Danilo Incerti, entre el temblor y el entresueño

Danilo Incerti presentó anoche su nuevo libro “La chica que apaga cigarrillos a la mitad está aquí”, en el espacio de Arte Propio en el Multiespacio Médano, bajo la coordinación de Silvia Peinado y el violín de Fabiana Silva Ávalos.
“La chica que apaga cigarrillos a la mitad está aquí” había ciertamente despertado bastante curiosidad por un puñado de motivos. A saber, se trata de un libro artesanal con las hojas acordeonadas con olor a café; es un segundo libro muy distinto al primero; su autor no está en el parnaso de las letras pampeanas pero el libro es realmente bueno; su autor vino en silencio y con humildad, sin pompas aparatosas, y el libro es realmente bueno.
Durante una breve entrevista a Incerti publicada días atrás justamente para esta ocasión, hablábamos de la gran cantidad de imágenes que proliferan en su poesía, quizás como sello distintivo, y también que esas metáforas, prosopopeyas, alegorías y sinécdoques tienen un corte epigramático y escasamente narrativo, con pocos nexos, pero que sin embargo Incerti consiguió con ellas armar un ambiente y contar poderosamente su asombro.
De todos modos, quizás lo más impresionante de “La chica que apaga cigarrillos a la mitad está aquí” sea su estructura de felicidad, o de suave contemplación, que vendría a ser la misma cosa, e incluso que dicha felicidad no se parezca en absoluto a los temidos libros de autoayuda y que se remonte lúcida, por debajo y por arriba del temblor y el entresueño.

Hoy es ideal para estar tirado sin preocupaciones

Cada vez que voy a trabajar
la cabeza, las manos
o todo el cuerpo, se quedan en casa
paseamos por vidrieras como espectros envueltos en polución
empujo el organismo que me envuelve
para sostener la rutina que me resisto vivir
miento para que vaya donde no va a ir
los dientes que pueblan mi boca
mastican toxinas procesadas en democracia
¿a dónde conducen las máquinas ruidosas sus destinos metálicos?
¿se arrojan a la alegría?
¿les interesa nuestra penetrante explosión de besos?
he ido al trabajo impresentable
cruzado la puerta deseando algo más estimulante que trabajar
si bien olvido mi corazón durante largas temporadas
trabajar sin su inteligencia somete a la democracia
estamos adormecidos en el líquido tibio del amor
trabajamos en silencio insondable
volamos al otro extremo
nos llaman las estrellas a su cama de sábanas negras.

(Danilo Incerti)

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Autor

Eduardo Senac