
Por Dardo Cuellar
Esta película la encontré en la tv en el canal TCM, trabajaba Humphrey Bogart. EL TESORO DE SIERRA MADRE es del año 1948, escrita y dirigida por John Huston, está basada en la novela de 1927 del escritor B. Traven el título: Der Schatz der Sierra Madre.
Trabaja el padre del director Walter Huston, ganó muchos premios el Oscar a mejor actor de reparto, mejor dirección, mejor guion adaptado.
El personaje Howart, que era el padre del director en la vida real, le valió el Oscar por la actuación. En verdad es una película imponente, aunque en la taquilla no le fue tan bien.
La película se trata de un vagabundo que es Humprey Bogart, el personaje se llama Fred Dobbs, sin trabajo ni un centavo, en México en la ciudad de Durango y anda pidiendo por la calle y se ve en un estado calamitoso y pide una monedas. Un hombre cortésmente le da una, va y toma algo y vuelve a pedir y nadie le da, hasta que ve de nuevo al norteamericano que le había dado la moneda y vuelve a pedirle. Este hombre le da, y él ahora se corta el pelo y emprolija un poco, y sale otra vez a pedir y ve otra vez al mismo hombre y va de nuevo, pero ahora el hombre se molesta.
Diciendo qué clase de caradura es, que por tercera vez me pide, se disculpa diciendo que no se dio cuenta. El hombre le repite qué tremendo caradura, a lo que repite el vagabundo: “disculpe, no quise molestarlo”. Y el hombre se arrepiente y le da unas monedas y algunas más y dice: “arréglese y no cuente más conmigo”, luego se va a comer algo y un niño le ofrece un boleto de lotería y está tan molesto que le tira la bebida en la cara. El chico vuelve a insistir, se arrepiente y le compra un número. Consigue trabajo para montar unas plataformas de búsqueda de petróleo y conoce a otro vagabundo norteamericano llamado Bob Curtin (el actor es Tim Holt), van a trabajar y después de varios días y exigiendo el pago, el capataz les indica que lo van a cobrar apenas lleguen al muelle y una vez que llegan no aparece nadie con la plata. Ellos le exigen al capataz y él les indica que se encuentren en un bar y que ahí les pagará.
Van al bar y esperan en vano, nunca llega el capataz y un parroquiano les pregunta a quien esperan. Después de contarle, éste les dice que a todos los norteamericanos les hace lo mismo esta persona. Salen del bar quebrados y no saben dónde dormir, les avisan de un lugar donde pasar la noche y cuando se van a acostar escuchan a un viejo parlanchín, Howart (Walter Hoston padre del director y un viejo actor de teatro), que cuenta cómo buscó oro toda la vida y con una pequeña inversión se puede hacer uno rico y olvidarse de cualquier problema económico, que con solo 600 pesos alcanza para mulas, burros, pico y pala. El que lo escuchaba le decía que estaba hablando de más, pero los dos vagabundos escuchan.
Al otro día caminando por el pueblo, ven pasar al capataz y lo increpan. Este le dice que no tiene dinero, que él también fue perjudicado y entran a un bar. Trata de convencerlos de que no tiene nada de dinero y en un momento los ataca y se empiezan a pelear. El capataz es muy fuerte, hasta que entre los dos lo derriban y desmayan, luego le quitan su parte del dinero y se van.
Más tarde, en otra escena, están comiendo cuando se acuerdan de la charla del viejo minero y piensan si invierten en eso, pero les faltaba todavía y en ese instante llega el chico del boleto de quiniela y Fred le dice no me molestes más con eso boletos. El niño le dice no señor, usted me podría dar una propina porque usted es ganador del boleto, no lo puede creer y le dice a su ocasional compañero “nos cambió la suerte, vamos a buscar al viejo minero”.
Una vez que lo encuentran y se hacen socios se preguntan dónde ir, y el viejo dice a donde nadie se anima ni nunca fue el hombre, vamos a Sierra Madre.
Toman el tren y cuando entran en el desierto son atacados por forajidos, todo el pasaje responde con armas de fuego pero pueden llegar hasta el pueblo, compran los burros, mulas y herramientas y comienzan la travesía por el desierto que es durísimo por el polvo, el calor agobiante y el cuidado del agua. Después de varios días de caminar y ya casi cansados de seguir a Howart, se sientan y fastidiados creen ver unas piedras con vetas de oro y lo llaman a gritos a Howart, este cuando ve lo que habían encontrado les dice: “eso es el oro de los tontos, no es oro del que buscamos”. Continúan el viaje, pasan varias noches donde el viejo Howart les cuenta su experiencia que siempre salió perdiendo y que el oro enloquece a la gente, la ambición se los devora y ellos escuchan casi sin creer lo que cuenta el viejo. Al día siguiente casi hartos de no encontrar nada, ya sin fuerzas ni ánimo, Howart les indica que encontró algo que es como polvo de oro porque así es como se lo encuentra y después otra gente lo refina, desesperados por el hallazgo preguntan qué hacer y comienzan el armado de vertientes de agua y a escavar en la montaña. Después de largos días ven que tienen suficiente y ya sueñan con jubilarse, otro piensa en gastarlo en ropa y comida. Están felices, pero tienen que bajar al pueblo por provisiones y comienzan los conflictos de desconfianza y cada uno esconde su parte en distintos lugares.
Pero es tanto el temor de ser robado que están armados y desconfiando de cada uno, Fred (Hamrpey) está casi loco y enajenado, es así que deciden mandar Bob por los víveres. Este llega hasta el pueblo y un norteamericano, también buscador, desconfía de que hayan encontrado oro y lo sigue. A partir de ahí se desata una pelea y complot de asesinar al nuevo testigo. En ese momento son sitiados por bandidos que lo único que quieren son los burros, dinero y armas y desisten de matar al norteamericano que los siguió. Los cuatro repelen a los pistoleros pero el que muere en el tiroteo es el que se quiso unir a ellos. Cuando se encuentran rodeados y sin salida los bandidos huyen, estos no podían entender qué pasaba, y era que las autoridades los venían persiguiendo.
Y se alejan, las autoridades y los pistoleros huyendo.
Cuando ven el cadáver del que quiso unírseles casi extorsionándolos le revisan las ropas y era un hombre con familia, que su mujer le escribió pidiéndole que regresara a trabajar en la cosecha y que su pequeño hijo estaba creciendo sin su padre.
Después de esto se hace de noche y en medio de la fogata se aparecen personas muy humildes para pedir ayuda un niño que se muere, Howart decide ir a ver.
Los deja solo a Fred y Bob. Después de unos días deciden ir al pueblo para vender el oro, pero se enfrentan por la avaricia, Fred es el más enloquecido y le dispara a Bob y lo da por muerto. A la mañana cuando va a enterrar el cuerpo se encuentra que este había sobrevivido, se escapó o lo comió un jaguar, piensa y se ríe casi loco. Continúa el viaje al pueblo y casi llegando es interceptado por los delincuentes que lo identifican y lo golpean hasta matarlo. El desenlace es hermoso, hasta filosófico y digno de verlo, está contada la película de tal forma que parece el pueblo de PEDRO PARAMO o algún cuento del famoso escritor mejicano Juan Rulfo.