
Carta de Juan Rulfo a Clara Aparicio
«No, no es fácil querer mucho»
México, Enero 10 de 1945 Muchachita: No puedo dejar pasar un día sin pensar en ti. Ayer soñé que tomaba tu carita entre mis manos…
México, Enero 10 de 1945 Muchachita: No puedo dejar pasar un día sin pensar en ti. Ayer soñé que tomaba tu carita entre mis manos…
Enero 17, 1961 Hola, Sr. Corrington: Bien, a veces ayuda recibir cartas como la tuya. Ya son dos. Un joven de San Francisco escribió diciéndome…
París, 17 rué Campagne-Premiére 8 de junio de 1914 Querida Lou, heme aquí al término de un largo, ancho y duro período, con el que…
Amado Goethe, radiante sol de mi vida, que ilumina con sus rayos y calienta con su fuego los tejados cubiertos de la nieve invernal, y…
Miércoles 2 de Febrero 1927. No hubo carta tuya ni hoy ni ayer. Me desperté muy melancólica en medio de la noche. Se está yendo…
Mi Diego: Espejo de la noche. Tus ojos espadas verdes dentro de mi carne, ondas entre nuestras manos. Todo tú en el espacio lleno de…
Cadaqués, septiembre, 1926 Querido Federico: Te escribo lleno de una gran serenidad y de tu santa calma; verás: ya hace un poco de mal tiempo…
Miércoles. Lo primero de todo es tener una máquina que a uno le guste, la que más le guste a uno, porque se trata de…
Amsterdam, 3 de abril de 1878 Querido Theo: (…) Es bueno amar tantas cosas como uno pueda; es allí donde está la verdadera fuerza; quien…
Señor rector: En la estrecha cisterna que llamáis «Pensamiento» los rayos del del espíritu se pudren como parvas de paja. Basta de juegos de palabras,…
Médan, miércoles 28 de junio de 93. Querida mujer bien amada, ¡qué vuelta al campo la noche del lunes! Llegué a Villennes en medio de…
Domingo Mi Gala, porque no podría vivir si no fueras mía. Pienso incesantemente en ti, pero te echo de tal forma de menos que si…