Pocas quedan como ellas, en muchas ciudades fueron embestidas con la brutalidad modernizante de los shoppings u olvidadas y luego resignificadas para ritos religiosos, también modernos y masivos. Sin embargo, las dos grandes salas de proyecciones de la ciudad resisten los cambios de época y son las anfitrionas destacadas en este Primer Festival Nacional de Cine, cuya gala de apertura será este jueves 18 a las 20 en el Cine Teatro Pico.
En diálogo con El Lobo Estepario, Pablo Mazzola, organizador del evento, convocado por la Asociación Italiana, expresó que “dar lugar al primer festival nacional de cine está profundamente vinculado a la experiencia de la sala de cine, tanto la del Gran Pampa como la del Cine Teatro Pico”. Y destacó en ambas su valor «desde su preservación, su continuidad, su actualización tecnológica, el hecho de que se hayan digitalizado, que tengan una buena calidad de proyección y estén a la orden del día en cuanto a las tendencias audiovisuales».
Ya con esa satisfacción por el espacio, se puede pasar a hablar sobre los contenidos: ¿qué se proyecta? ¿para qué? ¿sólo implica una cuestión comercial o de entretenimiento? Al respecto, Mazzola distinguió: «Si bien hay un hábito de consumir una forma cinematográfica existente, podemos poner en valor otras formas, que no siempre son ficciones de mercado a lo Hollywood, sino que también hay un cine nacional que tiene otras formas de expresarse, no convencionales, y que nos representa». Por eso desde este festival se abre una «posibilidad de oferta, de propuestas o creaciones artísticas que no siempre tienen acceso a la pantalla grande».
La semana pasada se dio a conocer el programa día por día y la grilla de películas, que implica una semana intensa, no sólo en cuanto a los contenidos que se proyectarán (en la inauguración, el estreno de «La patota») sino por las posibilidades de encuentro con realizadores y críticos de cine que abrirán el debate.
La importancia de los encuentros
Compenetrado en la tarea de comunicar y acercar propuestas diferentes al público, Mazzola se refirió a que el hecho de invitar a directores, gente del hacer cinematográfico, para «compartir con el público la experiencia, va nutriéndonos de herramientas conceptuales, de competencias de saber de cine» y ayuda a «desmitificar, entender o sensibilizarse con otras poéticas del cine».
«En el teatro estamos en contacto con el actor, es muy vivencial, pero en el cine hay un distanciamiento, la representación es casi anónima, además. Por eso la presencia y los diálogos de directores y críticos de cine con la gente».
El cine como entretenimiento y entrenamiento
Es importante aprender sobre aquello que vemos, educar la mirada para no solamente exponernos pasivamente ante una proyección. En palabras de Pablo Mazzola, este festival se plantea como un entretenimiento, pero también como un entrenamiento. Escuchar a los realizadores de cine brindará elementos para formarse audiovisualmente: «El director nos va a contar cómo hizo su película, pero un crítico o un periodista especializado, una persona que mira la película como un entrenamiento, nos puede contar qué le interesa del cine, y entonces el público va incorporando saberes», sintetizó.
Actividades para las escuelas
Dentro del festival se planteó, además, un encuentro destinado a las escuelas secundarias. Los días viernes 19, lunes 22 y martes 23 de Junio, en dos turnos (10:30 y 15:30) habrá proyecciones y charlas «para compartir y analizar una serie de propuestas temáticas y debatir cómo hacer, cómo abordarlas, qué significan, qué pasa si queremos hacer un corto en la escuela», anticipó Mazzola.
En cuanto a la competencia regional de cortometrajes, dijo que implicó «una selección muy exhaustiva, es un trabajo muy intenso donde se puso en valor la calidad de las obras para dar cuenta de una jerarquía del hacer audiovisual de realizadores, algunos piquenses y otros de la zona pampeana».
También la competencia de largometrajes implicará deliberaciones ya que participará el público además del jurado.
Mañana empieza una semana culturalmente distinta en Pico, a respirar cine entonces…