Victoria Otero renunció por las críticas ocasionadas por la presentación del grupo Ópera Periférica, en los jardines de la institución que depende del gobierno porteño.
La gerente de Museos de la ciudad de Buenos Aires y responsable de la programación que exhibió la ópera barroca «Sirenas en jardines electrónicos» en el Museo Fernández Blanco, presentó la renuncia luego de la polémica generada a partir de la difusión de un fragmento de la obra, en el que se ve a un grupo de performers en ropa interior realizando movimientos que fueron interpretados como pornográficos por algunos de los que presenciaron la puesta.
«Tomando conocimiento y reconociendo la gravedad de lo sucedido, comunicamos que Victoria Otero, Gerente de Museos de la ciudad y responsable de esta programación, ha decidido dar un paso al costado en sus funciones», señaló en un comunicado el Ministerio de Cultura porteño.
La ópera barroca llamada `Sirenas en jardines electrónicos´ «fue seleccionada en la convocatoria abierta federal realizada en 2022 por la Dirección General de Museos del GCBA, y la curaduría se hizo acorde a la documentación presentada que incluía texto descriptivo, material fotográfico, biografía y antecedentes artísticos de quienes la interpretan. El proceso de selección fue realizado de la misma forma que se presentan todos los proyectos artísticos culturales», precisa la información.
La cartera de Cultura señala que «en ningún lugar de toda la documentación presentada existían indicios de las escenas que se desarrollaron el sábado 25 en los jardines del Palacio Noel, sede del Museo Isaac Fernández Blanco», y aclara que «si bien hubo múltiples instancias de conversación entre el equipo de curación y la compañía, donde se definió lo locación del Museo Fernández Blanco porque los artistas requerían interactuar con instrumentos barrocos, no existió referencia alguna de que la obra debiera tener restricción de edad y utilización de lenguaje explícito».
En el descargo, la Dirección General de Museos insistió con «dejar en claro que no avalamos, ni promovemos esta clase de espectáculos que puedan herir u ofender la sensibilidad de muchas personas. De haber tenido el menor indicio, no hubiera sido programada esta performance en un espacio abierto al público, ni en ese horario vespertino».
Pablo Foladori, uno de los directores de la obra junto a Gerardo Cardozo, consultado por Télam dijo que en el video que se viralizó se exhibe solamente un minuto de los 45 que dura la performance.
Sostuvo además que «la performance es un arte que en su corazón mismo asume riesgos, ya que tiene que ver con un movimiento permanente que le da la esencia».
Asimismo, señaló que a partir de la difusión de ese segmento de la puesta, él y otro de los integrantes de ese espacio artístico recibieron gran cantidad de «mensajes transfóbicos, de odio».
El comunicado del Ministerio de Cultura porteño agrega que «la Ciudad de Buenos Aires presenta más de 200 programaciones culturales públicas todas las semanas en sus más de 80 espacios culturales distribuidos en todas las Comunas» y por ello «se reorganizarán procesos y se redefinirán responsabilidades en cuanto a las programaciones artísticas».
«Reiteramos un sincero pedido de disculpas a los asistentes, a la Fundación de Amigos del Museo, y a quienes se hayan sentido ofendidos», concluye el texto.
La presentación del grupo Ópera Periférica, en los jardines de la institución que depende del gobierno porteño, provocó críticas en las redes a partir de un video filmado por un espectador; la respuesta de los programadores
En el pasto del Museo Fernández Blanco una persona cantaba, mientras otras dos realizaban movimientos sobre el pasto, vestidas con mallas. “Qué importa la pobreza cuando tenés la p… bien dura”, decía el cantante, ante la mirada de los espectadores. Esta puesta del grupo Ópera Periférica, llamada Sirenas en jardines electrónicos, ocurrió el sábado pasado, en plena tarde -ya que la convocatoria era a las 18- y formó parte de una actividad con entrada libre y gratuita. La performance generó polémica y le valió críticas a la gestión de Horacio Rodríguez Larreta, ya que el espacio cultural donde se desarrolló pertenece al gobierno de la ciudad de Buenos Aires. “Qué basura en el museo más lindo de la ciudad”; “una obra de degenerados” fueron algunos de los comentarios en Twitter al video que posteó un usuario indignado donde se ve y se escucha esa y otras frases controvertidas.
A través de un comunicado, la Asociación Amigos del instituto cultural se desmarcó de la presentación. “Lo allí expresado no coincide con los valores y criterios de esta Asociación”, indicaron.
Por su parte, desde el área de Programación Artística de Museos Buenos Aires -responsables de la obra- argumentaron que “para la curaduría de éste y todos proyectos artístico culturales” recibieron una carpeta con texto descriptivo, con fotos, biografía y antecedentes artísticos de quienes participan, y que “en todo el material recibido, en ningún lugar se hacía referencia a una escena como la que se vio el sábado”.
En distintos videos que tomaron visitantes del Fernández Blanco, en el barrio de Retiro, quedó plasmada la escena controvertida. La música empezaba a sonar y el cantante, que se presenta como “Nube” en sus redes sociales, decía: “Qué importa la pobreza cuando tenés la p… bien dura. Qué importa la pobreza cuando tenés la cola hambrienta. Qué importa. Qué importa la pobreza cuando salís enloquecida a buscar por las calles, por los rincones, ese poco de amor furioso que te aturde y te hace olvidar un rato de la pobreza”.
La canción de este show que encendió los cuestionamientos en redes sociales, sobre todo desde sectores liberales y conservadores, seguía: “Mi corazón es más terso, qué importa. Mi voluntad es más ciega, qué importa. Mi deseo, qué importa. Más enloquecido. Qué importa la pobreza si al menos hay una mirada perdida. Qué importa la pobreza si al menos hay un deseo claro. Qué importa la pobreza si al menos hay una bolsa para seguir. Qué importa”.
Según explica el propio grupo en sus redes sociales, Sirenas en jardines electrónicos forma parte de la serie Barroco Furioso, hecha por Ópera Periférica, y toma elementos del noise, del barroco, del pop y del post punk para configurar una “ópera monstruosa” a partir de un trabajo con archivos de distinta procedencia. “Lxs performxrs se apropian del jardín del Museo Fernández Blanco”, anunciaban antes de presentarse en esa sala cultural porteña.
En tanto, en la publicidad que hacían desde el Ejecutivo capitalino y desde el Museo Fernández Blanco anunciaban esta obra en la misma línea: como “una ópera monstruosa en la que las sirenas se apropian del jardín”.
Por la tarde, la Asociación Amigos del Museo de Arte Hispanoamericano Isaac Fernández Blanco emitió un comunicado “ante la insistente demanda de información por parte” de los socios. “Creemos oportuno aclarar que la Asociación de Amigos del Museo de Arte Hispanoamericano Isaac Fernández Blanco no ha tenido participación alguna en la organización de la actividad denominada ‘Barroco Furioso’”, indicaron en una misiva.
Y precisaron: “La misma ha sido parte de una convocatoria de la Dirección General de Patrimonio, Museos y Casco Histórico del Ministerio de Cultura porteño denominada #sontusmuseos. Los espectáculos seleccionados fueron programados por la Dirección General de Patrimonio, Museos y Casco Histórico en los distintos museos de la ciudad, desconociendo nuestra entidad los criterios de selección de las propuestas, sus contenidos, oportunidad y lugar programación para los mismos”.
Por último, la Asociación Amigos del Museo enfatizó: “Asimismo, queremos hacer saber que lo allí expresado no coincide con los valores y criterios de esta Asociación”.
Sobre la obra
“‘Sirenas en jardines electrónicos’ es una ópera performance especialmente realizada para el Museo Fernández Blanco, por su carácter barroco y la utilización de instrumentos como el laúd, haciendo referencia a la colección de instrumentos que allí se exhiben y fue seleccionada por convocatoria federal, llevada a cabo en 2022 por el área de Programación Artística de Museos BA”, indicaron desde el área responsable del programa.
Y argumentaron: “Para la curaduría de éste y todos proyectos artístico culturales, el área de Programación Artística recibe una carpeta que tiene el texto descriptivo, con fotos, biografía y antecedentes artísticos de quienes participan. En todo el material recibido, en ningún lugar se hacía referencia a una escena como la que se vio el sábado”.
Fuente: La Nación