Un film bello en su anécdota

El próximo domingo 17 de julio, la Asociación de Profesores de Francés de La Pampa (PROFPAM) y la Comisión de Apoyo de la Alianza Francesa proyectarán en el Espacio de Arte Ruido y Nueces de nuestra ciudad la película de animación en 3D El Principito (Le Petit Prince), basada en la obra homónima de Antoine de Saint-Exupéry. El film está dirigido por Mark Osborne (Monstruos contra alienígenas, Kung Fu Panda) y la proyección contemplará dos versiones: en español desde las 16:00 y en francés a partir de las 18:30 horas. La reserva anticipada de entradas se puede realizar llamando a los números telefónicos 15469153, 15515070, 15608844 o 15576787.
La película narra la historia de una niña que es agobiada por una madre exigente y un mundo adulto para el que aún no está preparada. Por suerte, su vecino es un anciano perfectamente chiflado, y es él quien la introducirá en ese fantástico mundo de asteroides enumerados, baobabs, planetas, un rey, una rosa, un zorro y muchas estrellas, pero donde lo verdaderamente esencial, sólo se puede ver con el corazón. El film tiene dos líneas narrativas trazadas con estética diferenciada. Por un lado aparece el mundo real rodeado de adultos lúgubres impulsados por la codicia y, por otro, el viaje mágico y emocionante a partir de la historia de El Principito, un chico enigmático montado en un asteroide, y la posibilidad de ver la vida con el corazón. El «relato dentro del relato» cobra vida gracias a las técnicas de animación y «stop-motion», además de los diseños atractivos que tienen los personajes.
La película de Osborne es una obra respetuosa, que traslada el legado para las nuevas generaciones. El filme está lejos del estilo de Hollywood, y eso es muy bueno porque Osborne dirige casi de forma independiente, junto con un grupo de animadores canadienses y dinero de productores franceses. El resultado es visualmente exquisito, con el toque justo de melancolía y con todo el respeto hacia el espíritu del libro. La música, a cargo de Hans Zimmer, nos envuelve agregando el toque final de delicadeza. A los padres les puede servir para introducir a los niños a la lectura de un libro que -en un mundo cada vez más cínico- se mantiene relevante, vital y mágico porque “crecer no es el problema, el problema es olvidar”.

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