todos modos, sea como sea, lo cierto es que coincidimos en que no vale mucho la pena quedarse suspendido sobre el duelo de lo que no se puede hacer, sino que de ver qué se puede hacer aunque nos veamos inundados de inexperiencias, desconocimientos, limitaciones e interrogantes artísticos. ¿Es o no teatro si se transmite por Zoom o YouTube? ¿Qué pasa con la poesía en el terreno virtual?. Coincidimos en que este cosmos tecnológico, en plena exploración/investigación/experimentación humana, no debe ni menospreciarse ni idealizarse enteramente, pues como todo dispositivo no solamente puede capturar y moldear en términos negativos, sino que también, viabilizar formas de ser y expresar. Y es bajo esta clave lo que de alguna manera se nos asoma como una curiosa e ingenua incógnita que insiste en retornar en cada encuentro del ciclo».

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Autor

Raúl Bertone